Saturday 30 August 2008

La cabeza en el cine

Estos días, entre tanto “crowdpleaser” y no; entre lo que quiere ver la gente y lo que la obligan a ver (o entre lo que ven porque creen que ‘es lo único que hay’); entre el éxito nacional del año que para muchos es deplorable y para otros simplemente zafa; entre las discusiones en las revistas que saben (pero que aparentemente no todos leen) acerca de un espectador que se está muriendo; entre el clásico “el cine argentino es malo” o “no me llama”; yo me acerco a alguna sala a ver “La mujer sin cabeza”, tercer trabajo de la directora Lucrecia Martel.


Para aclarar qué sé y qué no, les cuento que no vi “La ciénaga”, aunque viendo “La niña santa” creo que se puede apreciar bastante lo que Martel intenta hacer del cine, con su propuesta cinematográfica. Como he dicho ya algunas veces, mi principal ley a la hora de escribir críticas es no dejarme influenciar por cualquier cosa que cualquier otro crítico haya escrito en algún medio. Es por eso que siempre que puedo ver una película el día del estreno, sin que se haya comentado mucho sobre la misma, es una gran oportunidad para poder evaluar cualquier tipo de debate luego de haber hecho mi propio análisis del film. Claro está que si no es el caso a veces debo comerme varios meses sin leer una crítica y-créanlo o no-simplemente desaparece y me la pierdo.

Como varios sabrán, el de “La mujer sin cabeza” es un caso muy particular; el film se viene discutiendo desde antes del festival de Cannes, muchos críticos la han elogiado y la revista ‘El Amante’ la ha puesto como portada incluso antes que se estrenara en las salas. Hay comentarios por todos lados, opiniones, discusiones, reproches y halagos. Por estas razones yo he decidido no hacer una crítica de la película (que me gustó y me ha inspirado a armar una interesante semana de Cine Argentino) pero no quería guardarme cierta apreciación y algunos comentarios.

Retomando lo explicado recién nomás, hay ciertas cosas que se han leído mucho y se conocen que no quiero repetir; una de éstas me la guardaría por el facilismo que implica pero es una de las que más he notado (hasta de gente de la que no lo esperaba) y por lo tanto debo mencionarla: “La mujer sin cabeza” es una película difícil. Es un film que le pone un desafío al espectador. Volvemos un poco: ¿cine para elites?

No necesariamente. Por más trabajada que este la imagen (desde los incontables planos de cámaras fijas hasta esa cámara en el auto similar a la de-también buena-“El custodio”) y el sonido (hay un ruido-bien lejos, bajito, pero se escucha-como chirriante que parece indicar que en cualquier momento está por venir lo peor y que se hace presente durante gran parte de la película); por más planeado que parezca el film (porque sí, parece planeado), no nos podemos olvidar que detrás de todo esto hay una intención.

Les voy a contar rápidamente una suerte de teoría que el Matsan tiene para predecir si una película es buena (de ahí la encuesta de la semana); se basa en tres elementos: el título, el trailer y el poster. Digo esto porque en estos tres elementos (para el Matsan y seguramente para mucha gente) a simple vista “La mujer sin cabeza” falla. Tiene un título raro y poco atractivo, un trailer más raro y menos atractivo aún y un poster que no tiene nada de atractivo y tiene todo de raro.

Es esto intencional y, quizá, pretencioso por parte de Martel? Lo dudo, y la verdad es que no me importa. Si bien un trailer es un elemento de importancia para que a un espectador le llame la atención un film, no creo que sea fundamental en última instancia para cualquier espectador inteligente. Si de algo se quejaba la directora argentina en la entrevista que le hacen en ‘El Amante’, era de que siempre la acusan de darle la espalda al público cuando a ella le interesa (lo siguiente es textual) “conectarme intelectual y emocionalmente con ellos”.

Y a esto voy cuando hablo de la ‘intención’ de un film, hecho que se discute al planearlo. Si “La mujer sin cabeza” es difícil para el espectador, es obvio que es algo intencional de los realizadores. ¿Qué significa un film difícil? Una pieza que nos haga pensar, que nos obligue a estar todo el tiempo con la mirada concentrada en la pantalla, que nos atrape y nos emocione sin que quizá le encontremos razón. De ahí el título de este post; y algo que nos incumbe a todos y frecuentemente olvidamos (¿podré decir que tal vez no queremos?): usar la cabeza en el cine; dentro de una sala de cine. En todos estos aspectos “La mujer sin cabeza” es un éxito rotundo.

En lo que al film en sí respecta, plantea (como también Martel hacía en “La niña santa” con una especie de ‘encuentro’, por así decirlo-vean ese film cuando puedan-) una situación que establece un quiebre, un antes y un después. Aquí es el hecho de que Vero (una imponente María Onetto) atropeya algo en la ruta. Como le dije a mis amigas que me acompañaron a ver el film…En mi opinión: de dónde venía con el auto, hacia dónde iba, con quién, cuándo y por qué, incluso qué atropeyó; son cosas secundarias en el film de Martel. Por eso está el punto de quiebre, claramente marcado con la aparición del título de la película…Porque lo importa es lo que va a pasar después.

“La mujer sin cabeza” no es un gran film, pero tiene esa cualidad de los grandes films: que trasciende en hechos, tiempo y lugar. Yo veo hoy “Philadelphia”, de Jonathan Demme, y no va a significar lo mismo que significó en su tiempo (por más que me sienta tocado por ella); en cambio veo la excelente “The Shawshank Redemption”, de Darabont, o el film que da título a este blog (por mencionar un par), y me van a producir hoy las mismas emociones que ayer y seguramente pase lo mismo en veinte años. La tercer película de Martel podría bien existir en cualquier momento en cualquier lugar, y los hechos que acontecen en la misma pueden darse en esas mismas circunstancias.

Ahora me la juego más, pero yo hasta llegaría a decir, si me preguntaran qué hechos acontecen, que nada. ¿En la película no pasa nada? Y, más que ese punto de quiebre (que ocurre a los cinco minutos de comenzado el film), yo diría que no. Hay una naturalidad que lucha contra la ‘planificación’ de la película y que nos muestra a los personajes en diferentes escenas de su vida cotidiana; un guión de Martel que apela mucho más a la imagen que a las palabras dichas por los personajes. Pero en “La mujer sin cabeza” yo hasta podría decir que ni los personajes son importantes (era diferente en “La niña santa”). Sí, por más que esté presente el elemento del incesto y por esto algunos resalten más que otros (o por otras razones, como podrán ver en la Tía Lala de María Vaner), la cámara está enamorada del personaje principal; presente en el 99% de los fotogramas y fuerza dominante del film. Incluso se podría decir que el film vive un estado de trance similar al de la protagonista, que hace que al estar ella en cámara la mayoría del resto de los personajes se vean desenfocados, difusos y que provoca cambios temporales inesperados e imposibles de cuestionar (hay uno clarísimo que se relaciona con la protagonista durmiendo en un hotel).

¿Está el espectador en la ‘cabeza’ de la mujer sin cabeza? Ahí no sé, es personal, porque al ser un reto para el espectador, está clarísimo que como en todo buen cine, cada uno puede darle la interpretación que quiera. Por supuesto que “La mujer sin cabeza” es buen cine, aunque todo lo que digo quizá no sirva para convencerlos de ir a verla. Es buen cine, es argentina y me parecía un título apropiado para cerrar estas semanas que tratan un poco de los temas que mencioné al principio.

Quizá algunos Sospechosos no saben que es “La mujer sin cabeza”. Puede que no la hayan escuchado mencionar, puede que no les interese. Igual los invito a opinar porque es cine y, al final de cuentas, acá compartimos el amor por el cine. ¿O no?

Saludos

PD: Me quedaron un par de críticas pendientes (principalmente la de la rumana “4 meses, 3 semanas y 2 días), pero haré lo posible para retomar un poco estos últimos temas; y si no veré por donde las meto ;) Ah, y aunque ya es tarde, disculpen si me excedí demasiado.

Thursday 28 August 2008

Una hermosa meditación

Puede que film de hoy no sea perfecto y no cumpla con todas las características que le otorgué a la brillante “INLAND EMPIRE” (que vimos la vez pasada) y que se diferencian de un “crowdpleaser”, pero es la mejor película que he visto hasta ahora en el año (y he visto muchas, y muchas otras no).

“La escafandra y la mariposa” tiene esa cualidad de las películas honestas, que cuentan historias increíbles y que logran que uno las crea. Ojo que el film cuenta una historia real, pero por esta misma razón podría haber abusado del dramatismo, de subrayar cosas y de la manipulación como a veces lo hace “En busca de la felicidad” (la crítica un par de posts más abajo). Sin embargo no lo hace, y así conmueve con su belleza en todos los sentidos.

Sí, es de origen francés-de donde vienen el 90% de los estrenos europeos, aunque dirigida por un americano-, y tiene algunos actores conocidos y respetados, pero no tan familiares para todo el público en general. Cine para ‘elites’? En mi opinión, ni ahí; simplemente una gran película a la que por suerte le fue bien y que cualquier persona merece ver…En el cine, si es posible.

