Friday 13 April 2007

Allen Mágico

Como no expliqué todavía, “Match Point” fue la primera de las películas de Allen realizadas en Londres y se estrenó previamente alrededor del mundo.

Como sí expliqué, puede que se encuentren similitudes entre esta y la crítica anterior por obvias razones, aunque creo que la mayoría están expresadas en “Scoop”. A continuación, la crítica de “Match Point”. Con esto doy por concluida nuestra primer semana de contenido y, por supuesto, acepto cualquier comentario o petición que se les ocurra.


"Match Point"





“Match Point” no se mueve lentamente. Todo pasa tan rápido que te lo perdés si te das vuelta por un instante. Aún así, la duración de la película sobrepasa las dos horas, y cuando pensás que ha pasado una hora, sólo han sido treinta minutos. Mi abuela dijo: “Dicen que ésta peli no es como las de Woody Allen pero tiene el ojo del genio”. Tenía razón; Allen ha creado la trama más común con los menos comunes resultados.



Basándola ligeramente en algo acerca de una cuestión de suerte, el maestro desarrolla su juego en Inglaterra, particularmente en Londres, precisamente en la clase alta de la sociedad. Un instructor de tenis irlandés, antiguo profesional llamado Chris Wilton (el talento creciente Jonathan Rhys Meyers) pide dar clases en un club de tenis. Pronto compra un departamento y conoce a Tom Hewett (un sorprendente Matthew Goode) y va a una ópera con sus padres porque comparten la misma pasión.

Aquí es cuando uno se pregunta si Chris pudo haber estudiado a Tom y sabido lo que le gustaba, si sólo lo presintió o si simplemente tuvo suerte. Chris dice al comienzo de la película: “Hay un momento en un partido de tenis donde la pelota pega en la parte superior de la red y se mantiene en medio del aire por un segundo. Con un poco de suerte, la pelota pasa y ganás; o no, y perdés”. Esa declaración es presentada más tarde en la película con muchas situaciones pero específicamente en un momento crucial.

Pronto, de vuelta, Chris conoce a la hermana de Tom, Chloe (Emily Mortimer), empieza a salir con ellas y va a la casa de verano de sus padres (sin fallas pero limitados Brian Cox y Penelope Wilton), generando una buena relación con ellos. Llegamos a conocer al personaje principal (a todos ellos) y predecimos sus ambiciones y el lugar al que quiere llegar. Sin embargo, está rodeado de gente que juega el juego, sabe las reglas y conoce las consecuencias.

Pero siempre hay una debilidad; en este casi, es el bastante creíble afeccto de Chris por Chloe. Cuando los padres de Chloe se dan cuenta de que ambos se están enseriando, quieren ayudarlo, incluso cuando él (muy inteligentemente) no lo pidió. Luego Nola Rice, (Scarlett Johansson) la prometida de Tom aparece, y conoce a Chris en medio de un partido de ping-pong cuando él trata de ayudarla de modo provocativo. “Nadie te dijo que tu juego es agresivo?”, ella le pregunta. “Nadie te dijo que tus labios son hermosos?”, él le responde.

Ahora Chris ha hecho mucho para llegar dónde está y sabe que la única manera de arruinarlo es intentando algo con ella; o por lo menos eso es lo que ella le dice. El vocabulario y la forma de hablar utilizada en cada escena es admirable. En la línea de lo que Patrick Marber hizo en “Closer” hace poco, pero de una mejor manera. Allen hace la seducción del personaje creíble con sus palabras. Lo creemos aquí, por qué nos permite entrar en sus mentes.

Entonces nos sentamos y miramos, pacientemente, y cuando pensamos que conocemos a los personajes, acciones ocurren y no podemos creer lo que estábamos pensando. Es por eso que el guión de Woody Allen resalta más que su dirección: sorprende por completo. Su dirección, por el otro lado, muestra su siempre increíble control de actores y una cámara que hace un largo movimiento observando cada escena que filma.

La música está constituida simplemente por cortas o largas partes de óperas famosas, que es tan trágico como el tono de la historia; la editora Alisa Lepselter presta mucha atención por los cortes bruscos que definitivamente prueban que Allen no está haciendo una comedia más. El personaje centrar hace muchas cosas para causar efecto en las personas y ganárselas; pero Chris Wilton no es ningún Tom Ripley.

Ripley era un verdadero genio, desinteresado en lo que sus decisiones causarían en cualquier persona; Wilton se acuesta con un manual acerca de “como leer a Dostoievski”, para así poder impresionar a un hombre mayor. Ripley no sentía; Wilton es vulnerable, y no posee una mente maestra: por consecuencia depende de la suerte. Podría bastarle, o no.

---9/10

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