Sunday 27 June 2010

Rareza de la semana

Porque es domingo, porque cualquier oportunidad es buena para elogiar a Mandy Moore, porque el film es realmente una rareza y, más que nada, porque hoy –aunque ganó Argentina y mi exigencia facultativa ha disminuido- me siento raro, y la película en cuestión es rara...porque además en diez minutos la pasan en Cinemax (la pueden ver más tarde en Cinemax Oeste), hoy les traigo “Dedication”.

La crítica de “Dedication”, a continuación.

“Dedication”

Cine Independiente Americano. Siempre termino escribiendo párrafos introductorios para este término complejo. Creo que sé de qué va la cosa, y mucha gente también. El asunto es que, cuando te topás con un film como “Dedication”, te encontrás descomponiendo la terminología nuevamente. Por supuesto que no es necesario hacerlo, pero es interesante. Justin Theroux dirigió el film, su primero y única hasta el momento. Juzgando sus antecedentes podemos decir que entiende y respeta las producciones independientes, por lo tanto no creo que su film sea en ningún sentido una burla o reinvención de la noción. Recuerdo la introducción de “The Savages” (aquí mi crítica), de Tamara Jenkins; era una broma, pero una suerte de broma interna...su film era independiente con orgullo.

Bueno, “Dedication” también está orgullosa de ser independiente. Está claramente hecha con bajo presupuesto, está filmada en locaciones reales, contiene personajes que están ‘jodidos’ y dicen muchas cosas inteligentes (o aparentemente inteligentes). Además, tiene esa música y banda sonora que viene de ningún lado y que se combina un estado de ánimo generalmente depresivo que tiende a definir gran parte de estas producciones. Pero, por sobre todo, y esto no es algo que vemos en cualquier peli independiente, “Dedication” es rara. No me refiero a esto de una manera general.

Verán, en principio, es una comedia romántica. Ni claramente romántica ni instantáneamente cómica, encuentra a dos personajes en situaciones desesperadas. El escritor Henry Roth (Billy Crudup) acaba de perder a su mejor amigo e ilustrador Rudy (un placentero Tom Wilkinson) y se ve forzado, por asuntos legales, a terminar su próximo libro infantil junto a Lucy Reilly (Mandy Moore), una chica joven que consiguió un trabajo como dibujante. Más allá de la poco clara presencia o existencia de la compañía para la que trabaja y la extraña naturaleza de su jefe (Bob Balaban), Henry es un hombre con muchos complejos. En una escena vibrante (una de las pocas en una película lenta) le cuenta a Lucy todas sus virtudes y defectos, o algo por el estilo. Billy Crudup compone el personaje de forma... rara. Más tarde, Lucy se encuentra con su madre (Dianne Wiest), una maníaca de personalidad cambiante, y luego de que ambas discuten la situación de su vida y luego de que vemos a Henry hablándole a su amigo muerto, comprendemos que los dos personajes principales tienen serios problemas.

Pero esta no es la historia en la que dos almas que no tienen a dónde ir en la vida se encuentran y se enamoran. El guionista David Bromberg y el director primerizo Theroux son mejores que eso. Los personajes se han conocido en circunstancias peculiares y esas circunstancias se mantendrán así. El proceso de ‘conocerse’ de Henry y Lucy no es el que vemos en una comedia romántica usual, pero esperen...no estoy tratando de decir que “Dedication” no es la típica comedia romántica; de hecho, no estoy seguro si la considero una comedia romántica. Creo, como dije antes, que el film es raro. Sin embargo, el probleam es que, como si “indie” y “raro” fueran el uno para el otro, la película de Theroux está orgullosa de ser ‘rara’.

