Friday 30 October 2009

Volver a ver: acerca del efecto de las revisiones y el análisis de dos obras en particular; derivaciones y desviaciones (Especial Parte II)

Seguimos con este especial y con la misma discusión que alegremente comenzó el post pasado. La verdad de la cuestión para alguien que no tiene la revisión de films como principio/costumbre (y que no tiene el "Síndrome Goncha"; creemos que eso ya quedó claro) sigue estando, creo yo, en el por qué. Al revisar films que nos gustaron, también creo, encontramos la respuesta...Más aún cuando los revisamos sin planearlo de antemano. El otro día daban “Realmente Amor” en Hallmark. Tenía poco de empezada. Me senté un rato y sin darme cuenta me quedé viendo la película entera. No me tomó por sorpresa porque es algo que siempre me ha sucedido con el film; donde sea que lo pasen lo termino viendo. Debe ser en principio porque me encanta, pero hay algo más.

Siempre dije que como película en general “Realmente Amor” era muy buena pero que como comedia romántica era excelente, casi predilecta, antológica. Hoy, cerca del final de la década, podría animarme a presentarla como “una de las comedias románticas de la década”, con todo lo que eso implica. ¿Y qué implica? Pasa que se ha deformado y se ha perdido la esencia de la comedia romántica más reciente. Parafraseando una crítica de Juan Pablo Martínez: “La estructura básica de una comedia romántica contemporánea suele ser la siguiente: los personajes se conocen, no se llevan nada bien, hay uno o dos “terceros en discordia”, concretan, algo los hace distanciarse y, finalmente, se dan cuenta que están hechos el uno para el otro, cortan definitivamente con ‘los terceros’ (que, si son malos, se quedan solos, y si son buenos se quedan con algún familiar de uno de los protagonistas y viven felices para siempre)”.

Esta estructura, bastante detallada por Martínez, es a la vez más compleja. Los ‘terceros’ en principio no siempre están y cuando están no son únicamente personas, pueden ser situaciones o momentos de vida; no siempre los personajes se llevan mal al principio y no siempre se dan cuenta que están hechos el uno para el otro...Al menos no por sí mismos. Lo que quiero decir es que siempre está la comedia romántica que desafía el cliché, que atenta contra la estructura de manera radical y ya no puede verse como “comedia romántica”, porque aunque lo sea por conveniencia, es la misma película la que desde el principio quiere ser otra cosa. Como ejemplo ilustrativo se me viene a la mente la española “El otro lado de la cama” (aquí mi crítica). Es por eso que yo honro –y a veces hasta prefiero- a las comedias románticas ‘por definición’ que, en su composición, intentan traer frescura a la fórmula establecida. No cambian la estructura (¡no!) y están orgullosas de ser lo que son, sabiendo que al menos traen algo diferente. Puede ser una frase, un personaje que esté mínimamente fuera de lugar, una escena particular, un plano, una situación, una canción en alguna parte. Con eso basta, siguiendo el principio que trato de destacar a la hora de ver comedias románticas: el dejarse llevar. Ejemplos ilustrativos de esto último: “27 Bodas” (aquí mi crítica) y “13 going on 30” (aquí mi crítica).

En fin, la descripción de Martínez sirve (y mucho) para al menos hacer referencia a lo que Richard Curtis se encargó de construir durante mucho tiempo y de lo que “Realmente Amor” es la culminación. Creo que en mi crítica del film está bastante claro. Curtis es pionero en la contemporaneidad del género, y tras una vida escribiendo, se colocó detrás de la cámara por primera vez con este film, procurando poner lo mejor de todo lo que había hecho hasta el momento. Dialogando con todo ello (“Notting Hill”, “Cuatro bodas y un funeral”, “El diario de Bridget Jones”) y estudiando su propia obra, como un aprendiz se puso a trabjar. Creo que Curtis sabía que tenía en sus manos un film que redoblada, quizá triplicaba la apuesta. Ahora parafraseo a mi persona: “...en “Notting Hill” y “Bridget Jones” los personajes centrales eran dos en una relación o en un triángulo amoroso, y todo era más reducido; pero en “Love Actually” no hay ni dos ni tres, sino una docena de personas, que en algunos casos ni se relacionan, aunque están unidos por un mismo vínculo: amor, que realmente está en todos lados.”

Este sigue siendo en principio el máximo logro del film, que no defraudó con sus ‘taglines’ (“El amor está en todos lados”, “The Ultimate Romantic Comedy -sólo suena bien en inglés-) y me atontó en la gran pantalla para seguir haciéndolo en la pantalla chica. Uno no se cansa de “Realmente Amor” que, dado lo que venimos comentando, contiene de todo un poco y un poco más. Curtis, su pluma y su cámara dan lugar a un cúmulo de situaciones extremas tras situaciones extremas envidiable que es arriesgado pero no falla. La situación extrema es la clave de la comedia romántica contemporánea (Hugh Grant y su familia en el taxi a las corridas para llegar a la conferencia de Julia Roberts en “Notting Hill”; Ralph Fiennes corriendo tras Jennifer Lopez en “Maid in Manhattan”, el jardín de ensueño que Mark Ruffalo le hace a Reese Whiterspoon en “Just like heaven”aquí mi crítica-, Matthew McConaughey corriendo tras alguna chica en alguna comedia, Jason Lee corriendo tras Julia Stiles en “A guy thing”...y puedo seguir), y lo que hace el director aquí es abrir el juego.

En “Realmente Amor” no hay límites, casi literales podríamos decir. Colin Firth tomándose un vuelo a Portugal para pedirle casamiento a Lucia Moniz (su personaje se llama Aurelia) en una escena que permite que Curtis se divierta con el lenguaje para generar humor; un Hugh Grant que es Primer Ministro yendo a buscar, hasta una casita chiquitísima, en limosina y seguido de custodios policiales, a una chica que trabaja para él y de la que está enamorado; un chico de no más de 12 años, alentado por su padrastro, corriendo por las barreras de seguridad de un aeropuerto hasta la puerta de embarque de un vuelo para despedir a la chica que le gusta...Todo esto sucede en Nochebuena (más extremo aún, ¿no creen?), día que inspira a confesar verdades y que obliga al director a incluir algunas frases trilladas que no suenan bien pero son perdonadas porque el resto es muy fuerte, muy preciso y muy romántico en su justa medida.