La crítica de “La escafandra y la mariposa”, a continuación.

“La escafandra y la mariposa”

Este film de Julian Schnabel es (porque no puedo encontrar una mejor palabra) una meditación: una hermosa meditación acerca de la vida y la muerte; del presente, el pasado y el futuro; de las fantasías y la realidad; de los sueños y las aspiraciones. En un momento, Jean-Dominique Bauby (Mathieu Amalric), narrador constante y protagonista absoluto del film, nos cuenta que su vida parece una lista de fracasos, que comienza a mencionar, uno por uno, mientras la cámara muestra hermosas imágenes de glaciares derrumbándose.

Bauby sufrió un infarto, y nosotros lo conocemos despertándose en un hospital, para descubrir, literalmente, a través de sus ojos, que su ojo derecho no responde en absoluto; que está completamente paralizado y que no puede hablar. Todo el mundo le dice que va a estar bien; que hay esperanza; que están rezando por él. Los jugadores clave en su recuperación son tres: su terapista de lenguaje Henriette (la adorable Mariée-Josee Croze-bastante parecida a Naomi Watts, si me preguntan a mí), su terapista física Marie (Olatz López Garmendia) y Claude (Anne Consigny), quien aparece tarde. También podríamos agregar a la madre de sus hijos, Céline (Emanuelle Segnier), quien, como Jean-Do (así le dicen los amigos) nos aclara, no es su mujer; pero podemos percibir que nunca dejó de amarlo y el dolor que siente por dentro porque él ama a otra.

“La escafandra y la mariposa” es una meditación porque Schnabel le brinda un sentido de quietud, y porque nada muy ‘shockeante’-además del descubrimiento de Bauby respecto a su condición-pasa en todo el film. Sin embargo, hay momentos musicales muy significativos, y el director ha hecho un enorme film que es casi perfecto porque sabe cuando poner música (ya sea original o de otros artistas-y hay mucho de esta última-) y qué musica poner; sabe cuando se requiere de un silencio total; sabe como atrapar al espectador en ese estado de ‘nada’ que se siente y que se asemeja al estado de su personaje principal…Porque sabe de imágenes, que significan mucho para el personaje y son nuestra única verdadera conexión con él.

Como nos cuenta Jean-Do, hay otras dos cosas que no están paralizadas además de su ojo: su memoria y su imaginación. Con esto, Schnabel abraza una especie de libertad, visualmente hablando. La cinematografía de Janusz Kaminski (“La Terminal”, “Inteligencia Artificial”, “Jerry Maguire” y muchos otros films que se ven geniales) podría ser el único tema de una crítica entera. Las imágenes de los glaciares que mencioné al principio fueron un ejemplo (y mi favorito) de la poesía que puede encontrarse en el trabajo de Kaminski aquí. En una imparable búsqueda de nuevos horizontes visuales, cada encuadre se ve absolutamente fantástico, empezando por la otra cosa que mencioné: la cámara que literalmente toma la posición de la mirada de Bauby, convirtiéndose en su ojo.

Por supuesto que su búsqueda no termina ahí, y también le agradezco a Schnabel en este punto, por dos razones: por darle a Kaminski la chance de lograr un infinito número de imágenes preciosas que ni puedo empezar a describir; y por darle al espectador la posibilidad de experimentar su film desde otros ojos que no sean los de Jean-Do. De otro modo, no podríamos haber apreciado el valioso trabajo de Mathieu Amalric, quien juega todas sus cartas cuando está narrando, cuando está hablando a toda velocidad (su naturalidad puede evidenciarse completamente en una de las mejores escenas del film, en la que nos lleva al pasado y lo vemos afeitando a su padre-una brillante aparición de Max von Sydow-), o meramente con su mirada.

Este es un film que trabaja fuertemente con las miradas. En cada escena, cada personaje o mira directamente a la cámara o lo intenta (y esto ocurre no sólo cuando estamos viendo las cosas desde el ojo de Bauby). Es todo parte de la meditación que es la película y tiene que ver con ver lo que queremos ver; aún más cuando no podemos ver tanto. A través de su imaginación, Jean-Do nos lleva a todas partes y a ningún lugar, y muy rápidamente el presente se confunde con el pasado y el futuro y lo que es real se confunde con la fantasía. Hay momentos que son claramente fantásticos pero volvemos a la realidad de inmediato, hay largos momentos de pura fantasía y hay momentos en los que no podemos saber con seguridad. No es difícil, en un film como éste, convertir lo que es confuso en un lío total de escenas incoherentes. Schnabel nunca falla.

El guión, adaptado de la novela homónima de Bauby por Ronald Hardwood, es simplemente perfecto, y el director lo lleva a la pantalla algunas veces de modo muy literal y otras tan libremente como trate de dejar claro en los párrafos anteriores.

Llegamos a ver muy pocos momentos de la vida de Jean-Do antes del infarto; sólo aquellos que él elige mostrarnos, no mediante su imaginación, sino a través de su memoria. Me hubiera gustado ver más. Bauby era el editor de la revista “Elle” y quizá es por eso que todas las personas que aparecen dentro de su imaginación se ven perfectas, como modelos. Podría haber sentido que no llegué a conocer al personaje por esto, por tener tan poca información acaezca de su pasado. Pero no; siempre sentí que conocía perfectamente a Jean-Dominique Bauby, y deberían preocuparse por conocer al hombre si quieren acompañarlo a él y a Julian Schnabel en su meditación.

---9/10

Tuesday 26 August 2008

¿Crowdpleasers?

Ahora que ya tenemos claro lo que significa un “crowdpleaser”, voy a contarles una pequeña historia. Cuando estudiaba en Londres el año pasado, una mañana cualquiera, vi en el diario Metro (diario gratuito que dan en los subtes) un afiche relativamente chico que decía “INLAND EMPIRE”. Era el poster del film, de David Lynch, y el afiche daba la oportunidad de recortarlo y así obtener una entrada gratuita para una función de la película un sábado a la mañana.

David Lynch? Gratis? En Londres? Yo estaba soñando, pero con toda la emoción me dirigí a la sala de algún cine en Picadilly Circus, esperando llegar temprano (no sé, quizá porque pensé que iba a haber mucha gente). Sí, quizá el horario no era el más adecuado, y quizá Lynch no es tan conocido después de todo, pero a la función asistieron no más de 30 personas; algunas de las cuales se retiraron a los treinta o sesenta minutos (o más) de comenzada la película, de tres horas y poco más de duración.

Hay películas que no buscan ‘comprar’ al público. Bueno, eso no es muy nuevo; pero hay películas que ni siquiera ‘buscan’ al público. La historia que les conté, y que haya habido solo 30 personas más como yo en toda la ciudad de Londres, habla claramente de un tipo de cine que, más que cualquier otra cosa, el espectador persigue sin necesidad de que alguien se lo ande imponiendo o publicitando o pidiendo.

La única manera de llegar al cine de este tipo es mediante la recomendación, quizá mediante el poderoso boca en boca. No quiero denominar (ya sería trillado) “anti-crowdpleasers” a los films de esta semana, pero les prometo que son películas que no tienen ninguno de los elementos que estuvimos caracterizando la semana pasada.

La película de hoy se estrenó en el país como “Imperio”. No le fue muy bien, y no creo que sea un tema menor considerando todo lo que vimos los últimos días. Ya el Bigote hablaba del problema que traería el film (aquí, abajo del todo), en su época de estreno, y ya intentaba con palabras, convencer a los espectadores de correr a verlo. Es que sino no hay caso. Dudo que a un tipo como David Lynch le interese que la gente vea o no sus films, creo que lo que más quiere es hacerlos y hacerlos a su manera; pero ese es otro tema y por suerte Lynch es un director bastante popular para el cine poco popular que hace. Ni hablar del facilismo de que las películas de esta semana son ‘difíciles para el espectador’; lo fueron para mí que todavía tengo mil cosas que aprender.

La crítica de “INLAND EMPIRE” (escrita el 18 de marzo de 2007, al llegar a casa luego de verla), a continuación.

“INLAND EMPIRE”


Acabo de hacer un viaje de una hora para ver esto…Wow! Y quiero decir wow…Que pieza tan fenomenal de cine es ésta y me pregunto: puede uno quedar tan maravillado por una película sin saber de qué se trata? “Siéntense, relájense; están en un film de David Lynch”, dijo Laura Dern en una entrevista. Su coprotagonista Justin Theroux también explicó que se había vuelto un juego para ellos descifrar de qué se trataba la película mientras filmaban: “Creo que ni siquiera Davi puede contarte”, agregó.

El cine, hacer cine, por sobre todas las cosas, es un arte; y David Lynch es uno de los artistas más grandes del cine. Irónico es, sin embargo, que si ven su última película y no saben quién es, probablemente piensen que es el trabajo de un amateur. “INLAND EMPIRE” es el trabajo de un profesional y, como el mismo Lynch lo pone, “la historia de una mujer en peligro”. Eso es todo lo que necesitan saber de la trama; luego deben mirar atentamente.