Ok. Lo bueno de esto es que, siendo raro, el film es desinteresado, y se hace más desinteresado con cada minuto. Esto concluye en momentos desconectados y acciones sin explicación llevadas a cabo por los personajes. Son fríos el uno con el otro pero pronto comienzan a encontrar el amor; conocen a otros personajes que hacen que el espectador piense en las estructuras de la comedia romántica usual y estos personajes rápidamente se disuelven. No desaparecen, pero no parecen encajar del todo en el estado de ánimo de un film que no tendría noción del tiempo si no fuera por una fecha de plazo de entrega para terminar un libro. Los personajes van de un extremo al otro y no son completamente fieles a sus personalidades, pero de algún modo se siente correcto. No sé si me explico: este es un film que tienen que ver. Lo malo lo encontramos en algunos planos y recursos que son demasiado forzados y repetitivos; algunos efectos que no encajan y algunas elecciones musicales que se exceden. Esta última parte es una opinión personal sobre la búsqueda personal de un director en su primer film; algo que siempre respeto.

Creo que al film sólo le importa Henry, pero Theroux –un actor- le da demasiada libertad a un Billy Crudup que entrega una actuación que no es enteramente convincente. Por el otro lado, es crédito de Mandy Moore que simpaticemos con su personaje. Lucy es su creación más rara y común (sí, es rara porque es común), y es ese tipo de chica de la que un individuo con problemas se puede enamorar. Pero nuevamente, lo que está mal aquí es que la especie de ‘cruzada’ que Henry hace por amor, en forma de la típica comedia romántica, es algo que podría hacer por cualquier otra chica. La película la presenta a Lucy como “la única/la elegida (The one)”, pero la verdad es que alguien como Henry podría encontrar muchas Lucys (no mil, diría, pero un par más en lo que le queda de vida).

En este aspecto particular (y en el resto de las particularidades que puedan encontrar en la película), no estoy alabando a “Dedication” por saltear –o al menos engañar, porque ese es el juego de la película; exagera con el cliché pero luego hace algo inesperado que, podemos notar, no está pensado con la intención de omitir una fórmula- los clichés de un género, estoy alabando su desinterés general (lo aplaudo), que concluye en una extrañeza (lo ‘raro’) que la película también abraza. Y ni siquiera estoy diciendo que sea un buen film.

---6/10

Wednesday 16 June 2010

La nada

Nunca los alejamos del cine aquí. Por lo tanto, como muchos de los que vemos pero todos los que escribimos –de cine, por supuesto- soñamos (algunos más que otros), aunque sea en un lugar bien escondido de nuestro ser, con filmar algo, creo que es probable que tenga una historia interesante. Da para un corto, claro, y no para el de un Trabajo Práctico que tengo que hacer para Taller Audiovisual porque no se podría aplicar a los requerimientos de la trama. Aún así, como lo requiere el trabajo en cuestión, se podría decir que es una historia que tiene que ver con las miradas.

Hoy caminábamos después de rendir el parcial de Metodología con Tote (atención que es un individuo que tiene un dilema con su cabella, y que todos los Sospechosos que visiten nos ayudarán pronto a responder), en plena Avenida Corrientes, y vimos a una chica, muy linda. Yo decía que tenía un aire a Kate Hudson, Tote decía que no; yo creía haber visto un piercing que le atravesaba ambos orificios de la nariz, y entre discutir eso y su parecido con la mujer más hermosa del mundo, se empezó a dar el tema de conversación: ¿qué música escuchan las mujeres lindas? Pasa que ella tenía unos auriculares negros y grandes, y estaba muy compenetrada con lo que escuchaba. Se notaba en sus ojos.

Por esas cosas de la vida, tuvimos la suerte (buena, al parecer, en este caso) de que la chica caminara por un par de cuadras casi a nuestra misma velocidad. Durante esas cuadras, no interminables pero que nosotros inconscientemente parecíamos caminar a paso más lento del habitual, en ocasiones ella se nos adelantaba y de a ratos se quedaba detrás. Los hechos visibles eran que estaba inquieta, que miraba para todos los costados, incluso echaba vistazos hacia atrás. No, a nosotros no nos miraba. Es más, en los momentos en los que estábamos bien cerca, hablábamos en un tono de voz normal sobre lo que podría estar escuchando y sobre la actitud general a tomar si a una chica linda le gusta una música que a uno no. Hay gente a la que le gusta la voz de Cerati y no sus guitarras; hay gente que no considera que sus guitarras sean malas y no disfruta mucho de su voz. Y todos, en algún punto, le enviamos fuerza. Estas conversaciones, que son parte de la trivialidad, de cierta “nada” del día a día, pueden elevarse a otros niveles, o no (en “El Pasante”, película que vi este año en el BAFICI –sí, ya lo sé, jamás hice ese especial-, los dos protagonistas recorrían todos los rincones de un hotel y terminaban, por ciertas situaciones, hablando de historias de amor, de conquistas y de histeriqueos...o sea, lo de siempre, que es nada, pero que en ciertas ocasiones cobra una dimensión muy fuerte).