Ni siquiera tan empalagoso. Hay un poco de desafío a las convenciones en los “momentos culminantes” que la película acumula sin freno y sin miedo. Por un lado, la relación de dos compañeros de trabajo (Laura Linney y Rodrigo Santoro) que se interrumpida por una llamada del hermano de ella, que tiene problemas mentales. Escrito suena simplón, pero él espera, y después se cansa y se va. Más tarde se cruzan miradas, no se dicen nada porque es muy fuerte el deseo de algo que podría ser pero va a estar siempre en riesgo. De este modo, también hay una secretaria que tiene un amor solitario, que nunca es correspondido. Por otro lado, está la mejor escena del film y una de las escenas románticas más bellas de la década (esta sí). No hay palabras para esa grandeza tan breve: el que reconozca la foto a continuación, que transcriba su opinión; el que no haya visto el film, no sé que está esperando.


Abrir el juego es también jugar. Dar espacio para personajes desaforados, “viejos zorros” fuera de serie como el Billy Mack que interpreta tan bien Bill Nighy y que con cada comentario reordena los elementos de una escena. Personaje también tierno, que tiene su momento romántico junto a su manager, un gordito (también tierno) con quien Nighy termina pasando la navidad en una escena anticipada por otra que quizá tiene demasiados primeros planos. El primer plano para enfatizar los sentimientos del personaje en un momento determinado es un recurso muy delicado, de modo que en la escena en que Billy Mack se entera de que es el número 1 le juega en contra a Curtis y que en otras tampoco es lo más gratificante. Pero ese detalle no puede tomarse como cosa mayor ante la habilidad de saber jugar: de saber poner a Hugh Grant en un personaje con el que se va a robar cada escena, de hacer lo mismo con Alan Rickman; de traer a actores de carácter, comprometidos, como Emma Thompson y Liam Neeson, cuya pasión y emotividad a la hora de componer sus personajes los separa del resto del elenco sin desentonar; de meterlo por ahí a Rowan Atkinson, su querido Mr. Bean que da lugar a la comedia física en algunos momentos cruciales que se vuelven incómodos. Esto es a propósito, se entiende y funciona.

También funciona la selección musical, delicada y acertada, y sin embargo no preponderante. Es un sonido que está allí, cerca del fondo, para el que lo quiera escuchar y acompañar el momento. Nada de montajes musicales al estilo “When You Say Nothing At All” de “Notting Hill”, que el director entiende que aquí son innecesarios y cortantes respecto de la fluidez del relato. No cualquiera junta tantas historias de amor, todas extremas desde el vamos (dos personajes se conocen filmando una película erótica, y ese es sólo un ejemplo) y hasta inverosímiles como la de un personaje que decide como loco irse a Estados Unidos porque cree que va a tener mucho sexo –debido a que a las mujeres les encanta como hablan los ingleses; aquí Curtis se divierte nuevamente con el lenguaje-, y apenas pisa un bar allí, conoce y pasa la noche con cuatro mujeres (sí, anoten bien lo que sigue): January Jones, Ivana Milicevic, Shannon Elizabeth y Elisha Cuthbert. No cualquiera lo hace saliendo airoso, al menos.


“Realmente Amor” es eso; es Liam Neeson mencionando que si se le aparece Claudia Schiffer deja todo y Claudia Schiffer apareciendo de la nada algunas escenas más tarde. Es maestría de comedia romántica, entendimiento, intertextualidad, riesgo, escritura y reescritura en algo que desde hace tiempo está escrito. Hasta que el propio Curtis o alguien más se atreva a elevar la apuesta, o hasta que revise el film una vez más, me quedo con esto. Y no es poco.

PD1: Como siempre, me faltó mucho para decir.
PD2: Ahora que hablamos de comedias románticas, ayer vi por primera vez "Win a date with Tad Hamilton"..que buena peli! Más tarde me voy a sentar a escribir la crítica.
PD3: Sé que el título dice que se analizan dos películas...pero estoy en el armado del análisis de la otra; una peli que saldré a defender y que (estoy seguro) por ello me tirarán piedras. No es fácil.
PD4: Les dejo una suerte de árbol genealógico/de relaciones de "Realmente Amor"; aunque no parece estar muy claro. Pero por ahí les interesa.



Saludos Sospechosos!

Tuesday 27 October 2009

Volver a ver: acerca del efecto de las revisiones y el análisis de dos obras en particular; derivaciones y desviaciones (Especial Parte I)

Hace poco se inauguró aquí la sección “Toco y me voy”, con una especie de reseña del clásico de Kubrick “2001: Odisea al espacio”. Aunque seguramente en algún futuro, de momento no siento la necesidad de sentarme a ver el film nuevamente. Dentro de muy poco el próximo título de la nueva sección será “American Graffiti”, de George Lucas, y la verdad es que aunque me gustó tampoco me dan ganas de volver a experimentarla.

Cúlpenme, pero en general no soy muy fanático de las revisiones. Entiendo que hay ciertas películas que no se pueden apreciar con un solo visionado (“Donnie Darko” se me viene a la cabeza), entiendo que hay otras que nos tocan una fibra personal o nos producen una conexión y no podemos hacer más que mirarlas repetidamente (vi “Sábado” cinco veces en lo que va del año) y no hay duda de que también están aquellas que marcan su presente y futuro apenas las vemos (ahora se me cruza “Smokin’ Aces”, aunque sé que no todos estarán de acuerdo). El futuro, en este caso, es el de no encontrarnos con esas películas nunca más. Todo esto, claro está, va más allá de que el film en cuestión sea bueno o malo.

