Friday 14 January 2011

Especial Cine Argentino: Conciencia Sucia - Sin Retorno


El tema con "Sin Retorno" es complicado. Es una película de la que hay que tener muchas ganas de hablar, y yo no tengo tantas. Recién hoy me siento a escribir y la vi hace casi 3 meses. La ópera prima de Miguel Cohan es un punto intermedio entre el extremo de exposición del "Rati Horror Show" de Piñeyro y el 'no sé muy bien qué quiero ser' de "El hombre de al lado". No hay dudas de que el film es una apuesta segura, orientada al gran público. Dos grandes nombres, Federico Luppi y Leonardo Sbaraglia; un poster provocador, de esos que plantean la duda de si será una buena película o un desastre; un elenco secundario respetado, con Martín Slipak a la cabeza, Ana Celentano y Luis Machín, entre otros. La historia del film es bien concreta: un hombre es injustamente (Sbaraglia) encarcelado por un crimen que comete un joven (Slipak). En el medio de ambos está Luppi, el padre del chico fallecido que manda a Sbaraglia a la cárcel.

Es difícil recordar los nombres particulares de los personajes. Excepto por Luppi, a quien se lo puede ver en modo fácil/repetitivo, todos los actores se pierden en sus interpretaciones. "Sin Retorno" es un film de gran trabajo actoral. Es también, por su historia, un film de género y toca (algo que no es menor en nuestro especial) fuertemente el tema de la conciencia, que pesa a lo largo del metraje. Desde ese lugar, Cohan tiene mérito pues pone verdaderamente las cosas en frente del espectador, generando una posibilidad de discusión que rara vez se ve en un film de alto presupuesto como "Sin Retorno". El final es desconcertante; la película no toma ninguna postura específica. Dos aciertos, por supuesto, que todos han sabido recalcar. Los únicos aciertos?

No. "Sin Retorno" es también una película muy bien filmada, irreprochable técnicamente. A la vez, está muy bien contada, y es menos ambiciosa de lo que parece en ese aspecto. Cubre las vidas de tres personajes a través de varios años y los pasajes de un entorno a otro fluyen con naturalidad. Los momentos de mayor tensión, exentos de música, recaen sobre la credibilidad de los actores. Los momentos de reposo cuentan con escenarios bien elegidos; el director aprovecha bien los espacios y la película en general cobra un clima que está lejos de expresar tranquilidad.

Aún así, "Sin Retorno" convive en su interior con una contradicción, que tiene que ver con el público, con las expectativas ante el presupuesto un poco mayor y con esta forma en que se monta (el término completo, cierto dire??) la película. Es, creo, muy sencillo, y lo hemos visto muchas veces, pero no tantas en el cine nacional. Sin ir más lejos, "La mirada invisible" es otra película de 2010 que era técnicamente impecable pero su género no estaba tan definido, y al estar muy ligada a la Historia entraba en otra categoría. Es más, tal pericia técnica, debido a lo que cuenta el film y a la construcción de su protagonista, le jugaba a favor. En "Sin Retorno", que coquetea con el thriller dramático de alto vuelo, de grandes ambiciones, toda la prolijidad impacta de forma negativa. Es una película que, por todas las cartas puestas en el público, en una historia bien contada y además en una historia 'de género', directamente pierde el riesgo. Si fuera una película independiente esto sería aún más preocupante. Algo que se respira distinto en "Sin Retorno" desde todos lados, que tiene cierto potencial, pero que carece de adrenalina y/o nervio en los aspectos que exceden lo actoral. Allí, en las interpretaciones, está el plato fuerte, y quizá su director lo sepa. Digamos que para su próximo proyecto, ya que la película fue un éxito, podría aumentar un poco el monto de fichas a poner en la mesa, si se entiende la referencia.

Nada más de la conciencia sucia. Es una peli para ver de todos modos.

---6.5/10

Sunday 2 January 2011

Especial Cine Argentino: Conciencia Sucia - El rati horror show

Bienvenido 2011!! Feliz de que hayas llegado, debo pedirte disculpas y volver a 2010, porque en unos días tenemos que revisar las mejores películas del (ya) año pasado. Da la casualidad que, regresando a septiembre, a mediados de septiembre, se estrenaba el nuevo documental de Enrique Piñeyro, que también juega con esto de la conciencia. Arranca el año y hablamos de la conciencia, porque películas como esta, de las mejores del año, son vistas por muy poca gente. Es una pena. Son películas de las que se puede hablar. Dan ganas de comentarlas y hacen eco en el espectador, por más que en cada sala seamos minoría. Un éxito como "El hombre de al lado"?? Algo muy visto como "Sin Retorno"? Menos. Por ahora, simplemente una gran película. Quizá el tiempo juegue a su favor.