En fin...resulta que la chica, que con la misma actitud y postura acelerada (que se contradecía con la calma aparente y la inexpresividad momentánea de su mirada) regulaba la velocidad de sus pasos, tuvo un leve cambio de ritmo llegando a la esquina de Corrientes y Jerónimo Salguero. Yo no lo vi, pero dice Tote que cruzó miradas con un chico que venía caminando en la otra dirección. No sólo fue una mirada, aclaró Tote al instante, sino que también habían esbozado e intercambiado sonrisas. Entonces al llegar a la esquina, la chica, rubia pero no tanto (por eso también me recordaba a Kate, que en sus mejores películas no está extremadamente rubia), se frenó por completo y volteó su cuerpo, todo, hacia la dirección contraria; hacia el lugar donde, supusimos, se había desvanecido el chico. Nosotros nos encontrábamos muy cerca de ella, a pocos metros. Yo sentí que ella ya había advertido nuestra presencia, pero nosotros seguíamos hablando de todos modos, mientras ella con los auriculares negros todavía puestos congeló su mirada en esa dirección. Y comenzó a caminar para ese lado.
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¿Qué piensan? Habría que hacer un complejo guión técnico y conseguir un buen equipo de filmación, pero bueno...la idea base está.
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Sucede que las ganas fuertes de filmar, bien o mal, lo que sea, vuelven irremediablemente al ver primeras películas. Todo se confunde, por supuesto, con ese sentimiento que desde algún lugar nos inventamos los estudiantes en dos momentos claves del año (mediados de junio –AHORA- y comienzos de diciembre) y que está conectado con la dificultad y exigencia que acarrean los parciales. "Nunca fue fácil", también cantó alguna vez el líder de Soda Stereo.