Algunas veces me gustaría padecer el “Síndrome Goncha”. Es un síndrome que tiene su nombre en honor a mi hermano, y que consiste en el visionado repetido de películas por televisión. Cuando a la misma hora pueden estar pasando cosas que nunca vio, él no se cansa de ver films -a mi entender en calificación de regulares para abajo- que ya ha visto no una, sino varias veces. Matsan también padece el síndrome, que puede tener su efecto positivo en algunos casos, como el de ver buenos films del estilo de “Los piratas del Caribe” una cantidad incontable de veces. Habría que preguntarle a ellos: ¿Por qué? ¿Por qué esas películas tantas veces? ¿Las aprenden a querer más? ¿Les revelan nuevas cosas? ¿Las aprecian desde algún aspecto en particular?

Con la mezcla de esas preguntas yo encaro mis revisiones, que son pocas y espontáneas. Y sí, analizo un poco más, presto atención a los detalles, si son películas que adoro intento buscar fallas. Sin intención alguna, este año me encontré viendo varias veces “Ligeramente embarazada” (aquí mi crítica) y “Juno” (aquí mi crítica). Es obvio que en una crítica relativamente corta uno no llega a decir todo lo que a veces necesita o quiere detallar acerca de un film, y de ahí los análisis como el último de “Bastardos sin gloria”.


Al menos personalmente, estas revisiones no buscadas ratifican lo que una película significó para mí en un primer momento, y me dan la posibilidad de deleitarme ante diálogos y situaciones que verdaderamente son un deleite. Por el tema del embarazo y un género que las une, la película de Apatow y la de Reitman pueden contraponerse. A lo sumo, después de verlas tantas veces entiendo que hay una que apela más primordialmente a lo cómico (la primera) y otra a lo dramático (la segunda), y que de allí la construcción de personajes de cada una está realizada al servicio de esa necesidad. Los personajes de “Ligeramente Embarazada” son hombres grandes a la deriva, casi eternos adolescentes que no hacen nada de sus vidas y ello no les presenta contradicciones; sólo uno, el protagonista, se ve ante un cambio radical por una mujer a la que el embarazo le descoloca su forma de vida. Los personajes de “Juno” son adolescentes que tienen señas de suma madurez, en su hablar y en las decisiones que toman; la mujer con un embarazo que al final del día no suena tan mal y que está dispuesta a asumir casi como producto de un acto de puro amor (el personaje de Ellen Page es sumamente complejo a propósito –siempre lo dejé claro-), el hombre con ganas de formar parte pero entendiendo que es una edad en la que tiene que mantenerse al margen, aunque también sienta ese amor puro que generó el ‘percance’. Los hombres mayores, a diferencia de la inmadurez y relajación del ‘prototipo Apatow’ del otro film, viven con contradicciones constantes, sobre el estilo de vida que llevan, sobre las relaciones personales con los miembros de su familia y alrededores (relaciones siempre imperfectas por principio y multidimensionales para que la imperfección no parezca un estereotipo y quede signada como defecto en el film); tanto que cada vez que uno vuelve a ver el film, se asombra ante la lucidez de las conversaciones que comparten...Todos con todos. Esta lucidez también está presente en Apatow, pero allí más que nada lo que sucede es que nos reímos mucho.


Pronto la segunda parte del Especial!
Y respondan la encuesta!
Saludos Sospechosos

Wednesday 21 October 2009

Al don al don al don pirulero, cada cual cada cual atiende su juego

Dedicado a Yaye, Agus Castelli y Tote Auche...Y Alejo, el dire.

“A lo largo de su carrera cinematográfica, Quentin Tarantino ha construido a partir de lo cotidiano cosas nunca vistas antes. Su apreciación del statu quo del cine ha sido siempre la de un inventor que rebusca en una chatarrería. Sus películas arden ante nuestra mirada y hace que se nos antojen extrañas y familiares, todo a la vez. Tarantino nos devuelve al futuro. Y ahora lo vuelve a hacer con Bastardos sin gloria”
–David L. Robbins

Atención: Pueden encontrarse revelados detalles argumentales.

Hay cosas con las que no se jode, y esto lo sabemos todos. Quentin Tarantino es un antes y un después en el mundo del cine, se mire por donde se mire la cuestión. Un tipo capaz de conjugar en dos horas de película lo que se le antoje y cómo se le antoje: ha dado lugar a despliegues visuales (técnicos) y recursos de utilización de la temporalidad cinematográfica que hoy son tomados como ejemplo, muchas veces con poco éxito. Yo creo que la razón del éxito de Tarantino (y la del fracaso de los otros) tiene una justificación simple pero compleja a la vez, algo que no hay que dar por sentado. A diferencia de otros cineastas, que van desde un seguimiento patente del guión a la confianza en un actor, pasando por un pretendido dramatismo que inunda toda la puesta en escena y demás fundamentos que nunca se ven plasmados y justificados del todo, Tarantino sabe por qué está haciendo una película: por el cine.

El título del posteo hace referencia a que cada uno se dedica a lo que sabe, y punto. Tarantino fue capaz de ver un mundo que existe gracias el cine, que cobra vida en el cine, metiéndose allí mismo con el cine para que nosotros al salir del cine no podamos dejar de hablar...De cine, claro. En este aspecto, es posible que “Bastardos sin gloria” sea su mejor película; una especie de rompedora de barreras que permite localizar al cine como parte fundamental de un momento histórico importantísimo: el final de la Segunda Guerra Mundial. ¿Parodia? No lo creo. ¿Falta de respeto a la memoria? Mucho menos. Sí, y ante todo, cine; con coraje, desfachatez, pericia técnica y locura endemoniada del niño terrible que a nada le teme, además de la violencia de siempre.

Quiero llamar la atención en este aspecto. Se lo criticó siempre y mucho a Tarantino por su uso estilizado de la violencia y sus temáticas de venganza como incitadoras a ser violento. No se asusten con esto, pero si bien uno puede salir de una película con ganas de dispararle a todo el mundo (después de ver la cara desfigurada de Adolf Hitler), uno entiende las diferencias. Estamos en una sala de cine, y si un montón de cosas no fueran posibles allí, dudo que el séptimo arte hubiera existido alguna vez. El director de “Bastardos sin gloria” siempre marcó la diferencia entre la violencia en el cine y fuera de él, con mucha claridad. El que no percibe eso decididamente no puede ver cine, y menos el de Tarantino, y menos “Bastardos sin gloria”; una ficción por sobre todas las cosas.