Conocí a un hombre llamado Scott en la función y me dijo que el espectador sólo puede apreciar las películas de David Lynch si las ve en una sala de cine. Verdadero, porque estás experimentando la mente del director durante tres horas de pura magia cinematográfica. Y es una mente que incluye un gran número de personajes en las más alocadas e impredecibles historias, con el manejo más rico de la cámara digital que se puede encontrar.

Algunas audiencias que vieron la película se quejaron diciendo que la imagen de la cámara digital no se veía bien en la pantalla grande. Falso, se ve preciosa. Con la cámara barata en su mano, Lynch toma todos los riesgos generando mucho movimiento y enfocando directamente las caras de los actores. Va de la luz a la oscuridad, aparece, desaparece y reaparece, maneja la música y el diseño de sonido tan bien que se convierte en otro personaje principal (eso hay que verlo para creerlo), convirtiendo una que otra escena en algún tipo de video musical; Lynch recorre todos los climas y estados de ánimo del cine que son, en parte, los estados de ánimo de la vida.

Su guión, escrito cada vez que una nueva idea le llegaba a la cabeza en un período de dos años y medio, es más que nunca un trabajo de paciencia. Durante todo el film, luego de que un personaje habla, el otro lo mira intensamente y espera al menos cinco o diez segundos para responder; hay muchas miradas profundas, hay mucho silencio contemplativo que se vuelve como de ensueño y consecuentemente asusta. El guión tiene miedo del que puede hacerte saltar del asiento, y también un leve y sutil humor que funciona como una brisa de aire fresco cuando parece que nadie puede respirar. La libertad total de Lynch se evidencia más con su propia edición; la cual nos damos cuenta que controló por completo, insertando así su visión al espectador de manera aún más fuerte.

Sin embargo, hay otra fuerza imparable dentro de “INLAND EMPIRE”; y esa es la fantástica actuación de Laura Dern. Decir fantástica es encontrar una palabra apropiada que resuma su tour-de-force. Está en pantalla en cada escena, la cámara está en su cara todo el tiempo y ella no la mira; ni una vez en tres horas. Por supuesto que no debería hacerlo, pero su trabajo es tan dedicado y se encuentra tan inmersa en él que hay veces en las que ni mueve los ojos; parece estar en algún otro lado que no es el set de Lynch, en un sitio lejano. Dern lleva su personaje a todos los extremos posibles y lo hace casi completamente sola, con pocas respuestas del resto de los individuos. Quizá otra palabra para describir su labor es ‘inolvidable’.

Palabra que también le queda perfecta a “INLAND EMPIRE”, en el buen o mal sentido para cualquiera: una experiencia inolvidable y, como Scott me dijo; una película que se repetirá en su cabeza luego de cinco días…O incluso más (a mí todavía me vienen imágenes de vez en cuando). Una cosa más: ni siquiera se molesten en tratar de descubrir el ‘misterio’ o el significado de la trama y van a andar bien.

---9/10

PD: Disculpen la imagen postrada en el centro...no me andaba la otra opción

Saturday 23 August 2008

Peticiones

Si bien se mencionó el hecho del suceso comercial de “Un novio para mi mujer” en nuestro país (por ser un film argentino), no sé hizo mucha referencia a ese tema que tanto determina la denominación de un “crowdpleaser” en la tierra de Hollywood: la recaudación. Más allá de la cuota de credibilidad de un film (o de que alguna sorpresa que no busca comprar al público tenga un éxito de taquilla impensado), que la gente acuda masivamente a las salas donde el mismo se exhibe es de suma importancia para el tema que vimos esta semana.

Will Smith, sin duda uno de los actores mejor pagados de Hollywood-y un gran actor también-, es dueño absoluto de eso que se conoce como recaudación hace ya varios años. Simplemente por este hecho, podríamos calificar a (más o menos) las últimas cinco películas que ha protagonizado como totales y completos “crowdpleasers”. No vi ni “Hitch” ni “Hancock”, pero si “Soy Leyenda” y “Yo, Robot”, dos films a los que les queda muy bien la denominación (aunque me digan que “Soy Leyenda” es inteligente y/o demás, no voy a poder discutirlo pues me quede dormido mitad de la película…háblenlo con el Matsan).

En fin, el quinto film vendría a ser “En busca de la felicidad”, que entra en peticiones porque muchas personas me pidieron que la vea una importante cantidad de veces. La vi, y ahora sí debo volver al tema de la credibilidad; ya que en mi humilde opinión la película de hoy no es del todo creíble, plausible, honesta si se quiere. Es ese film por el que en algunos momentos me sentí manipulado, obligado a creer tal o cual cosa. Sin embargo me gustó, y también logra conmover. Si pudiera sacar una conclusión semanal, diría que tengo una debilidad por los “crowdpleasers”.

La crítica de “En busca de la felicidad” (dedicada a Joi, que es quien más me ha hablado de ella y el que más me ha pedido verla-y a quien espero no defraudar-), a continuación.

“En busca de la felicidad”

He mencionado en varias ocasiones que a veces es bueno dejarse llevar con un film, dejarse arrastrar por una historia aún cuando sabemos exactamente qué va a pasar. Bueno, si han visto películas, se darán cuenta de todo el desarrollo de “En busca de la felicidad” apenas comienza el film. Claramente, es un film tan conmovedor que ni siquiera tengo que recomendar que se dejen llevar; eso vendrá automáticamente.

Chris Gardner (Will Smith) es un luchador de la vida que quiere lo mejor para su familia. Su mujer (una sobreactuada Thandie Newton), incapaz de lidiar con la pobreza en la que están inmersos, lo deja. Chris no gana mucho (de hecho debe el alquiler de su vivienda hace tiempo y hay escenas en las que sólo tiene cinco dólares en su billetera y debe bajarse de un taxi y echarse a correr porque no puede pagar), pero quiere quedarse con su hijo Christopher (Jaden Smith), que va a una guardería que tiene la palabra “felicydad” mal escrita en la pared. “Es con una I”, le dice al conserje. Chris se merece una oportunidad como la que obtiene eventualmente.

Una película como ésta necesita establecer familiaridades, porque se trata de la familia, y probablemente Gabriele Muccino, director de la maravillosa “Ricordati di me”, que lidia con la familia, fue una sabia elección para el trabajo. Muccino filma la ciudad, acompañando a Chris en sus desventuras y se toma el tiempo de mostrarnos personajes peculiares que aparecerán de a ratos durante el film; como un vagabundo que cree que el producto que Chris vende es una máquina del tiempo, o una pareja de hippies que le roba este producto. El director también se asegura de que nos creamos la relación de padre-hijo que domina el film, filmando al niño con ternura, mientras vemos una toma de él caminando junto a su padre pero vemos la cara y el cuerpo del chico y sólo la cintura y los pies del padre.

Pero hubiera sido lo mismo si Muccino no le hubiera prestado atención a este ‘tema de la familia’, porque la química entre Will Smith y su hijo es instantánea, natural y la razón principal para ver la película. Smith, un actor carismático, versátil y popular, entrega aquí lo que puedo definir sencillamente como un actuación ‘ganadora’; porque gana como actor al completar un nuevo reto, su personaje gana en la historia, y se gana a la audiencia, que queda maravillada ante las escenas en las que Smith y su hijo (y nadie más), generan magia.

Volviendo a lo que dio comienzo a esta crítica, pregunto: importa que “En busca de la felicidad” esté inspirada en una historia real? Sí, porque cambia instantáneamente la perspectiva del espectador, quien deliberadará cuan ‘reales’ los eventos presentados son. Yo creo que si me voy a dejar llevar, una película tiene que ser justa conmigo; esto significa que debe mantener las cosas entre los límites de la realidad, y si las cosas que pasan son muy irreales, sólo debería haber pocas de ellas.

“En busca de la felicidad” es injusta con el espectador, porque juega con él al repetir situaciones que en algún punto él dejará de creer; o al menos así me sentí yo. Es posible que en un hombre no encuentre una lapicera en su propia casa luego de que su mujer se ha llevado todo y que tenga que ir a un kiosco a la esquina para escribir un número? Sí, es posible, pero no pude encontrarlo creíble luego de todas las situaciones extremas similares que el protagonista había estado experimentando antes de ese preciso momento.

No creo que esta sea una película regular o mala; creo que es una buena película. Punto. Pudo haber sido genial? Realmente no me importa, porque el hecho de que esté basada en una historia de vida real y la interpretación de Smith la hacen más emotiva, y porque Steve Conrad encuentra gran ayuda en las partes narradas de su guión, que hacen que los momentos repetitivos de la película parezcan menos…Repetitivos.

Tampoco dudo que el verdadero Chris Gardner haya pasado por todo lo que vemos en el film; quizá fue demasiado para incluir en una película de dos horas.