El otro día vi por primera vez “Las vírgenes suicidas”, la ópera prima de Sofia Coppola. Es una película emocionante en todo aspecto, más allá de buena o mala. Transmite, para quien ve mucho cine, el sentimiento de plenitud de hacer una obra propia. Sofia tiene marca registrada, y ver su primer film es comprobarlo. Sus películas son, en alguna medida, desprolijas. La directora deja de lado la belleza visual a favor de la emoción en todo momento, aunque es cierto que no hay ni un plano que genere disgusto. La historia de “Las vírgenes suicidas” inunda, empaña una película maldita, de personajes incomprendidos y personajes que quieren comprender; de un grupo de gente que nunca encontrará las respuestas. No se puede negar la profundidad del guión de Coppola que, basándose en la novela homónima, intenta también comprender un pequeño rincón del mundo, en una época determinada. Dibujando pero nunca trazando grueso (la sensación de ‘desprolijidad’ –llamémoslo así- de la imagen, que va más allá de un mero rasgo de época, ayuda), la escritora/directora usa la voz en off de chicos adolescentes que se enamoraron de cinco hermanas y que hoy desde el presente las recuerdan. Pero a la vez admiten que nunca dejaron de tenerlas en su mente, y que siguen leyendo los diarios que ellas dejaron atrás para sentirlas cerca. El deseo adolescente en su máxima expresión, combinado con una inusitada cuota de bondad debido a una época en la que la religión todavía era a nivel general quizá algo más potente; un tiempo en el que escuchar canciones y repartirlas era una forma única de expresar sentimientos, y hacer el amor en el techo estaba prohibido y se volvía algo verdaderamente excitante; casi pecado. La intención de, podríamos bosquejar, “chicos buenos” (nunca es del todo así; “Las vírgenes suicidas” tiene muchos matices), de querer desentrañar las palabras escritas en las hojas de un diario privado, de poder decir que una o cinco niñas (o adolescentes, o casi mujeres; las edades de las hermanas van de los 13 a los 17) son más inteligentes que los hombres y que estos nunca las podrán alcanzar; de no dudar, plagados de ternura, que ellas lo saben todo y todo lo pueden explicar. Un grupo de chicos enamorados, por cierto, y fascinados sin duda, pero incapaces de ocultar el deseo latente de querer tener a esas cinco mujercitas entre sus piernas. Hay un personaje que Josh Hartnett interpreta espléndidamente y que se encarga de hacer explícito este deseo, lo que no quita que el deseo no esté en todos lados. Y no hablamos únicamente de los hombres. El micromundo que retrata Coppola, de familias tradicionales y cerradas, es un micromundo urgente, en el que incluso las niñas se ven indefensas ante la picardía que les posibilita el hecho de conocer el efecto que tienen sobre los hombrecitos. Por lo tanto, en cenas familiares formales y/o en reuniones de tarde de domingo, los pies se pasean descalzos por encima de las mesas, y Kirsten Dunst brilla (como nunca, como siempre que la vemos al borde de la desesperación) haciendo movimientos por debajo de la mesa para generar incomodidad. Coppola refleja, de forma clara y patente, una urgencia inevitable que, atravesada por sonrisas y amores fraternales en el medio de la adolescencia, esparce ambigüedad sobre un hecho acerca del cual ya conocemos el final. No es fácil de lograr, aunque estar producida por Francis Ford Coppola genere tranquilidad. Su hija le saca el mejor provecho, transmitiendo un espíritu de lo que en el cine se conoce como ‘independiente’, y que si bien nos resulta una definición molesta, sabemos que es un espíritu que provee mucho de estática...mucho de “nada” y poco de clímax y conclusiones que, más veces de las que queremos admitir, son innecesarias.
---7/10 (¿la tomamos como mini-crítica? ¿Qué dicen?)

Finalmente, por haber visto “Las vírgenes suicidas” hace poco, y por estar estudiando sin parar, ayer en un momento de mucha saturación, pude esbozar esta pequeña reflexión acerca de la segunda película de Sofia Coppola, que necesito revisar urgentemente y que siempre recomendaré... Un tipo en el medio de Tokyo que no hace nada. Y una chica en el medio de Tokyo que tampoco está haciendo nada. Y los dos se encuentran para hacer algo que es un poquito y es significativo, pero que en el fondo sigue siendo nada. Eso es "Lost in translation": lo inesperadamente importante que puede ser la nada.

¿Y ustedes qué piensan? Si quieren tómense su tiempo, pero opinen y aporten.

Saludos Sospechosos!

PD: Próximamente, reflexiones sobre la VERDADERA película de la década y cuestiones sobre dilemas capilares.

Wednesday 9 June 2010

Me decepcionaste!

Escribo hoy desde esta sección bastante nueva por algunas razones. No quiero que crean que perdí la razón al recomendarles una película como la que está en el post de abajo. Mariano Masci (se te está extrañando) siempre decía, e insistía en que la crítica era muy subjetiva, y yo alguna vez que podía se lo discutía desde algún punto de vista. Hoy ya no tengo muy clara la discusión, pero sé que creo que no se puede ser puramente subjetivo. Si alguno de ustedes ve “Linewatch” (aquí mi crítica) y les resulta una basura –por más buena o mala que sea la participación de Cuba Gooding Jr, o porque se justifique o no mirar todo el film por un actor- no quiero que olviden que mi opinión de la película vino del lugar que vienen todas mis opiniones; y que es un lugar que no debo detallar ni explicitar porque sé que se percibe en mis críticas.

