Sunday 10 March 2013

El cajón de las vacaciones: "The Art of Getting By"

Me encontré con varios escritos de esta misma época del año, pero redactados en 2012. Seguimos, sospechosamente, con el calendario atrasado. Lo importante, de todos modos, es que las cosas salgan a la luz. El material de este blog no tendrá el valor de una grabación inédita de Lennon, pero mi promesa fue recuperar el tiempo perdido. Entonces, las vacaciones nos encuentran con películas que no siempre veríamos. En mi caso, suelo dejarme llevar...ver todo lo que aparezca o que pueda. No es un momento del año que utilizo para saldar deudas pendientes o ponerme al día con esos films que hay que chequear "sí o sí". Así aparecen cosas como esta, que en traducción literal será algo así como "El arte de ir llevándola". El concepto de "llevarla" no es sencillo, claro está, pero se dan una idea. Se la recomendé a mucha gente el último año. La sigo recomendando. El primer rescate de "El cajón de las vacaciones".

La crítica de "The Art of Getting By", a continuación.

"The Art of Getting by"

Como muchas primeras películas (no como todas) de un escritor/director, "The Art of Getting By" tiene sus particularidades. En principio es un film que oscila, debido al tratado de la imagen y por su sensibilidad, entre un lugar independiente, modesto; pero también se toca con lo levemente comercial -si bien no masivo- hollywoodense, debido a los nombres de sus actores y por sus decisiones narrativas fundamentales. La historia también oscila: en parte 'coming of age', en parte drama romántico, se trata de la vida de un adolescente en el último año de secundaria y sus problemas de socialización, motivación y -más importante- el rumbo que tomará de cara al futuro. Su nombre es George, y su sensibilidad es la de la película. Ese es el punto de vista que adopta el relato y todos los encuentros y personajes están filtrados por esa visión perspicaz, abrumadora, un tanto desconfiada y falta de motivación, aunque, romántica.

Si quisiera justificar mi disconformidad con el desenlace de la película podría atribuírsela a la mirada de George. Es una mirada sensible, y Freddie Highmore (en su primer papel como adolescente, viviendo una historia alejada de toques fantásticos e infantiles, además de estar situada en la actualidad) la representa con una honestidad refrescante que a mi parecer remite a una combinación del Ethan Hawke de "Reality Bites" (aquí mi crítica) y "Before Sunrise". Esa voz difónica; esa introversión que puede ser tan atractiva como desagradable; el comentario siempre acertado; la pregunta justa. En la que quizá sea la mejor escena del film, George está hablando con Sally (Emma Roberts, ya no una revelación: una confirmación) y ella, como mujer -niña todavía, pero el coqueteo con la adultez es un punto clave de "The Art of Getting By"- que se sabe deseada, le pregunta algo que para él es a la vez placentero, incómodo e inesperado. De la mejor forma que puede, George hace las preguntas justas para enfrentar la situación. Pero Sally, como mujer que (sabe que) tiene la palabra final sobre el particular asunto, le dice tres cosas que resultan demasiado para la pureza del protagonista. Y su mundo se ve dado vuelta.

La película de Wiesen se presenta, explícitamente desde los diálogos, como una pieza con muchas capas. Aparecen múltiples personajes (algunos muy interesantes y bien interpretados, como el pintor de Michael Angarano o la madre de Sally, en la piel de Elizabeth Reaser) , se despliegan varias subtramas y de repente, "The Art of Getting By" quiere estar hablando de las diferencias sociales, la crisis, las delicadas relaciones familiares y su dinámica, el poder del arte y sus secretos…parece todo mucho de la forma en que lo escribo. No es tan así, pero de eso sufren las primeras películas y su ambición, sobre todo cuando son escritas y dirigidas por la misma persona y se intentan situar en lo 'indie'. Lo bueno es el que el director siempre termina volviendo a George y a Sally. Y aunque tampoco sepa bien qué hacer con ellos, son personajes fascinantes. Para ellos sí vale lo de las capas, pues su conexión va más allá de la pantalla, sus historias personales pueden verse en sus ojos y sus conversaciones no nos 'revelan' nada pero son más que reveladoras.

Siempre va a pasar que nos topamos con el mundo adolescente, y muchas de esas criaturas sufren los mismos dilemas (y la mayoría de esos dilemas tienen que ver con el romance) pero el cine seguirá presentándolos a todos en su contexto particular, intentando decir algo, como lo que se le pide a George que exprese en uno de sus trabajos finales del secundario. Sin embargo, y nuevamente, ahí está la decepción. Son tan redondos George y Sally, parecemos entenderlos tanto, estamos tan cerca de divisar su futuro que -digamos simplemente- si se conectan con ellos como me conecté yo, los últimos minutos de esta película no podrán satisfacerlos del todo. Sobre esta escuela secundaria en particular…es una escuela privada, distinta, donde se manejan códigos especiales y mucho dinero. Pero está en New York. Y el film nos entrega la ciudad de todos modos; y nos la muestra hermosa. Me voy a tener que ir a vivir ahí. Estoy más seguro de mi futuro que George??

---7/10