"Tres D", de Rosendo
Ruiz
Se trata de una
película en la que los vencedores son los actores, pero no por ellos mismos
sino por la convicción del proyecto a nivel general. Cruce entre documental y
ficción que se instala en el festival de cine de Cosquín como marco, “Tres D”
propone un cine con juego, que se interesa genuinamente por todo lo que ve. En
ese sentido, aunque se perciba la influencia de un guión sobrevolándolo todo
(nada muy distinto a lo que plantea Gustavo Fontán en pantalla cuando lo
entrevistan; si se presta atención, se puede ver cómo el film dialoga en
acuerdo y de a ratos desacuerdo con todos sus testimonios), estamos ante una
película que apuesta al descubrimiento en cada plano.
Ficción
documental al fin, pero con los ojos bien abiertos en ambos registros. Es así que
vemos escenas que parecen haberse alargado y momentos documentales que podrían
haber quedado afuera pero entraron en el corte final. Estas son mis
percepciones personales, pero no cabe duda que “Tres D” es siempre más una obra
en proceso que algo acabado; y teniendo en cuenta esto, me animo a proponer dos
ideas que no sé cuánto se posarán en las visiones de los críticos (porque sí,
el film dialoga fluida y fuertemente con la crítica, como pocas veces se vio en
el país. Es algo que al BAFICI le cae perfecto y hace que la obra cordobesa
esté, en el festival, como en casa) o si congenian con Rosendo Ruiz. Más que
‘fresca’ u ‘original’ (adjetivos que seguramente se verán mucho al leer sobre
“Tres D” –el primero lo usó el director del festival al presentar el estreno-)
me resulta una película ‘querendona’, ‘afectiva’; que habla sobre la verdad y
otros conceptos y aunque pierde algo de eso en su camino, lo hace a cambio de
un profundo amor por su universo y criaturas que trasciende muchos reparos.
Quizá Ruiz sea
consciente de esto. No sé si estará de acuerdo, sin embargo, con que su film no
sea después de todo una historia de amor en el sentido en que aparenta serlo.
Lo dice la sinopsis y lo dejan entrever algunos diálogos, pero no es central y
no es, en ninguna forma en que pueda pensarse –incluso tomando en cuenta los
géneros y sus códigos-, un romance. Y no porque sea uno atípico, sino porque no
lo es, o a mí no se me hubiese ocurrido por lo que veo en pantalla. A lo sumo
es la posibilidad de que entre dos amigos pase algo una vez. Las dos cosas no
son lo mismo.
---7/10
"La hermandad
de las lágrimas", de Jean Baptiste-Andrea
Me encontré con
una película sumamente extraña. De título finalmente incomprensible, arma una
historia sólida e intrigante que puede tener al espectador comiéndose las uñas.
Una deuda saldada mágicamente; un trabajo en apariencia legal que comienza a
dar señales de turbiedad. Claro, algo tan soñado nunca puede ser tan
transparente. Está el protagonista solo, casi no habla y sin embargo nos
transmite un sinfín de emociones. Nos quedamos con él porque Jeremie Renier -de look muy Gael García Bernal-
sostiene una criatura con contradicciones pero de buen corazón. Los lazos
afectivos son escasos: su hija, y algún otro pariente que el film nos presenta
en su justa dosificación de información.
Hay otros detalles
que no les quiero contar porque no puedo dejar de resaltar que durante su
primera hora el film parece recordarnos la importancia del misterio, cruzada
con la habilidad detectivesca de observación; casi como si fuese un homenaje a
lo que suele llamarse McGuffin, o algo parecido. Es mucho tiempo de metraje y
es lógico que pensemos que por ahí va la cosa.
Lo que arruina la
película es que en cada oportunidad que tiene de acercarse a la verdad de la milanesa,
al meollo del asunto, el director Baptiste-Andrea revela sus debilidades. Lo
que hay es una falta de precisión y desarrollo sobre los núcleos del misterio;
una información, un detrás de la cortina tan ridículo e inverosímil que le
quita todo el vigor al film y la verdad a sus personajes, traicionando a la vez
su seriedad. Si se tratara de una de aventuras o con un costado cómico, quizá
estas resoluciones harían menos ruido, pero la puesta nunca se desvía de su
tono dramático y nos encontramos con una vuelta de tuerca en los personajes,
que dicen y hacen cosas que jamás creímos que saldrían de ellos. Todo sucede
muy apresuradamente, pero no cuesta advertir la pereza e innecesaria obviedad
de los sucesos en el último tramo.