---7/10

PD: Si sirve como consuelo, la última escena casi me saca una lágrima…Casi.

Friday 22 August 2008

Magia otra vez

Sin olvidar nunca lo subjetivo que es este tema, es claro que no todos los “crowdpleasers” cumplen con todas las cosas que hacen que se les otorgue tal definición. Como contaba la vez pasada, hay películas que compran al público pero lo hacen con honestidad; algunas con una pizca, como “Un novio para mi mujer” (la crítica está un par de posts abajo), otras con un poco más como el film de hoy.

“Stardust: El misterio de la estrella” no utiliza golpes bajos ni necesita de cursilería alguna, aunque es verdad que su objetivo no es tanto conmover al espectador. Sí, también quiere ‘comprarlo’, pero mediante otro camino, quizá más efectivo que la emotividad: el entretenimiento. Si bien la película tiene elementos básicos de un “crowdpleaser”, como la presencia de un elenco lleno de superestrellas, al momento de la verdad cumple con su cometido: entretener. Les interesa saber si me la creí? Sí, también, desde la perspectiva de este mundo mágico atípico, me la creí.

La crítica de “Stardust”, a continuación.

“Stardust”

Nuestra vida continúa y nos siguen trayendo films acerca de mundos mágicos, alejados de la realidad pero con otra realidad dentro de ellos. No he visto todos los más recientes ejemplos de este tipo, y no los mencionaré. Deberíamos preocuparnos por todos estos relatos similares basados en libros, novelas y/o novelas gráficas? Estamos cansados? No tengo la respuesta, pero tampoco puedo explicar el hecho de que los realizadores siguen descubriendo estas cosas y sienten ganas de llevarlas a la pantalla. Quizá los escritores deberían dejar de escribir por un rato, pero igualmente nunca me importó descubrir si la novela en la que un film está basado es reciente. Quizá la mayoría de ellas son viejas.

De los films del tipo que no son tan reciente, “La brújula dorada” (aquí mi crítica) es una de mis favoritas y presenta elementos mágicos en la única realidad que conocemos del mismo, desde que comienza. En “Las Crónicas de Narnia”, lo que divide la realidad de la fantasía es un ropero; en la increíble “El mágico mundo de Terabithia” (mi crítica aquí) es un puente; en “Stardust” (basada en una novela de Neil Gaiman) es un muro.

“Stardust” (dirigida por Matthew Vaughn en otro de esos desafíos que algunos directores toman al hacer algo que no han intentado nunca antes), sin embargo, tiene una diferencia con los otros dos films: su héroe, Tristan (el natural Charlie Cox), no es un niño. Tiene 18 años y posee la madurez como para lidiar con el destino que se le tiene preparado. Desde el principio (y esto se encuentra entre los aspectos positivos del film), incluso antes de que conocemos a Tristan-cuando conocemos a su padre, que también cruza el ‘muro’ y pasa la noche con una princesa que sería la mamá de Tristan-somos liberados de la típica sorpresa que los niños usualmente experimentan cuando encuentran elementos mágicos en estos films.

Tristan se sorprende cuando conoce a Yvaine (Claire Danes, con un gran acento británico), una chica que en realidad es una estrella, pero en su cara no vemos la emoción de Lyra al usar la brújula dorada ni la de Lucy al encontrarse parada en la nieve luego de haber cerrado el ropero; si entienden a qué me refiero. Por lo tanto, el equipo técnico no tiene como preocupación u objetivo principal “asombrarnos”, o al menos así lo creo.

Porque la magia no se siente tan mágica para el único individuo que necesita transmitírnosla, la magia en “Stardust” viene de otro lado: los personajes y sus relaciones. A diferencia de los saltos constantes de una parte de la historia a otra en “La brújula dorada”, “Stardust” se queda la mayor parte del tiempo cerca de Tristan, centrándose en su aventura y en la gente que conoce en el camino.

Primero y principal, está Yvaine, el interés romántico del héroe, interpretada por Claire Danes con una dulzura que no estamos acostumbrados a verle. Danes es una actriz seria e independiente; y lo que logra aquí muestra lo extenso que es su rango (incluso si algunos ya lo sabíamos). Luego está Lamia, una egoísta bruja interpretada maquiavélicamente por Michelle Pfeiffer; el codicioso príncipe Septimus (Mark Strong), que haría cualquier cosa para ser rey; y el Capitán Shakespeare (un encantador Robert De Niro), quien esconde un secreto predecible. Para los fanáticos del buen humor, Ricky Gervais hace una corta e hilarante aparición.

También hay otros personajes, por supuesto, y todos están lo suficientemente desarrollados para una película como ésta. No les diré que papel juega exactamente cada uno en la historia (de la que he mencionado casi nada), porque también hay cierto encanto en ello. Pero créanme cuando les digo que se involucrarán tanto con los personajes que al final será igual que en una comedia romántica, o más apropiado para el género, una clásica historia de amor en la que están esperando a que el Príncipe Azul llegue y rescate a la Princesa; ya sea con un beso o deshaciéndose de todo aquel que se interponga en su camino.

No duden por un segundo que será así, y se olvidarán y perdonarán cualquier traspié que haya habido en el medio.

---8/10

Wednesday 20 August 2008

Relatos mágicos que a veces no son tan mágicos a veces

Un tema que tiene que estar y estará siempre presente al hablar de “crowdpleasers” es el de la credibilidad. ¿Qué se le puede creer y qué no a un film que pone todas sus cartas sobre la mesa para ‘comprar’ al espectador? ¿Cuán obvio es el film en su intento de conseguir este objetivo? A veces se da que algo puede considerarse como un “crowdpleaser” y que, sin excederse con cursilerías ni dramatismo exagerado, logra conmover. Otras veces, el film es decididamente manipulador (mucho o poco, da lo mismo) y por alguna extraña razón, quizá propia de los “crowdpleasers”, también logra conmover. Estaremos viendo algunos de esos casos en lo que queda de la semana.

El caso de hoy, sin embargo, es otro. Contradiciendo lo dicho arriba, el film “Jinete de ballenas” (de la respetada directora Nikki Caro, cuya segunda película llevó lo malo de su primera al extremo) se excede con cursilerías y contiene un dramatismo demasiado exagerado, y aún así logra conmover. Pero no perdamos de vista el punto de la cuestión, que por ahí se estaba escabullendo: la credibilidad. En un “crowdpleaser” ese es el aspecto que yo personalmente más tomo en cuenta, pero que una película cumpla con el mismo o no ni le suma ni le resta mérito. Recuerden que con esto el tema es bastante subjetivo.

La crítica de “Whale Rider”, a continuación.

“Whale Rider”

He hablado muchas veces de las situaciones reales en las películas. De las cosas que son creíbles y poderosas como para hacernos sentir algo. Pasa muchas veces que veo películas con esas cosas incluidas. En otras, como en “Whale Rider”, la situación es diferente, aunque la película todavía es fuerte y emotiva.

Esta película es acerca de la familia, la amistad, la cultura, la civilización y el amor. La niña que cuenta la historia habla de un pasado; de una civilización con héroes e historias con aventuras. No se suponía que ella fuera mujer, tenía que ser un hombre. Un chico que se convertiría en jefe y salvaría a todos (y todas esas otras cosas). Pero ese niño, el hermano gemelo de la pequeña, murió junto a su madre al nacer. Nadie sintió decepción; nadie excepto Koro. Su hijo Porourangi deberí haber sido el próximo líder, pero no pudo saber todo lo que su padre le pidió. Entonces tendría que ser el hijo de Porourangi, el que murió, y dejó a Koro con una ñieta. En una pelea, su hijo se fue, y Koro crió a la niña…Esta niña, Paikea, interpretada por Keisha Castle-Hughes.

La cosa continúa; vemos a la niña creciendo, conocemos a toda la familia: la Nana, una mujer de buen corazón que ama a su marido; Rawiri, un hombre gordo y vago con el alma de un leon; Hemi, el amor de la niña y alguien que tiene ambiciones ocultas; y el resto de la aldea. Paikea probablemente ni lo entienda, pero siente una conexión con el pasado de la civilización. Ella será lo que será y notarlo es la responsabilidad de la gente a su alrededor. Algunas personas creen que se equivoca, pero la realidad es que está totalmente en lo cierto.

Esto no es ninguna obra maestra. El film tiene sus puntos fuertes y sus fallas. Keisha Castle-Hughes probablemente se mereció todo lo que obtuvo por el film y espero que le haya servido para crecer. Su oportunidad se da una vez en la vida, y la actriz tuvo el encanto suficiente para aprovecharla. Rawiri Patente (Koro) simplemente se paró ahí y se hizo el duro. Sus momentos dramáticos no fueron muy convincentes, a diferencia de Vicky Haughton (la Nana), quien demostró un profundo sentimiento en su cara cada vez que aparecía en pantalla. Las mejores interpretaciones fueron las de Grant Roa y Cliff Curtis; haciendo de dos hermanos tan diferentes, pero unidos en los puntos más importantes.

