Yo no les digo “NO LA VEAN”, porque hay que ver de todo…Pero yo me la ahorraría.
La crítica de “El número 23”, a continuación.
“The Number 23”

Walter Sparrow (Jim Carrey) encuentra una novela en uno de esos momentos del destino que dejamos pasar. La empieza a leer y se obsesiona…Bueno, la novela dice que es ‘una novela de obsesión’. Él narra lo que lee en la novela, pero su personaje había comenzado a narrar su propia vida antes; por lo que hay un punto en el que la narración y los narradores se mezclan y, si analizan las cosas lógicamente, nada tiene sentido…Más que todo al final de la película.
Sí, el primer guión de Fernley Phillips tiene una premisa que no hemos visto antes, pero también sí; usa los mismos trucos que las películas que antes vimos. Es verdad que no hemos visto nada como “Sexto Sentido” desde que se estrenó y todos empezaron a copiarla y a reformularla? Por casi diez años, películas similares en estilo se han tomado algunas licencias cinematográficas y han funcionado (no doy nombres), pero otras han excedido el número de licencias, convirtiéndose en algo como este film.
Para mí, “El número 23” es más que un desastre y una mala película, es también una decepción. Soy un gran fan de Jim Carrey y del director Joel Schumaher. El primero es uno de mis actores favoritos y el segundo ha hecho, entre otras cosas, tres películas muy diferentes que respeto y admiro: “Tigerland”, “Verónica Guerin” y “Enlace Mortal”. Esta película es fácil lo peor que ambos han hecho en sus carreras.
La narración de Carrey es tan poco convincente, tan relajada, como si estuviera haciendo “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” otra vez. No es que la película no ayuda a su actuación; él no entiende la naturaleza de su personaje y su actuación falla. Tal vez pensó que estaba haciendo “Eterno resplandor…” otra vez porque muchas tomas están fuera de foco y Carrey se despierta constantemente en diferentes estados y lugares.
Pero “El número 23” es un viaje diferente de la mente, y la hermosa fotografía de Matthew Libatique (traten de ver “La Fuente” y quedarán boquiabiertos) podría ser el único buen elemento en la película, que va para adelante y para atrás del tiempo presente a un estilo de filmación ‘film-noir’ que Libatique captura a la perfección.
Incluso si quisiéramos, no podríamos ni decir que “El número 23” es un ejercicio de estilo, porque hay una inteligencia entendida que se encuentra en el guión y nos obliga a seguir la historia atentamente, aunque igual es un desastre; pero no hay nada más fácil que darse cuenta si un guión se toma en serio o no…Este realmente lo hace, y esto lo hace peor.
Para finalizar, esto no es sólo lo peor que Carrey y Schumaher han hecho; también Virginia Madsen, y el creciente Logan Lerman, y Danny Huston, que había estado dando algunas buenas apariciones. Aunque hay una cosa que la película sí hace bien, y eso es que hace que te quieras enterar más acerca de que carajo pasa con el número 23.
---3/10