Y seamos justos, los que la vimos, en que es una ficción con relativamente poca violencia, al menos si acabamos de salir de “Kill Bill”. Consideremos que el film se sitúa en el contexto de la Segunda Guerra, por lo que dejarla exenta de violencia es un absurdo. Lo que más puede molestar a la gente es el cómo de la utilización de la violencia; el desenfreno y baño de sangre que puede que sea marca registrada del director. “Bastardos sin gloria” sale airosa en el cómo, y es un hecho que tiene que ver con la construcción de personajes. Delicada como pocos, la escritura de Tarantino sigue a los personajes hasta las últimas consecuencias, no los abandona ni por un minuto y tampoco deja de lado su forma de ser y pensar. Un tipo como el coronel Hans Landa (un impecable, insuperable Christoph Waltz), que es capaz de -y como se ve en una magnífica escena- negociar el final de la Segunda Guerra Mundial para salvar su pellejo, y que es el mejor del mundo haciendo lo que hace, quiere hacer su trabajo de la mejor forma posible (lo que en inglés se dice “get the job done”). Es por eso que a él realmente no le interesa ver los cuerpos de miles de judíos ensangrentados en el piso, aunque sí le interesa atraparlos, a él y a los traidores (la bella Bridget von Hammersmark interpretada por Diane Kruger), matándolos si es necesario. De ahí que Tarantino (habíamos quedado que era violento, ¿no?) se ahorra el plano de los cuerpos de la familia judía y las personas que se encuentran en un sótano, muriéndose al golpe de las balas en la primera escena. Le interesa, y a mí me resulta mucho más interesante como espectador, la decisión inesperada de un personaje como Landa de dejar ir a una niña corriendo por el campo después de ‘masacre’ tal. Niña llamada Shosanna (Melanie Laurent, acertada decisión de Tarantino) que, crecida, no teme en mirarlo a la cara deseando internamente su muerte aunque el coronel le haya salvado la vida.

En cambio, un personaje como Aldo Raine (Brad Pitt, tampoco la gran cosa) que pide explícitamente a sus solados una cantidad de cien cabelleras alemanas nazis, es alguien que no repara en nada ni teme por los apodos que le atribuyen a sus hombres. Sabe que no es casualidad que a Donny Donowitz (Eli Roth) le digan “El Oso judío”, y se enorgullece de eso presentándolo como uno de los integrantes más aterradores de su ejército. Aldo matará nazis a toda costa y también su gente. Es Donny quien le desfigura la cara a Hitler y no puede dejar de dispararle; no es nadie más que él...Está en su naturaleza. Y es Aldo quien hubiera matado al sargento Wilhelm en la taberna si no lo hacía Bridget; y es Aldo quien en el penúltimo plano del film -momento crucial- realiza algo que, a pesar de las circunstancias, no puede evitar hacer, para en el último plano decir: “Creo que esta es mi obra maestra”. ¿Es este Tarantino hablándonos?

Las otras marcas registradas del director se encuentran por doquier. Por empezar, como discutíamos con Alejo, y por si no quedó claro, un guión que sólo es posible en su cabeza y con sus imágenes y que además de tener al cine como inspiración rectora (sé que lo repito, pero es tan palpable que se hace imposible obviarlo) abraza también a la siempre impagable cultura popular que, Tarantino confía (y yo creo que para los que lo entienden es así), puede salvarlo de cualquier delito del que se lo acuse..La escena de la explicación de la rata, del miedo y la analogía con la ardilla, al principio, en este aspecto es fundamental. Una conversación tan cruel y aparentemente fuera de contexto pero tan posible -e inevitable- en el universo Tarantinesco, como lo es una discusión acerca de qué significa “Like a Virgin” de Madonna o acerca de cómo le dicen a la Cuarto de Libra con Queso de McDonald’s en Europa.

Yo fui a ver la película con Yaye, Tote y Agus, y salimos diciendo que las escenas eran muy largas, pero yo en seguida dije que sino la tensión no funcionaba: que es necesario alargar las charlas (la escena de la taberna), fomentar los silencios (la primera charla de Hans Landa y Shosanna), esperar en todo sentido e incluir comedia imprevisible (todo el momento del cine cerca del final, desde que Hans la saluda a la actriz hasta que la estrangula, cortando esa tensión con el chiste de los “italianos”, creo que lo único verdaderamente gracioso de un film que no es comedia) y hasta exagerar cierto melodrama en partes inesperadas (la música cuasi romántica/dramática y todo el momento de la muerte de Shosanna y Fredrick que también tiene, cuándo no, mucho cine).

Otra cosa que resalta a lo largo del film y que no sé si se comentó mucho es el no establecimiento de jerarquías. Hay actores que se lucen, y uno que resalta (Waltz, por si quedan dudas) así como en “Pulp Fiction” resaltaba Samuel Jackson, pero todo está hecho en función de un bien superior: el cine, ¿no? Y esto a la vez le da pie a Tarantino, decíamos con Yaye, para el juego dentro de su película. En “Bastardos sin gloria” el director arma hilos argumentales que deja colgados y nunca termina, presenta personajes con enormes letreros y fantásticas historias que luego resultan ser intrascendentes (los personajes; las historias -cortas o largas- siempre dicen algo y valen la pena en Tarantino) y que por mínimos instantes despistan al espectador. Pero también lo relajan, y confirman que de alguna manera está capacitado para “jugar” porque sí, al don al don al don pirulero, pero es tan importante el juego del realizador como el del espectador de cine. Captar la selección musical (creo no equivocarme al decir que no hay ni una música original en la película), las letritas con flechas que aparecen señalando a algunos personajes que en el universo del film “no son nadie”, percibir alguna que otra referencia cinéfila, reconocerlo a Mike Myers y matarnos de la risa, no sé...Que ir al cine sea casi como ir a jugar a la pelota, hasta algún punto.