Honestamente, la decepción viene de la historia. Es muy predecible, y mientras esperaba, lo que iba ocurriendo no me hacía nada, porque ya lo sabía. Es bueno intentar poner magia en un film, y hacerlo con alegría. Se vuelve fantástico. A veces, uno puede involucrarse en cosas fantásticas (hablo esencialmente de Tim Burton, pero veremos algo similar a eso la próxima), porque es lo que la película quiere que uno haga.

Pero en casos como éste, cuando nos tocan personajes estereotipados en una historia predecible, no es convincente y no funciona. “Whale Rider” está bellamente filmada, con mucha calidez y pasión (muy buena cinematografía también), y eso también es bueno; pero no me la creí.

---7/10

Sunday 17 August 2008

"Crowdpleasers"

Como digo mucho, hay expresiones del mundo cinematográfico que son difíciles de mencionar en otro idioma que no sea el inglés. Quizá por películas que estuve viendo, o por películas que querré o no querré ver, estos días estuve pensando mucho en los “crowdpleasers”. Se preguntarán a que me refiero con el término; pues me refiero sencillamente a aquellas películas que están destinadas a complacer a la audiencia.

Digo ‘destinadas a’ por no decir ‘hechas para’, pero un “crowdpleaser” generalmente es un film en el que abundan elementos que le podrían agradar a cualquier público en general. Obviamente, y como todo, es complicado determinar que film es un “crowdpleaser” y que film no lo es. El tema es bastante subjetivo, y mucho más si hablamos de los géneros en los que más comúnmente pueden encontrarse películas que se adaptan a la definición.

Dicho esto, el género predilecto de los “crowdpleasers” podría ser la comedia romántica. Resulta que vivimos en un tiempo en el que muchas personas opinan que el cine argentino está en su mejor momento y algunas otras lo contradicen; en un tiempo en el que (como hemos mencionado algunas veces aquí) cada vez a menos gente le interesa el cine nacional; un tiempo en el que los estrenos nacionales pueden verse en pocas salas y por poco tiempo; un tiempo en el que El Bigote escribe que podría algo así como determinar el destino del cine argentino.

Dicho film es “Un novio para mi mujer”, si acaso el estreno nacional del año más publicitado previamente a la fecha de su estreno, y estrenado con más cantidad de copias y en el mayor número de salas. Está esto mal? Hacerle mucha publicidad a un film para asegurar que la gente lo vea? Obviamente que está más bien que mal, sobretodo si el film es un “crowdpleaser” como “Un novio para mi mujer”; con una figura principal como lo es Adrián Suar.

Lo que El Bigote decía, resumidamente, es que una película tan inflada y publicitada como ésta, marcaría cuanta esperanza verdaderamente le queda al cine argentino. Esto, según él, estaría determinado por la cantidad de personas que vieran el film. Al verlo yo mismo el día del estreno (mismo día en el que escribí la crítica que leerán hoy), salí del cine pensando en que “Un novio para mi mujer” tenía muchas chances de ser visto por una gran cantidad de gente.

El tiempo me lo corroboró, ya que la película fue la más vista durante el fin de semana. Y aquí el asunto se tergiversa, y nos debatimos el clásico dilema entre “calidad y cantidad”, por decirlo de alguna manera. Si tomamos en cuenta el post de El Bigote (pueden leerlo aquí), podría decirse que algo de esperanza nos queda, que todavía se puede hablar de un cine argentino; porque más allá de que sea buena o mala, muchísima gente fue a ver el film.

Y sí, puede que tenga que ver con que es un “crowdpleaser” (el primero de esta semana de varios), pero a mí me gustó.

La crítica de “Un novio para mi mujer”, a continuación.

“Un novio para mi mujer”

Cuando vi el primer film de Juan Taratuto, “No sos vos, soy yo”, admiré la frescura del tema que trataba-hoy que pocas comedias románticas pueden llevar el adjetivo de ‘frescas’- y el entendimiento que tenía de las relaciones amorosas en la edad adulta. En “Un novio para mi mujer” esa frescura se fue, y la naturalidad de la cámara fue reemplazada por algo excesivamente correcto, quizá demasiado comercial y profesional como para tomar riesgos.

Llámenme loco, pero aún considerando lo mencionado, siendo la superproducción (nacional, obviamente) que es, y con todos los elementos que usa antes, durante y después de su existencia para comprar al público, noté una pizca de honestidad en la película; y esa pizca bastó para conquistarme. Sí, es un poco televisiva, no es original ni está exenta de fallas, pero “Un novio para mi mujer” es una buena película en general y una buena comedia romántica en su género.

Comienza con el clásico plano de la pareja protagónica en dos sillas diferentes; están en terapia de pareja. A ella, la Tana (Valeria Bertucelli), le suena el teléfono; él, Tenso (Adrián Suar, con todos sus gestos más clásicos), no puede creerlo. Luego la historia nos dirige al pasado, y los vemos seis meses antes, sentados en la mesa, desayunando y sin hablarse; sin mirarse. Tienen problemas.

El muy buen guión de Pablo Solarz (al que le tengo una única queja, y es que debería haber incluido más del pasado de la pareja; para que sepamos como se convirtieron en lo que son) parece indicar que los problemas de la pareja vienen del lado de la Tana. Ella no es una mujer cualquiera, lo verán si ven la película; y puede que así sea el personaje en el papel pero no sería nada sin la persona que lo trae a la vida.

Valeria Bertucelli tiene que ser la actriz que más trabaja hoy en día en la Argentina, por lo menos en cine. Y qué actriz. Si la gente capaz de determinar que es bueno y malo cinematográficamente en el país se toma en serio, Bertucelli debería llevarse (o al menos ser nominada) a varios premios al final de la temporada. La actriz compone una creación fenomenal aquí, de un ser tan vulnerable como desafiante; alguien que se para en una cuerda floja entre la risa y el llanto. La actriz consigue que la queramos, a veces, y que la odiemos otras; que lloremos con ella cuando hay que llorar y que nos riamos cuando hay que reír.

Porque hay risas en “Un novio para mi mujer”. Algunas vienen, obviamente, de Bertucelli, otras de Suar (uno de mis actores argentinos favoritos) y su mérito en hacernos pensar que su Tenso es verdaderamente un pelotudo; pero la mayoría vienen del Cuervo Flores, un donjuán en la piel de un comodísimo Puma Goity. Si yo les digo que este ‘Cuervo’, con sus pantalones violetas y camisas de varios colores, es un mersa total, estoy demostrando lo nacional que se siente esta película.

Con esto no quiero decir que el film de Taratuto consiga un reflejo de nuestra sociedad ni nada semejante, pero sí que como producto argentino se encuentra a la altura de hacernos reír como lo hace el Guasón de Heath Ledger en la nueva “Batman”. “Un novio para mi mujer”, así como “High School Musical: El desafío”, es una película digna que a mi parecer puede hacerle competencia a los tanques de Hollywood.

Veremos que pasa…Y hablando de ver que pasa, podría decirse que en el film uno cree saber exactamente qué va a pasar. No quiero sonar demasiado adulador, pero, como no suele ocurrir en el género, en el último plano (también con dos ‘sillas’ como el primero) Taratuto nos da el beneficio de la duda.

---7/10

PD: Ayer vi la mejor película en lo que va del año (sí, mejor que "Atonement"), se llama "La escafandra y la mariposa", y ahora que hablamos de ello, tiene muy poco de "crowdpleaser"...Véanla

Recomendaciones

Simplemente quería dejarles, antes de la semana que viene, unas pequeñas recomendaciones en relación con los dúos actorales que estuvimos viendo. No sé si serán todos excelentes, pero vale la pena verlos.

"10 Items or Less"

"3:10 to Yuma"

"Before Sunset"

"When Harry met Sally"

Podría poner por poner...pero esos son los verdaderos dúos actorales que puedo rescatar de este blog. Esos donde lo que importa es un dúo, y poco de lo demás.

Friday 15 August 2008

200

Resulta increíble, pero hoy el blog cumple 200 posteos. Comenzando por referirlos a ustedes, Sospechosos, al posteo número “100” (que incluye un detallado análisis de la película que le da nombre al espacio), procedo a hacer algo que acostumbro bastante: agradecerles. Sé que hay gente que lee (nunca sabré-y francamente no me interesa ni sé como averiguarlo-cuanta, pero lo importante es que hay) seguido por aquí, y otra que comenta frecuentemente. Ustedes son los que hacen que siga teniendo ganas de armar semanas interesantes para discutir y conocer.


Yo escribía desde antes de crear este blog, y créanme que lo hice para compartirlo con alguien más, porque sino me hubiera quedado tranquilamente escribiendo para mí luego de terminar de ver una película. Nos quedan muchas películas por ver, y nos queda mucho tiempo. Tienen links para visitar que están siempre actualizados y que valen verdaderamente la pena.