Es una semana de decepciones y/o de posibles decepciones cercanas, aunque eso no es todo lo que hay. Sin embargo, como soy considerado y quiero dar lugar a un caso contrario (una especie de contrastación) que el de la película del post pasado, y porque quiero reafirmar que mi juicio y criterio están en orden, hoy quería traerles un film de esos que también uno consigue luego de buscar mucho. Bueno, no buscamos tanto; sólo los vemos porque alguna persona que está allí nos encanta, y es razón suficiente. Sin ir más lejos, hoy mi tía me prestó “The Back-Up Plan”, que tiene a una Jennifer Lopez muy bonita en la portada. Yo defiendo a Jennifer Lopez hace rato, y además me encantan las comedias románticas. Por lo tanto, puse la peli y la iba a ver. Lástima que la calidad no lo justificaba.

Pero “Sex & Death 101”, que también tuvo otros nombres, que se estrenó en algunos lugares (Movie City recientemente) y otros no, y que en otros ni apareció (no sé ni siquiera si es un estreno directo a DVD, y son varias razones para que califique como “Rareza”, pero la decepción pudo más), cuenta con una Winona Ryder poco inspirada. Yo amo a Winona Ryder, y veo y seguiré viendo todo lo que haga. Pero detesté esta película.

La crítica de “Sex & Death 101”, a continuación.

“Sex & Death 101”

Expresando la idea de que a veces las películas pueden hacerle honor a sus títulos, y que eso podría salvarlas de ser malas o convertirlas en algo más terribles de lo que son, les presento el último de los ejemplos. Como en "Boys" (la veremos aquí pronto), en donde Winona Ryder también tiene un papel, "Sex and Death 101" rinde verdadera justicia a su título. Lo que sucede es que con un título como "Chicos" hay cosas interesantes para decir, pero "Sexo y muerte 101"...eso es todo lo que hay: sexo y muerte.

Si quiero esas cosas, fácilmente puedo encontrarlas en una película erótica mediocre. Para aquellos que piensan que el sexo puede estar justificado en un film y demás, les cuento que estoy de acuerdo; pero no hay nada justificable acerca del uso del sexo ni de la muerte en este film. "Sex and Death 101" cuenta la historia de Roderick Blank (Simon Baker), un emprendedor que está a punto de casarse y recibe un e-mail con una lista de todas las mujeres con las que ha tenido sexo y con las que tendrá sexo. Alguna deducción? Correcto! Son 101 mujeres.

Desde ese momento, y disculpen si les arruino el paseo (pero todo esto y más puede verse en el poco atractivo trailer, si es que lo han visto), Roderick deja a su futura esposa en una escena ridícula y comienza a hacer lo que probablemente cualquier hombre haría; excepto que lo hace en cada escena y las únicas escenas que no tienen que ver con eso tienen que ver con sus amigos (una secretaria gorda y lesbiana y algunos tipos casados) intentando que deje de hacerlo con cualquier excusa que puedan encontrar.

En un punto, al escritor/director Daniel Waters (espero que no tenga nada que ver con Mark) se le acaban estas excusas y la necesidad de un cierre lo dirige hacia el fondo último. Pero eso no es todo lo que representa la escritura de Waters. Hay una mujer llamada Miranda (la encantadora Leslie Bibb) que aparentemente está en la lista pero toca el corazón de Roderick; hecho que conlleva a Waters a crear una broma que consiste en que todos preguntan: "Te la follaste ya??". Otra cosa que se supone graciosa es cuando su secretaria hace que Roderick chequee si su nombre está en la lista.

Ah, y está "La Máquina"! Cómo podría olvidarme un invento tan original y el punto de partida de los problemas de Roderick? Es un espacio vacío con un fuerte fondo blanco, y tiene una rajadura en la pared. De esa rajadura, escupe cartas que aparentemente saben cualquier cosa que cualquier persona quisiera saber. El hombre que controla La Máquina, un posible Morfeo sin anteojos, dice que puede que sea un oráculo, pero no está seguro.

Si creían que me había olvidado que la Gran Winona Ryder tiene un papel, no lo hice. Cómo podría cuando aparece como segunda protagonista y ni siquiera interpreta un personaje secundario? Su personaje funciona como mera excusa para finalizar la película, y Winona aparece en una escena y entrega (con la mayor convicción posible; no es su culpa que el guión sea tan pobre) un discurso que pretende justificar el tiempo que hemos perdido...y falla.