Finalmente, no creo que haya muchos directores que entiendan el cine como Quentin Tarantino, pero no porque él sabe mucho -que sí es verdad- sino por la concepción que tiene de encarar una película, teniendo siempre al cine como fin superior y poniendo todo al servicio de eso, sin importar las consecuencias (Históricas, dramáticas, actorales, técnicas)...Y por último, teniendo en claro lo que en una escena del film un viejo en la sala de cine repetía desubicadamente: “Es una fantasía, una fantasía...”.

Pero por supuesto que sí.

---Querés la nota Auche?? Y qué se yo, elegila vos! ;)

Saturday 17 October 2009

Rareza de la semana

La película del día de hoy también es parte de la semana de “bellas y talentosas, pero dudosas”. Originalmente iba a ser la última pero vamos a meter un bonus al final de la semana que viene, luego de un análisis especial de “Bastardos sin gloria” (Alejo, ya no amago más) que espero que disfruten.


A Jennifer Love Hewitt la conocen. La vieron en “Can’t Hardly Wait” (aquí mi crítica), los que no lo hicieron deben haberla admirado –se adapta mejor que ‘ver’ por el caso- en “Sé lo que hicieron el verano pasado” y su secuela; quizá otros pudieron disfrutarla como una ladrona seductora en “The Heartbreakers” y los que se aburrieron con “Garfield” habrán encontrado en su sonrisa un alivio. Bella sonrisa si las hay...Dicen que John Mayer le escribió el tema “Your body is a wonderland”.

Más allá de detalles, lo que yo entiendo es que Love Hewitt siempre se encontró haciendo películas en papeles que, más que para actuar, la requerían para un rol fundamental, que ya estaba preescrito. No llegaría a decir estereotipo, pero sí algo muy cercano; lo suficiente para que, parándose en frente de la cámara, ya estuviera cumpliendo con el trabajo. En el medio de todo su compilado de films (que son bastante pocos), se erige la película que veremos hoy, que a priori destaca por el hecho de estar producida por la actriz. Esto y más cosas se analizan en la rareza de la semana.

La crítica de “If Only”, a continuación.

“If Only”

Si tan solo Jennifer Love Hewitt hubiese hecho este tipo de cosas que hace ahora antes, cuando todos querían algo de ella debido a las imágenes en "Sé lo que hicieron el verano pasado". Si tan solo el director Gil Junger hubiese tenido la chance de hacer más largos cinematográficos porque es realmente bueno para eso. Si tan solo la guionista Chritina Welsh hubiese hecho algo antes de esto.

"If Only" es el tipo de película en la que verdaderamente se puede esperar lo peor. Aunque la adoro y respeto mucho como actriz, Jennifer Love no se ha ganado la confianza de los críticos y los hombres van a ver sus películas porque es hermosa (bella, para serle fiel a nuestra semana). Conocen la interesante serie "Ghost Whisperer"? Bueno, ella la produjo y la protagoniza. Cuando alguien como Love Hewitt produce algo es porque confía en ello; porque sabe que puede hacerla brillar.

La actriz produjo este film: romance, un viejo Tom Wilkinson (quien en realidad está espléndido como un misterioso taxista, debo decir), un protagonista británico, una historia tierna...Enfrentémoslo: tiene todos los elementos para ser un posible fracaso. Pero no hagan la vista gorda con este; entren y saldrán muy sorprendidos. Love Hewitt interpreta a Samantha, novia del ocupado Ian (Paul Nichols), quien en la mañana que da comienzo a la película tiene una reunión muy importante. Sam tiene un regalo para él, y muchas cosas para decirle; pero nos damos cuenta que él no escucha ni registra nada.

Eso cambiará pronto (y de forma repentina); propone el guión de Welsh. Es un desperdicio revelar detalles argumentales porque Welsh creó algo original y merecedor de ver sin ningún tipo de expectativas.

Se acuerdan de esa comedia adolescente que menciono seguido, que mostraba el talento y belleza de Julia Stiles y nos daba a un Heath Ledger con pelo negro, "10 cosas que odio de ti"? También la dirigió Gil Junger. El tipo siente el ambiente; las emociones que se escapan cuando suena una canción, las miradas que dicen cosas cuando dos amantes yacen desnudos en el piso, ese tipo de cosas. Su cámara lo encuentra excitado en el film, moviéndose constantemente y cambiando los planos de forma continua.

Las palabras salen naturalmente de los protagonistas, y ambos se ven tan normales, tan ordinarios que uno puede creer que son otra pareja más que cena, discute, comparte, perdona y ama. Como dije pero no detallé, Jennifer Love Hewitt es excesivamente encantadora, carismática y está extremadamente cómoda con su papel; nos damos cuenta porque lo interpreta sin esfuerzo. El británico Nichols le recuerda a cualquiera a Jude Law, porque tiene su mirada y algunos de sus modos. Sin embargo, realiza un trabajo sólido.

Encuentro muy importante aclarar que, como pocas de su tipo, "If Only" es palpable, conciente e impredecible. Cuando el final llega, traten de no preguntarse por su resolución; mejor intenten recordar la última vez que una película romántica los dejó así...Una última cosa: alguien me dijo que tenía que llorar. No lo hice, pero juro que quería.

---8/10

Friday 16 October 2009

Bellas y talentosas, pero dudosas (II)

A mí Sandra Bullock siempre me resultó muy atractiva. Digamos que tiene ese no se qué, esa rudeza medio masculina que supo jugarle a favor en films de acción como “Máxima velocidad”, mezclada con una perceptible (falsa) torpeza, casi tosquedad a la que le sacó provecho en “Miss Simpatía”. Dos películas no malas, ambas con secuelas (la de la primera y no me gustó; no quise ver la de la segunda), son los éxitos comerciales más importantes de la actriz, que se ha demostrado -o ha intentado demostrarse- versátil. Allí están “La red” y “El demoledor” (con Stallone y Wesley Snipes) como otras propuestas de acción, pasando por el intento con el thriller en “Murder by numbers” y su último grave error en un horrible film como “Premonición” (aquí mi crítica), que no es ni thriller ni terror ni nada.