Eso sí, hay algo que no tenían y que les traigo como regalo en este post número 200. No sé si será la gran cosa, pero por mucho tiempo pensé en que este blog tiene ya casi un año y medio y que no todo el mundo lo lee desde sus comienzos; es por eso que quizá no todos han leído todas las críticas que se encuentran en el mismo. Ojo! No les pido que lo hagan, pero sí les traigo una ayuda.

Con mucho cuidado y miedo (todavía no sé si esto funcionará), estuve preparando unas famosas ‘labels’ o ‘etiquetas’ para que de ahora en más ustedes puedan ubicarse. Verán que las mismas contienen varias de nuestras clásicas secciones, como “Rareza de la semana”, “Recomendaciones” y otras más nuevas como“El rincón de Alejo” y "Peticiones"; a las que pueden dirigirse con confianza y ver que encuentran.

Además podrán notar la etiqueta que dice “Especiales” y que contiene tanto algunas secciones especiales que han estado presentes una única vez en el blog y aquellas colaboraciones de quienes han querido aportar algo a nuestro humilde lugar. En estas últimas se destacan las de Joaquín Urdínez, y lo mismo ocurre con “Mis 2 Favoritas”.

Hasta ahí creo que no hay (ni había, mientras armaba todo) ningún problema. Pero como decía, no pasa por el hecho de que yo quiera que lean todas las críticas (muchas son muy viejas y no muy buenas), sino porque muchas veces la gente-que sabe que miro muchas películas por semana-me pide recomendaciones para elegir que cosas ver. Es por eso que me decidí por dividir las críticas del blog en géneros. Me costó.

¿Por qué me costó? Principalmente porque sabrán que detesto los géneros; el hecho de referirse a una película como tal o cual cosa nada más. Sí, ayudan, y hay algunos que son muy acertados, pero no se justifica. El punto es que como el mundo de los géneros (y no sólo cinematográficos, cabe aclarar) se está volviendo cada vez más complejo, quise traerles algo bien simple.

Por ejemplo, si un día tienen ganas de ver una “Comedia Romántica” (uno de mis ‘géneros’ predilectos), pueden dirigirse a la etiqueta del mismo nombre y ver que hay. Cualquier título con puntaje 7 o superior vale la pena. Si quieren desgarrarse un poco con una “Comedia Dramática”, o un poco más con un “Drama”, en ambas etiquetas encontrarán varias alternativas; o si les interesa algo de nuestro muy discutido “Terror”, que no es exactamente lo mismo que el “Suspenso/Terror”.

Y ahí me entró el miedo, porque quizá sientan la necesidad de reclamarme la ausencia de algunos géneros. Yo hice lo mejor que pude. Para que entiendan mi disposición, en un drama romántico como la gran “The Notebook”, el elemento dramático sobrepasa un poco al romántico; además iban a entrar más títulos en algo como “Drama” que en algo como “Romance”. En cuanto a dramas bélicos como “Jarhead” o “Letters From Iwo Jima” (ambas criticadas en el blog), también entran en la categoría de drama; lo mismo ocurre con esa cinta que contiene un poco de crimen y misterio que es “Zodiac”. Me siguen?

Lo de “Acción/Drama” es simple, ya que hay films donde predomina la acción, pero el drama no falta en ningún lado. También traté de cumplir tratando de adecuarme al género del “Thriller”, del que no hemos visto tanto hasta el momento. Se entenderá que “Comedia” es eso y nada más, o eso por sobre lo demás, ¿verdad?

Conforme el paso del tiempo las etiquetas se irán agrandando en número. Lo que es “Cine Argentino” es nuestro cine nacional, que también puede encontrarse dentro de cada género; y la etiqueta que dice “Oscars” es aquella en la que figuran todos los films criticados aquí que tienen que algo que ver con el Premio de la Academia.

Me falta algo? Encontrarán un poco de “Musical”, poco más de “Aventura/Fantasía” y mucho menos de “Disney”. De más está decir que aquellos nombres propios que figuran en las etiquetas son algo así como los personajes ‘mimados’ de “Los Sospechosos de Siempre”…De estos todavía faltan por aparecer.

Dato importante: para referencia o recomendaciones automáticas, no puede fallar fijarse en "Rankings", donde se encuentran listas de las mejores películas que he visto los últimos años.

Pensé mucho en cambiar el diseño y los colores, pero el que está ahora me gusta demasiado. Sin mucho más que decir, espero sus opiniones y nos estamos viendo muy pronto.

Saludos Sospechosos!

Pd: Ah, sí se preguntan; "Cine Críticas" contiene las críticas posteadas este año (no todas, siempre alguna me falta agregar...pero me parecía buena idea y voy a seguir con eso)

Wednesday 13 August 2008

El placer de la buena actuación…nada más

Como les anunciaba la semana pasada, de manera muy corta, hay ciertos dúos actorales que se vuelven memorables no por tanto por lo que provocan en pantalla sino más por el hecho de que se hayan concretado en sí. La encuesta actual del blog es un delirio momentáneo que tuve el fin de semana, en el que pensaba a cuáles de mis actores favoritos me gustaría ver en un dúo actoral.

Quizá si el dúo que veremos hoy no se hubiera dado, también lo hubiera incluido. Hay actores a los que les perdonamos todo, por el placer de verlos solos y/o juntos; así como hay muy malas películas salvadas por grandes elencos (mi crítica de “La joya de la familia” explica algo de eso). En “Antes de partir”, unen fuerzas dos de los titanes del cine americano: Morgan Freeman y Jack Nicholson.

Sí, puede ser que en el film Jack esté simplemente siendo Jack (elevado a la enésima potencia) y que lo mismo se de con Freeman, pero llega un punto en el que ya no importa y en el que simple hecho de verlos a ambos en pantalla teniendo una conversación, nos genera una pizca de alegría; aunque la película no sea buena.

La crítica de “The Bucket List”, a continuación.

“The Bucket List”

Si alguien hubiese creado un concurso en el que el mejor guión escrito para que Jack Nicholson y Morgan Freeman protagonicen una película juntos terminara siendo una película protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freeman, Justin Zackham probablemente lo hubiera ganado. “The Bucket List”, escrita por Zackham y dirigida por Rob Reiner, cuenta con ambos pros en los papeles principales de dos viejos a los que les queda menos de un año para vivir.

La elección de roles no podía ser más perfecta. Nicholson interpreta a Edward Cole, un multimillonario que ama la soltería y las fiestas; y Freeman interpreta a Carter Chambers, un hombre sereno que trabaja como mecánico pero lee mucho y se sabe todas las respuestas de las preguntas de programas tipo “Quien quiere ser millonario”, y ama a su mujer e hijos. Decir que ambos son ‘cambiados’ cuando termina el film es bastante justo, pero no es justo decir que me creí ese cambio.

Sin embargo, creo que “The Bucket List” no se trata de una experiencia que cambia la vida de las personas (incluso si muchos lo vieron así; y aunque el espectador esté convencido o no de ese cambio); todos sus momentos dramáticos son flojos, predecibles y parecen estar ganando tiempo. De hecho, no creo que el film ni siquiera sea acerca de la ‘lista’ del título (una lista de todas las cosas que los dos viejos quisieran hacer antes de morirse); las pocas cosas que los vemos hacer, sin importar cuantas contiene la lista, no parecen muy significativas y también parecen querer ganar tiempo.

Quizá es porque me estoy sintiendo gentil o cualquier otra razón, pero hor diré que esta película es acerca de ver a dos grandes actores haciendo lo que mejor hacen; y en ese aspecto triunfa. Estuve pensando en referirme a “The Bucket List” como un vehículo…Puedo llamar ‘vehículo’ a un film con dos actores viejos y muy reconocidos? Por qué no?

A todo el mundo le gusta ver a Freeman y a Nicholson, y este es el primer film que han hecho juntos. También podría arriesgarme y decir que el film contiene un ‘typecasting’ (cuando se contrata a los actores para interpretar esos roles en los que la tienen muy clara) hecho admitidamente y que el espectador encuentra instantáneamente placentero. Por ejemplo, no hay nada más placentero que escuchar la voz de Morgan Freeman narrando algo (lo hemos escuchado en muchas películas, notablemente en “Million Dollar Baby” y la gran “The Shawshank Redemption”), y eso es exactamente lo que ocurre al inicio de la película.

Y Nicholson…Bueno, cada papel que ha hecho esta década involucra un personaje que está casi ‘al final del camino’, por así decirlo (su Dr. Schmihdt, su Frank Costello en “Los Infiltrados"-aquí mi crítica-su Harry en “Something’s Gotta Give”), y está bien; no tengo ninguna queja con ello como la tengo con algunos de los roles que Al Pacino ha estado haciendo, por ejemplo.

A veces todo lo que queremos ver es buena actuación. “The Bucket List” provee eso, mientras que estos dos gigantes se ríen juntos y nos hacen reír en algunos de los pequeños buenos momentos del film (Sean Hayes asegura algunos de éstos también, en un inesperado papel secundario), o mientras tratan de hacernos llorar, luchando contra la cursilería del guión. Hacen lo mejor que pueden (Freeman más destacadamente, que genio!), y como espectadores tenemos que estar agradecidos por ello.