"El Rati Horror Show"


Ya había hecho algo parecido con "Whisky Romeo Zulu" (aquí mi crítica). Enrique Piñeyro se colocó como protagonista en una historia de ficción para recrear una verdad, una verdad que lo involucraba personalmente, al punto de que se interpretaba a él mismo. No hay tantas diferencias en "El Rati Horror Show", una película acaso de tinte documental más definido pero en la que los mecanismos de ficción se revelan desde el comienzo. Allí se encuentra el material de archivo, un compilado de los noticieros más importantes del país que revive lo ocurrido en 2005 conocido como "La tragedia de Pompeya". Minutos después, el director/guionista/actor Piñeyro señala a Germán Cantore y dice "grabando sonido". Acto seguido, un locutor lee las hojas de un guión escrito por Piñeyro; un guión que pertenece a un documental pero que está evidentemente construido de manera narrativa, ficcional: mecanismo expuesto.

Piñeyro es un director honesto, transparente, y no duda en introducirnos en su ámbito de trabajo para mostrarnos cómo intenta defender, desde su lugar como director y como persona, al individuo acusado y sentenciado que cree inocente: Fernando Carrera. Sentado en la sala de edición, y eligiendo visitar ciertos lugares y hablar con determinadas personas, Piñeyro -a veces de manera más espontánea, otras de manera irremediablemente 'actuada'- sigue las páginas de la historia que, como dije, pretende recrear una verdad. Esto requiere de sumo cuidado. En principio, es evidente que "El Rati Horror Show" tenía mucho más material para exponer sobre la causa de Carrera; que sus realizadores conocen el caso al dedillo y comprenden los minuciosos y formales detalles de las operaciones tanto judiciales como policiales (una amiga mencionaba el específico conocimiento de la balística) que rodearon el acontecimiento. Pero a la vez "El Rati Horror Show" es cine, y desde el cine Piñeyro va a aprovechar las herramientas audiovisuales para hacer, a la vez, dos cosas no necesariamente contradictorias: exponer una defensa de Carrera que sea ante todo contundente y presentar, un tanto alejado del golpe de efecto, la mayor cantidad de pruebas existentes para que el espectador también emita un juicio personal.

Esto último es lo más difícil de lograr sin fallas para un Piñeyro siempre transparente pero también atrevido (y muy expuesto) que está, durante todo el metraje, sumamente indignado ante una causa que entendemos para él es la representación de lo peor de este país. El actor, desplegando todo su talento, se queja de la forma de hablar de los jueces, fabricando muñecos de sus personas a los que les habla irónicamente, arremete con preguntas retóricas sobre ciertas cuestiones y hasta despliega una gran secuencia que culmina con una bala en un pedazo de carne (imperdible). Pero nunca falta a la recreación de la verdad, y hablo de la verdad en cuanto a hechos. A través de la lectura de fragmentos de fallos y denuncias, recolección de fotografías y material de audio y video, y sobretodo mediante una admirable reconstrucción física de las más de 10 marcas de balas que se encontraron en el auto de Fernando Carrera, los hechos salen a relucir.

Es impresionante también cómo está manejada la entrevista que Piñeyro le hizo a Carrera, de la cual en la película se ve poco y debe haber sido más extensa. El realizador está tan convencido de su inocencia que en ningún momento expone en pantalla preguntas suyas o respuestas del preso que puedan ayudar de forma totalmente directa (el testimonio personal es una herramienta muy fuerte) a la posición ya tomada. Y yo no fui engañado por un director honesto, astuto guionista y humilde actor. Para bien o para mal, "El rati horror show" debe repetir testarudamente una importante cantidad de hechos. Hay pocas cosas más irrefutables que el hecho.

El especial del blog se titula "Conciecia Sucia". Creo que el último plano del film, con los muñecos de los jueces acostados en una cama en medio de la calle, dice bastante de una conciencia un poco intranquila (la de ellos). No recuerdo si esto estaba armado sólo desde la imagen o también desde el diálogo, pero funcionaba. Para los fanáticos musicales está el video del final, una rockerísima versión de "El reino del revés" de María Elena Walsh. Se las dejo.

---9/10