Que quede claro: además de parecerme bella, a mí me parece una gran actriz, que a mi entender encuentra su mayor lucimiento en las comedias románticas (“While you were sleeping” es el mejor ejemplo, “Amor a segunda vista” es otro) y en menor medida en los dramas medio corales del estilo “Divinos Secretos” o los dramas más románticos como “The Lake House” (dirigida por el compatriota Alejandro Agresti). El asunto con Sandy los críticos ha sido siempre complejo, dado que muchos alaban sus dotes cómicos pero la ven poco creíble dramáticamente. Nadie nunca la ha destrozado de manera muy violenta, pero a la vez es cierto que el público en general no la respeta mucho.

¿Hay que respetarla? No lo sé, pero creo que en la película de hoy se encuentra la justa medida de lo que Bullock puede hacer, y un film como ejemplo indudable de su talento. Una historia de vida con tintes de drama romántico y familiar en la que la actriz despliega al máximo su ternura (algo que es digno y bonito de ver), carisma e imponente presencia. Es un film poco conocido que podría figurar como “Rareza de la semana” sino creyera que el que tendremos el fin de semana es menos ubicable; pero fundamentalmente es válido porque posiciona, como “Honey” a Jessica Alba, a su protagonista como estrella.

La crítica de “Hope Floats”, a continuación.

"Hope Floats"

Forest Whitaker tiene algo con los fuegos artificiales. Cuando vi “First Daughter” claramente reconocí la voz del narrador –la suya- al comienzo del film. Era la historia de la hija del presidente, una persona viviente que experimentaba situaciones reales; pero la narración lo hacía ver como un cuento de hadas. El momento final de la película contenía un monólogo de cierre acerca de príncipes y princesas, y luego muchos fuegos artificiales en el cielo.

Esto es una parte de cómo Whitaker percibe la realización como director. Es un actor excelente pero como director tiene que tomar otro punto de vista; y elige la felicidad, el optimismo si prefieren. Dibuja los diferentes matices del film para que podamos sufrir junto a los personajes porque no todo es color de rosa, ¿saben? Pero de alguna manera también anticipamos sonrisas y risas; Whitaker se asegura de que nos demos cuenta de ello.

Su cámara tiene una luz intensa todo el tiempo, la oscuridad sólo aparece con la melancolía y la timidez; el amor prohibido. No con la tristeza: nos deja ver las lágrimas con claridad; lágrimas de dolor en los momentos más duros, lágrimas de alegría en los revitalizadores. El film sigue a Birdie Pruitt (Sandra Bullock) en su desarrollo de una vida nueva. Antigua reina de graduación, popular y odiosa porrista... Se casó con su novio de secundario que luego las abandonó a ella y a su hija Bernice (Mae Whitman).

Birdie ahora se está quedando en lo de su madre Ramona (Gena Rowlands), en Smithville Texas. El film se rodó allí en la locación exacta, y Bullock pasea sus preciosas piernas por la ciudad intentando conseguir trabajo, quizá establecer una relación, o hacer cosas para y por su hija y su sobrino Travis, sólo para descubrir que nunca ha podido hacer nada de esto, y que tiene que aprender.

Cuando va a una agencia de empleo, la secretaria comienza a saltar como si fuera una celebridad (en su ciudad lo era, quizá) y le pregunta: “Viniste a ver a Dot?”. “Sí”, Birdie responde sin entender del todo. La secretaria le dice que espere y luego de unas horas se ve con Dot, quien dice: “La misma vieja Birdie”. Luego de esto, Birdie responde: “La misma vieja Dot”, sin saber quién es. Dot se da cuenta de eso y hace que Birdie se percate de lo mal que la trababa en la secundaria.

Luego se cruza con Justin Matisse (Harry Connick Jr.), un tipo trabajador que a su madre le gusta para ella; suficiente como para arreglar encuentros, cenas y citas inesperadas. Algunas caminatas que hacen revelan lo quedada que Birdie está con la vida, estancada. Cuando están hablando, Justin hace un movimiento: “Sabés que me diste mi primer beso real, ¿no?”. Discutiendo asuntos amorosos, Birdie concluye: “Bueno, yo sé que vos gustás de mí...” Justin se queda quiedo: “¿Gustar? Ya no estamos en el secundario”.

Todo eso se maneja en el primer guión de Steven Rogers, incluyendo una escena específica que muestra una combinación comprometida que conlleva a una felicidad final. Bernice está enojada, entonces Birdie, Ramona, Travis y un amigo le cantan una canción, y en un minuto están todos bailando en la cama. Durante el baile y la canción Whitaker muestra las caras y expresiones de cada uno de los personajes...Están todos sonriendo; y es tan encantador y contagioso. Birdie soluciona los problemas cantando en ese momento, luego, intenta con esfuerzo ser una madre y una hija en sus charlas con Bernice y Ramona, compuestas por una técnica conmovedora en las palabras de Rogers.

Las charlas –a veces discusiones- con Ramona son más intensas, así como lo es la confrontación actoral entre Rowlands y Bullock. Rowlands entrega, lo crean o no, una actuación digna de Oscar con su abuela optimista y amante de la vida. La manera en la que dice las cosas hace que el espectador crea que tiene la sabiduría. Bullock es de las actrices que más admiro y esta película muestra una fase emergente de su carrera, totalmente natural. Los chicos también son elecciones perfectas así como Harry Connick Jr.; definitivamente no el típico galán.

Sin embargo, parece el hombre perfecto en la última escena del film, en la que aquella canción perfecta comienza a sonar y... ¿Se acuerdan lo que les dije de la narración? ¿Y los fuegos artificiales?