Debería darle algo de crédito a Rob Reiner, cuya carrera viene en caída libre hace un largo tiempo ya? Quizá debería, pero también podría recomendarle al director que hago su propia ‘lista’, y que su primer ítem sea algo como: “Hacer alguna buena película”...‘Antes de partir’, si se entiende.

---6/10

Saturday 9 August 2008

Rareza de la semana

Estoy de vuelta. Debido a que tuve complicaciones para hacerme presente por unos días, la semana que viene también incluirá dúos actorales; me faltaron algunos (uno en especial, y quizá ninguno más) que no destacan tanto por su calidad como por lo que significan.

Pero eso la próxima. Hoy les traigo una rareza de un subestimado actor que vemos en todos lados y que rara vez recordamos patentemente. No tanto como es el caso de Christopher Walken, que suele salvar algunas películas del completo desastre con su presencia, Steve Buscemi pasa más desapercibido en sus participaciones cinematográficas; no creo que sea alguien a quien le guste llamar la atención.

Quizá por eso se refugia en el circuito independiente para componer sus actuaciones más destacadas y para dirigir películas. Hoy les traigo “Interview”, intenso viaje con un poderoso dúo actoral inesperado, a diferencia de esas cosas que esperamos que los actores hagan; como les contaba en “The Savages” (un poco más abajo).

La crítica de “Interview”, a continuación.

“Interview”

Cuando Pierre se sienta y le dice a Katya que no ha visto ninguna de sus películas y que generalmente hace periodismo relacionado con política, la actriz está un poco decepcionada. Ella es una sensación; mujer hermosa con un programa de TV y algunas películas clase B pero mejor conocida por las personas con las que se acuesta y por sus escándalos sexuales…Un poco como Sienna Miller, y Sienna Miller la interpreta.

Luego de una breve discusión y otros eventos, una charla en un restaurante se convierte en una charla en el departamento de Katya, y una muy larga. Ahora “Interview” comienza, y cubre una conversación que es todo menos lo que declara el título. Y cuando digo todo, me refiero a absolutamente casi todo lo que puede ocurrir en una hora y veinte minutos.

“Interview”, dirigida y protagonizada por Steve Buscemi, parece al principio algo como “Out of Sight”, en donde los polos opuestos se atraen, pero luego se convierte en algo como “Tape” (aquí mi crítica), donde experimentamos varios giros de la trama en un espacio pequeño y en una corta cantidad de tiempo. Sin embargo, al final de cuentas este film no es como “Tape” tampoco, aunque tiene algunas similitudes que explicaré luego.

Primero, las diferencias. “Tape” es una película acerca de una relación; “Interview” es una película acerca de las relaciones en general. “Tape” pone todo en la mesa con honestidad; los personajes de “Interview” parecen esconder cosas todo el tiempo y llega un punto en el que la película se vuelve un juego de decepciones, una competencia en la que el más inteligente gana.

No se confundan, también hay una relación en el film; una relación de dos opuestos cargada de tensión sexual, pero el sexo pasa a un segundo plano. Es superado por las palabras que hacen del film algo acerca de las relaciones en general. En otras palabras, somos cautivados por la tensión sexual pero no tanto como por lo que los personajes dicen y discuten. Quedamos cegados ante sus cambios de humor y parecer en una pieza que también es más lenta que la imparable “Tape”.

También hay que destacar que es más difícil con dos que con tres. La dirección de Buscemi aquí pone a la actuación como el factor principal. Él es (como dije) ese actor que siempre está ahí pero nunca recordamos. Bueno, no se olvidarán de él luego de ver su trabajo aquí: no olvidarán su cara, su temperamento y su naturalidad; es una persona de verdad.

Y lo de Sienna Miller es otra historia. Estoy seguro de que cada crítica de este film contiene la comparación que hice arriba, pero yo personalmente creo que hace falta una actriz de gran coraje, personalidad y talento para asumir un rol como el de Katya tomando en cuenta su situación. No es superficial porque Miller realmente tiene una reputación, pero si me preguntan a mí les diré que su interpretación aquí es fantástica, llena de tristeza y alegría eternamente cambiantes, una sonrisa adorable que los enamorará y un perfecto acento americano.

Si algo es similar a “Tape” aquí, es el desafiante trabajo de edición y fotografía. Este film es un remake, y el mismo equipo que trabajó para el original en Holanda viajó a los Estados Unidos para trabajar con Buscemi. Theo Van Gogh; el director de la original y la inspiración para este proyecto, desarrolló un sistema de filmación con tres cámaras digitales al mismo tiempo. El cinematógrafo Thomas Kilst se encargó de ello y Kate Williams lo editó. Gran trabajo.

Considerando a “Interview” como el juego engañoso que es, les haré una pregunta, y piensen la respuesta porque puede que no sea tan fácil como suena: Quién es mejor engañando? Una actriz o un periodista?

---8/10

PD: Ah, estoy delirando, pero les pido una opinión. ¿Qué les parece esta frase (no es algo que haya que analizar ni nada por el estilo)?

“Hay cosas que solo le pueden pasar a poquitos/Me vacían el mundo a sorbitos”

Wednesday 6 August 2008

Cumpleaños...

Hago un alto hoy, y lo hago antes de mañana porque ahora estoy en una computadora y mañana quizá no lo esté en todo el día. Pasa que cumple años el señor Lucas Giayetto, y como yo me olvidé el cargador de mi computadora (y de mi celular) en mi querida General Roca, no tengo otra manera que felicitarlo que por este lugar.

Supongo que va a entrar, porque me ha demostrado que aunque no comenta siempre pasa por acá. Entonces, y sin más preámbulos, le deseo a Yaye el mejor de los cumpleaños desde Los Sospechosos de Siempre y su humilde staff.

Sabes que te tengo siempre presente pa, sabes que te admiro y te respeto aunque mi blog sea muy desconfiado en tu blog ;). A los que leen, ya saben que pueden ver mucho de la magia de Giayetto en tres lugares: dos están en los links ("Exagerador Nacional" y "La magia que se quedó" :D ) y el otro es algo así como mkingdom.blogspot.com

Cualquier otro día y con más recursos, esto hubiera incluído una crítica con dedicatoria y más, pero son los tiempos en que vivimos...

Pasala bien Yaye, esta vez no va a haber sorpresas ;)

Abrazo y Saludos Sospechosos..

Tuesday 5 August 2008

Desafío Matsan: Resultados

Lo voy a hacer corto. Disculpas por la tardanza de los resultados; vi tantos votos en la inicitativa del regreso del Desafío y lógicamente esperé la misma cantidad de participantes en el mismo, pero eso no se dio. Tuvimos los suficientes como para hacer un próximo reto (si el Matsan se anima), sin embargo, y hay un ganador.

Es Desirée!! Mientras que varias personas pusieron solo dos respuestas y algunos ni se la jugaron con eso, Desirée me mandó un mail con dos respuestas correctas y con la última diciendo que creía que esa era. Pues acertó.

Su premio? Mis más sinceras felicitaciones y el agradecimiento por los comentarios llenos de cinefilia que intercambia a diario con Facundo. En fin, aquí las respuestas correctas a las preguntas.

1-Scoop (aquí mi crítica, la primera de todo el blog)
2-Volver al futuro
3-El club de la pelea

PD: Si no posteo por un par de días (tenía planeadas dos críticas más esta semana) es porque mi computadora anda sin batería y sin cargador, de momento. Igualmente prometo hacer el mayor es esfuerzo para hacerles llegar lo planeado; si no hasta entonces Sospechosos...

Monday 4 August 2008

Menos es más

Decidí seguir un poco más con los dúos actorales, sobretodo en esos géneros en los que aparecen como una sorpresa, tal como lo vimos la semana pasada. Esta semana estaremos viendo títulos de años un poco más recientes, incluso de algunos estrenos que tuvimos en las carteleras nacionales este año.

El film de hoy, estrenado como “La familia Savage” es uno de ellos, que a mí me divirtió mucho, entre otras cosas, y que pasó bastante desapercibida por las salas locales. La película es una de esas comedias independientes americanas, que suelen ser más relatos corales con muchos actores involucrados; obviamente este no es el caso.

No quiero sonar pomposo, pero a algunas amigas mías no les gustó el film, simplemente porque “las deprimió”. Quizá no estaban en un buen día, y es entendible, pero cómo te hace sentir una película no es la principal y menos la única manera de determinar la calidad de la misma; es tan sólo una de muchas.

La crítica de “The Savages”, a continuación.

“The Savages”

Menos es más, o así dicen; y de vez en cuando aparece una película que logra tanto con tan poco que nos recuerda que todavía algo queda. “The Savages” es uno de esos films, o por lo menos ‘ese’ film, considerando todo lo que he visto hasta ahora en el año. Sin ser un relato completamente original, la pieza de Tamara Jenkins llena la pantallas con todas esas maravillas del cine independiente americano que se han vuelto tan distintivas con el pasar de los años y las mezcla con un poco de eso que conocemos como ‘toque personal’.