No puedo decir más;
‘spoilear’ no está bien visto. Tampoco puedo negar que hay una hora de film que
encantará a quienquiera que disfrute del thriller o de un policial con
suspenso, pero mi impresión es que había otra película en el momento en que el
director toma un rumbo que quizá él no percibió como perjudicial y que en mi
opinión arruina su planteo y el interesante camino q venía cocinándose.
---5/10
"Night Moves",
de Kelly Reichardt
Reichardt nos
lleva a un universo arisco, de paso lento, silencios largos y miradas
sospechosas. Se anima con un ‘film noir’ pero de tinte medioambiental. Poco se
dice y mucho hay que descifrar, pero el centro del relato es un “trabajo”. No
es un ‘último’ trabajo pero bien podría serlo y los protagonistas lo plantean
como algo decisivo; un antes y un después. En este lugar, el de la inversión o
reconfiguración de una estructura dramática reconocible, el trabajo de guión de
la directora y su compañero Jonathan Raymond es refrescante. No es algo tan
distinto a lo que hizo ella en su film anterior, sólo que allí había partido
desde el western.
El film tiene la
amable virtud de no abusar de los momentos esperados. Digamos que cada lugar de
una historia así (un ‘film noir’ de corte ambientalista y, agreguemos, en tono
menor depresivo) debería visitar se presenta en pantalla pero desarrollándose
sin vueltas y con un regodeo formal distintivo. Siempre hay un plano, una idea
visual que quiebra la norma. Creo que sobre el final las cosas se apresuran un
poco, y no sé si la culpa es de la directora o de su actor principal y su –no
sé cómo llamarlo- congoja. Porque si bien la película transita la zona de los
dilemas morales, el protagonista que más debe transitarlo frente al espectador,
es el que menos matices ofrece. No entendemos su estado, no sabemos lo que le
pasa ni las razones de sus reacciones; y sus actos finales no sirven como
justificación porque Jesse Eisenberg da una interpretación sin la mínina
intención; sin variabilidad. Su trabajo no acompaña un lugar al que el film le
da espacio y que el resto de los actores transitan con más aplomo. Dakota
Fanning está –nunca mejor dicho- irreconocible. Arriesgada y al frente de la
situación, se come la película. Peter Sarsgard está perfectamente elegido, como
la pieza de cohesión de un trío que necesitaba de su relajo y sabiduría. Eso es
todo amigos.
---6.5/10
"El futuro", de
Luis López Carrasco
Está bueno que el
espectador pueda leer la sinopsis de los films en los festivales. De algo se
tiene que agarrar para elegir las películas que verá. A mí me gusta entrar lo
más vació de información que se pueda al cine ya que creo que cualquier forma
de expresión artística debe lograr condensar en su producto final todo aquello
que quiere transmitir.
Lo bueno de “El
futuro” es, si vamos a rescatarle algo, su claridad de expresión. Esto quiere
decir que leyendo o no su sinopsis, es posible para cualquier espectador
entender su tesis. Se trata de un planteo válido y está puesto en escena con
las herramientas que su director consideró más idóneas para darle forma. Dicho
esto, es necesario advertir que se trata de un film experimental en un amplio
sentido. Un sistema de prueba y error, una repetición ‘loopeada’ de recursos
que aunque justificada por lo que se quiere contar, es de un amateurismo casi
alarmante y puede resultar una suerte de broma.
Cualquier
espectador entrenado en cine independiente tolerará “El futuro” ya que su mayor
problema no es su desmedida “experimentalidad”. En todo caso se trata –como
decía Nicolás Prividera en “Tres D”, de paso dejamos todo en familia Baficera-
de la relevancia o no de lo que el film trae a colación; y más puntualmente, de
lo enriquecedor de su posterior discusión. Y en estos dos lugares “El futuro”
muestra su innecesariedad. Además, ¿tan larga tenía que ser?
---6/10