Y Simon Baker puede hacerlo mejor. Mejor que una sonrisa simple y una narración engreída. Una narración que pretende saber todo sobre esquivar clichés pero al final del día narra el final más conveniente. Odio eso.

---4/10

PD: Y sí, es una semana de decepciones en la que desaparezco, pero al señor John Muir (ese que pueden leer por aquí) no le decepcionó ver por primera vez una de las PELICULAS DE LA DECADA en el ajustadísimo concurso que Xavier Vidal dio por concluido hace muy poco. No les digo qué peli es, pero les dejo su reflexión (quizá, con algunos aportes míos) dentro de poquito para que se entretengan.

Wednesday 2 June 2010

Rareza de la semana

Les prometí uno de esos films que, ahora, más seguido de lo que algún fanático quisiera, le tocan hacer a Cuba Gooding, Jr. Yo, como fanático, lo lamento. Ahora sí: esta rareza, estrenada en DVD, en mi humilde opinión, no es un mal film. Si son fanáticos del actor, deberían verlo. Y si no podrían probar también. Yo sólo quería traerla, sin más preámbulos.

La crítica de “Linewatch”, a continuación.

“Linewatch”

Creo que Cuba Gooding Jr es un gran actor. En “Linewatch”, de Kevin Bray, entrega una interpretación superlativa como Mike Dixon, un oficial de policía que trabaja para la patrulla de la frontera y de repente se ve alcanzado, atormentado por su pasado. El actor es tan sutil aquí; está tan comprometido con el papel que no podemos evitar desear algo mejor para él y su carrera.

Películas como esta no se le venden apropiadamente a la audiencia. “En la frontera entre USA y México, la ley es la que uno hace”, lee la ‘tagline’ de “Linewatch”. Es lógico que esperen un mal film con algo como eso en la portada. Tristemente, a veces la verdad es otra, como en este caso. La frontera no es más que paisaje en esta película; un lindo lugar para filmar y desarrollar algunas de las líneas dramáticas del guión de David W. Wardfield.

El guión es acerca de absolutamente todo lo demás, y aunque no desarrolla sus personajes al máximo, nos deja un buen gusto en la boca, y sentimos que hemos visto algo que merecía nuestro tiempo. La clave sin embargo está en el casting, porque cuando se tiene un film lento como este, con no más que algunas escenas de acción, se necesitan buenos actores con quienes pasar el resto del tiempo. Sharon Leal es cálida y cariñosa como la mujer de Dixon y la niña que hace de su hija es especialmente buena. Los gangsters que vienen a molestar a Dixon y traen el pasado de vuelta logran todos buenas actuaciones. A cada uno de ellos se les permite resaltar de tanto en tanto, pero están en su mejor momento, naturales y relajados, cuando hablan cotidianidades mientras vigilan a la familia de Dixon.

Dos de ellos son quizá los más importantes en lo que respecta a la historia: Kimo (Omari Hardwick) y Little Boy (Evan Ross). Todavía no les he contado la historia, en parte porque quiero que vayan a alquilar esta película (o bajarla, o conseguirla), y también porque la película tampoco la cuenta...dejaré eso para que lo descubran ustedes, diciendo únicamente que es una trama bien llevada a cabo para el género y hasta deja lugar para algunas pequeñas sorpresas.

Kevin Bray hace todo bien y nunca posa para algo que su película no es. Sabe como crear verdadera tensión y lo logra en dos momentos cruciales que no incluyen acción acelerada, ayudado por la estimulante partitura de Jeff Mcllwain (que, de paso, también funciona a la perfección en las secuencias de pura acción).

La acción no es la atracción principal en “Linewatch” como lo sería en, por ejemplo, “Taken”. Sin embargo, el hecho de que el líder de una banda de pandilleros no se vea ni actúe del todo como asumiríamos que lo haría un gangster y algunas frases que podrían haberse suprimido hacen que esto se vea como una película clase B. Pero bueno, “Taken” también era clase B (en el mejor sentido y con la mejor producción), y era buena. Tal vez “Linewatch” es aún mejor, un poco más humana...más real.

---7/10