La primera escena, más allá de ser la anticipación de algo que tiene mucho que ver con el sujeto central de la película, es una burla muy inteligente hacia el típico barrio privado americano soleado donde todo parece perfecto. Cámaras fijas acompañan la introducción de una canción mientras vemos diferentes casas privadas y soleadas y luego una calle y una hilera de pequeños árboles, desde donde emergen mujeres mayores vestidas de porristas que bailan al ritmo inexistente de un tema muy antiguo que ahora tiene letra; y luego la cámara se va.

Jenkins está predisponiendo el ambiente, y esto es algo que, juntó con el cinematógrafo Mott Hupfel, continuará haciendo de modo casi idéntico durante todo el film porque si bien “The Savages” es un film con pocos personajes, desarrolla su historia en varios lugares diferentes. Primero en Arizona, donde conocemos a Lenny Savage (Philip Bosco); luego en Nueva York, donde conocemos a Wendy Savage (Laura Linney), quien hace una llamada a Buffalo, donde Jon Savage (el gran Philip Seymour Hoffman) vive, y le dice que algo anda mal con Lenny, el padre de ambos.

Esos son los Savages, y eso es todo lo que necesitan saber de la trama si quieren ser sorprendidos placenteramente. Sin embargo, sorprender no es la intención de esta película, y cuando las sorpresas ocurren, son placenteras por el simple hecho de que están salidas de la vida real; y quizá no son sorpresas felices, porque feliz y placentero no es lo mismo (de ahí también un poco lo que decía de cómo te tiene que hacer sentir una película y demás).

De hecho, una de las grandes cualidades de esta películas es que pueden llegar a reaccionar placenteramente ante un momento no placentero y, por el contrario, pueden llegar a querer reírse de algo que normalmente no considerarían gracioso. Hay que ser alguien con muchas virtudes para crear el balance perfecto entre drama y comedia, en una comedia dramática. Tamara Jenkins es definitivamente una de esas personas, mientras su guión perfectamente construido nos lleva y nos trae en un paseo emotivo mientras nada está ocurriendo en la pantalla.

No estoy diciendo que no funcionan, pero las imágenes son simples; muy bien planeadas pero simples. Entonces la clave está en las palabras; cualquiera que se atreva a presentar una escena con una discusión acerca de un cliché en una historia que es, en aspectos poco importantes, ‘un cliché’, tiene que estar haciendo algo bien. Esa escena y todas las otras discusiones de todo tipo son el punto alto del film. Por qué? Las actuaciones.

No puedo imaginar a otra actriz que no sea Laura Linney para un rol como el de Wendy Savage y lo mismo va para Philip Seymour Hoffman y su papel. Dos actores interpretando dos roles que pensamos que se saben de memoria, pero que en realidad están recreando para hacerlos aún más ricos; dos bombas irreverentes y únicas a punto de explotar que, sí, desesperadamente queremos que exploten. Bueno, cuando lo hacen, tenemos la suerte de estar del otro lado de la pantalla para experimentarlo y todavía estar vivos una vez completa la explosión (no sé si fue la mejor metáfora, pero era la única que encontré para alabar este gran dúo actoral).

Si hay un problema con el film acerca de la familia Savage viene de su árbol familiar. “The Savages” tiene algunos primos segundos, como “Little Miss Sunshine”-aquí mi crítica-, con su guión original de Michael Arndt y la dirección de otros dos individuos; algunos primos hermanos como “The Squid and the Whale” (también protagonizada por Linney)-aquí mi crítica-, con el guión y la dirección autobiográfica de Noah Baumbach. Cada imagen, si se presta la suficiente atención, puede recordarles esos films en varias maneras. Y saben qué es lo gracioso? “The Savages” es mejor que ambas películas.

Y como olvidarme de su hermana, un film un poco más viejo escrito y dirigido por otra mujer virtuosa: “Lost In Translation”. Sí, pueden llegar a encontrar algunas imágenes y momentos similares, sentimientos también; y si son de los míos (significando esto que se hayan reído durante el film de Sofia Coppola), la pasarán muy bien con “The Savages” que, aunque no lo crean, también para mí es mejor que su hermana. Porque Jenkins se arriesga a lo grande; con su guión original, con las imágenes, con la repetición del trabajo de cámara, con la música repetitiva (Stephen Trask) y el uso de dos actores fenomenales que hacen exactamente lo que estamos esperando que hagan. Menos es más.

---9/10

PD: Mañana los esperados resultados del Desafío Matsan
PD2: Como resaltaron en algún comentario, y por suerte, la encuesta nos dijo que nadie ve películas en su iPod (ya dije esto?)…Yo también veo muchas cosas en DVD.

Friday 1 August 2008

El Rincón de Alejo

Se venía quejando el Rosarino, con quien estamos pasando unos buenos tiempo en la hermosa ciudad de General Roca. Hubo concierto ayer, estuvo lindo, se disfruta el ambiente. Pero no nos desviemos; sin más preámbulos, los dejo con Alejo y su crítica de un film que no vi pero que forma parte de la obra de un director al que personalmente respeto mucho (aunque mucha gente no).

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Desperado (1995)

Iba a escribir sobre “Closer”, película que vi hace tiempo y recordé antenoche en el Hallmark, pero no me percaté que ya existe una reseña sobre ella en este blog, y muy adecuada, dicho sea de paso. Hoy les traigo, para relacionarlo con mi última aparición, un filme gastado por las cadenas I-sat y Space; “Desperado” del genio Robert Rodríguez. A mi criterio, un trabajo como éste, siendo el segundo de su carrera, merece una óptica diferente y un análisis más detallado, que nos permita entender al director.

Evadiendo el perjuicio de la violencia, los litros de “fake blood” y las pilas de changos muertos, veamos que podemos extraer de todo esto. En un principio, hay un trabajo de filmación estética que resalta; un uso de los recursos cinematográficos muy inteligente (no sólo de FX, sino en cuanto a movimiento, luz y decorado) y acción que no aburre nunca. Aquí hay otro tipo de acción, una que lleva su marca registrada.

Por otro lado, si hay algo que me fascina de esta película son los diálogos. Son tan justos, tan potentes y atractivos, que no dicen más de lo que tienen que decir y le agregan un sabor diferente a las relaciones. “Las palabras pegan más que mil golpes”. En este aspecto debo recalcar la labor de Joaquim de Almeida –en una de sus mejores perfomances a mi juicio-, quien se hace valer de los mejores discursos y frases más apabullantes en su personaje de Bucho . Creo que es el mensaje expreso de lo que quiso transmitir Rodriguez en su guión. Hay una interesante aparición de Steve Buscemi, que ya venía haciendo de las suyas por esos años y el primer papel más importante de Salma Hayek. Párrafo aparte.

¿Pero qué pasa con el Mariachi?. En ésta fábula de venganza lo encarna Antonio Banderas, mucho mejor que en “Once upon a time…” y que Carlos Gallardo en “El Mariachi”. Está de más decir que Desperado me parece la más contundente de la trilogía, lejos de caer en el perjuicio de que son historias independientes entre sí.

Robert Rodriguez en ésta como en cualquier otra de sus producciones deleita con su musicalización; tiene “oído” para el cine (como para tocar la guitarra en su banda Chingón). Si no me creen, vean cómo nos cuenta Desperado con cortes rockeros y mucho folklore mexicano. Canciones de Los Lobos y de Tito & Tarántula, son ahora íconos del cine. Ahora bien, la historia es dura, pero la comicidad se hace presente en varios lapsos, por ejemplo en la entrada de Buscemi al bar o la primera aparición del Mariachi al mismo. Vemos como el director se burla de los clichés del “mystery” y de los mitos urbanos.

¿Qué complementa mi argumento? La historia. Y en esto no puedo evitar relacionarla con Kill Bill. Rodriguez ha sido colega de toda la vida de Tarantino; se han ofrecido, intercambiado y compartido trabajos a lo largo de los años, y tienen una visión de cine muy similar en ciertos puntos. Podríamos decir que “Kill Bill” se reduce a un crimen pasional, y estaríamos equivocados. Podríamos decir que “Desperado” a una venganza bruta y sin atractivo y lo estaríamos más. Yo creo que lo que hace bueno a estas películas es como la trama entiende a la “revancha”; como se puede enlazar acción con palabras y transmitir un sentimiento fuerte, pero más aún, como la hacen progresar para llegar a un momento clave, como es el final, y resolverlo de manera inteligente y acorde. Esa “revancha” va ligada a un afecto, y cuando vi por primera vez este filme, y viví su final, me provocó la misma conmoción que el cierre de Kill Bill. No voy a decir que es un “peliculón” ni mucho menos, pero definitivamente un “must-see” para cualquiera. Incluso para los que dejaron de ver a Robert Rodríguez después de “Spy Kids”.

Escena imperdible: el diálogo de Bucho y el Mariachi sobre el final.