---8/10

Tuesday 13 October 2009

Bellas y talentosas, pero dudosas

Semana interesante intentaré traerles con la propuesta que leerán a continuación, impactante -al menos un poco, espero- y en esencia corta. La revelación me vino ayer a la noche, cuando veía por primera vez un film que hace mucho tiempo venía queriendo encontrarme: “The Ten”, una muy ácida y divertida comedia de David Wain (director de “Role Models” -aquí mi crítica-) que hace de cada uno de los diez mandamientos una historia. Algunas de estas tienen conexión con otras, y no todas son igual de buenas, pero quien nos las presenta es un relajado Paul Rudd, que entre relatos, nos deja ver un poco su vida personal. Lo que viene al caso es que el personaje de Rudd tiene una relación con Gretchen (Famke Janssen) y le está siendo infiel con una mujer más joven interpretada por Jessica Alba.


De que Alba es bellísima no hay dudas. Elegida en rankings, por nosotros, por los que saben; lindos vestidos, y el deseo de verla sin ropa en “Los 4 fantásticos"; fue mamá y sigue impecable, y su baile semi-erótico en “Sin City” (aquí mi crítica); tan sólo 28 años, una cara de niñita inocente y su cuerpo sobre el mar en “Into the blue”...Y esa escena en “Idle Hands” (quien la vio sabe de qué hablo); y el -dicen algunos que sin doble de cuerpo- desnudo en “The Sleeping Dictionary” . Bien, ¿y su actuación? ¿Su credibilidad? ¿Su “calidad actoral”? Esta semana pone en juego estos factores y los recopila en tres actrices: una que para todos es bella y para pocos es talentosa (Jessica Alba), una que para mí es bella y para muchos es talentosa, y una última que para algunos es bella (o muy bella) y para algunos es un poco talentosa (o nada talentosa). ¿La solución del acertijo? Un film de cada una que no deja dudas de que talento hay. Films que, por como están hechos y las exponen a ellas -o por la razón que a usted se le ocurra- las levantan, las elevan a un lugar de incuestionable calidad y dominio de su instrumento: la actuación. Del resto hablamos después. Toda la vida si quieren.

La crítica de “Honey”, a continuación.

“Honey”

Jessica Alba es la estrella del show; en esta película y en Hollywood desde no sé cuándo. Su situación es algo para detallar. Personalmente, la veo y pienso que ha actuado toda su vida. El mundo habla de ella todos los días como si tuviera décadas en la industria, pero no es así. Podría decir que creo que ha hecho más de diez films cuando esta película quizá fue su quinto rol importante. Hizo un programa de TV por dos años que nunca vi, pero aún antes de eso su nombre estaba en el póster de las películas en las que aparecía. Es una estrella por naturaleza, una estrella protagónica; y “Honey” es la evidencia que prueba mi declaración.

Cuando el film comienza, Honey Daniels (Alba) está trabajando en el bar de una discoteca sirviendo los usuales tragos gratis a su mejor amiga Gina (Joy Briant): “Uno por favor”, la amiga dice, y dos chicos parados bien cerca de ella se acercan: “Que sean tres”. Honey, con una gran sonrisa en su cara, le dice a los chicos: “Hoy es su día de suerte”, y luego Gina interrumpe: “No se emocionen mucho igual; ella no va a estar aquí por mucho más...Lo va a lograr”. Es ahí cuando los chicos preguntan cómo va a hacerlo.

En seguida nos enteramos que Honey baila y que lo hace espectacularmente bien. Si Alba hizo sus propios movimientos de danza, sin dobles, no lo sé, pero siempre parece ser ella; en la pista, en los videos, en las clases. Ok, a la película de vuelta: Honey tiene un gran talento para el baile y podría ser una bailarina clásica pero prefiera enseñar hip hop en un lugar del que su madre es dueña. Va a audiciones, trabaja duro y finalmente es reconocida.

Pero la historia de Alonzo Brown y Kim Watson no se trata de “lograrlo”; se trata de la gente de buen corazón que pelea por lo que quiera, sin venderse ni rendirse. Ni siquiera sé si este es un retrato verídico del mundo del hip hop, pero las filmaciones de videos parecen reales y supongo que las relaciones entre artistas y directores son tal y como la película las muestra. Lo que quería decir es que en el mundo de la música, más que todo con el hip hop (mercado que todavía considero el más fácil de penetrar para un artista), cuando la gente “llega”, se les sube a la cabeza, y dejan todo atrás.

Aunque Honey Daniels no; no caerá en la tentación y estará ahí para la gente que quiere. Puede que suene muy trillado, pero es hermoso. El director debutante (en ese momento) Bille Woodruff, con experiencia previa en videos musicales, nos muestra la cara linda del mundo de sus personajes. Todo es soleado, todos son felices y sonríen. Sí, seguro que pasan algunas cosas malas, pero todo en algún punto se solucionará.

Gran trabajo de casting con los más jovenes, especialmente con Zachary Williams como un niñito, Raymond, que necesita de alguien que lo cuide; y Lil’ Romeo en una interpretación tremenda y talentosa como el adolescente Benny, que se debate entre ser un gángster o un chico normal. Esto más un cameo de Missy Elliott y Mekhi Phifer en la actuación más encantadora de su carrera, robándose algunas de las mejores líneas del film, que quiero poner aquí pero no son tan entendibles en español como en el inglés original.

¿No es suficiente? Alba se ve fabulosamente hermosa con cada traje/vestido/ropa que usa y sus habilidades actorales están por encima de los requerimientos del film. Así al menos era en sus comienzos.

---7/10

Sunday 11 October 2009

Rareza de la semana

Primero lo primero. Se acuerdan cuando les hablé de "Historias Extraordinarias"? Si se acuerdan, sabrán que quedé fascinado con el film de Mariano Llinás que vi 2 veces; una en el Malba, la otra en el Teatro 25 de Mayo. Si no, apreten con el mouse ahí arriba y recuerden. El punto es que no todos los días una producción nacional enteramente independiente, de cuatro horas de duración y de amplio recorrido en festivales, se estrena en televisión por cable. Era de esperarse, sin embargo, que esto sucediera, ya que el canal I-Sat, que figura en la producción del film, es quien se está encargando de tal hazaña.


Pero a lo que importa. Quise esperar un poco para informar de esta noticia simplemente porque la película se estuvo exhibiendo en varias partes por la pantalla de I-Sat, y yo estoy absolutamente convencido de que es una experiencia que debe vivirse lo más intensamente posible. Imaginen que, con cada una de las "partes" de aproximadamente hora y media que iban a pasar, sumado a las pausas que estas tienen (yo vi un poquito, hay pausas bastante seguido), iba a ser imposible. El formato original de "Historias Extraordinarias" consiste en dos largas partes, sin pausa, de dos horas. Dudo que así lo puedan experimentar, pero el sábado 24 a la medianoche (SI, ESE ES EL DIA) espero que se acerquen en la mayor medida posible.

En fin, yo sólo quise esperar a que terminaran de emitir las "partes". Los detalles de esta presentación, con comentarios que valen ser leídos, se pueden encontrar aquí en la página OtrosCines de Diego Battle, y aquí en el sitio "Cinematófilos" de Andrés Fevrier.

Ooootro tema.

Me cuesta mucho a veces sentarme a defender películas que, como la de hoy, se sostienen en base a un elemento principal. Es, desde ya, difícil de explicar y aún más difícil de fundamentar. Peor es cuando uno no quiere tomar a otro por tonto, y dan ganas de decirle: “¿Pero no entendés?”. Parece tan simple a los ojos cuando uno termina de ver un film, que es como que queda ahí. ¿Cuánto más querés saber? ¿Cuánto más vas a preguntar? Este sentimiento, creo, atraviesa a la pieza que analizamos hoy; una rareza como pocas.

La crítica de “Once” (dedicada a Nico Ledezma, compañero de teatro, gran cantante y bailarín), a continuación.

“Once”

“Al principio están coqueteando, y para el final están follando como animales”, dice el escritor/director John Carney de la escena de “Once” en la que el chico (Glen Hansard) y la chica (Marketa Irglova) cantan “Falling Slowly” por primera vez. Es una hermosa canción, de buen gusto y poco pretenciosa como toda la película; y no es sólo una escena hermosa sino también una de las escenas cinematográficas más conmovedoras que he visto jamás.

Sé como se siente; he cantado con gente que no sabía si podían hacerlo bien y he quedado asombrado y sin palabras; me he enamorado haciendo música. No es el tipo de amor de “relación amorosa”; es algo de un universo completamente diferente. Cualquiera que diga que “Once” es una mala película tiene que odiar la música o... Odiar la música.

Una vez en la vida verán una película como “Once”, porque desde ese momento si experimentan algo similar vendrá de aquí. Carney y su equipo, la emotiva fotografía de la cámara digital y el austero uso de la luz; Hansard, su voz sincera y sus inquebrantables canciones; Irglova, su sonrisa única y la mística que la rodea; es probable que todos ellos hayan creado un género cinematográfico completamente nuevo al que no me atrevería a darle nombre.

Lamento algunos momentos innecesarios en los que Carney subestima al espectador mostrando personajes que sonríen al escuchar la música que este chico y esta chica tocan. No necesitamos ver el típico plano de la ‘cara que aprueba’; nos gusta a nosotros y lo aprobamos y eso debería ser suficiente.

¿Se quieren reír? Lo harán, viendo a cinco músicos meterse en un estudio sin saber que carajo hacer. ¿Quieren regocijarse? Pueden cerrar los ojos y escuchar la música que, aún cuando tiene algunas similitudes con mi amado Damien Rice, viene de un mundo paralelo que (estoy empezando a creer) existe sólo en Irlanda. Puede que también lloren, pero eso depende de cuan sensibles son.

Una última cosa: esto no es una comedia romántica y ni se acerca a una. Pero si lo fuese, le regalaría un inmenso cumplido a la historia porque es, sí, muy romántica y como nada que hayan visto. Libre de clichés, fórmulas y (predecibles o no) finales convenientes. No se mientan, porque ustedes saben que esas son las principales características de una comedia romántica y no les gustaría el género si fueran otras.

“I don’t know you but I want you even more for that” – de “Falling Slowly”.

---8/10

Friday 9 October 2009

Se sostiene

Miro detenidamente, escucho los diálogos, trato de prestar atención a los planos, a la disposición del contenido cada semana, y mi veredicto es que “Tratame Bien” se sostiene. Hace no muchas semanas la trama del unitario (argentino, para los que no les suene) tomó un giro inesperado y hasta sobredramático; indudablemente excesivo para la calidad que la producción de Pol-Ka venía entregándole al fiel seguidor televisivo. Pero el equipo encontró el rumbo nuevamente. Daniel Barone como director está más sólido que nunca; más que con su anterior unitario “Locas de Amor”, más que en el film “El día que me amen”. Como en ambos títulos, la figura del psicólogo juega un rol destacable. El punto clave sin embargo está en que, lo que en “Locas de Amor” era un psicólogo como personaje principal y desarrollado y en “El día que me amen” un aleccionador Marrale en plan de repetición, en “Tratame Bien” tiene la virtud de jugar simplemente como un consejero; un mero asesor. Y no hay uno, ni dos, sino tres psiquiatras que se cruzan por la pantalla entregando los consejos justos y necesarios. Y ahí está el problema, porque para un programa que pretende mostrar la realidad desde lo actual, dedicándose específicamente a lo que es la familia (tema complejo y que no debe tomarse a la ligera), a veces se va de mambo. Pero lo positivo es muy positivo (Julio Chávez en televisión de aire, insólito y espectacular; Cecilia Roth en televisión de aire, insólito y espectacular; Maria Alché -joven y talentosísima protagonista de “La niña santa”- en televisión; Alfredo Casero con un secundario muy jugoso -otra vez- y un elenco de lujo, entre otras virtudes), juega siempre a favor. Por eso, y porque como aquella vez que la trama pareció agotarse se resolvió bien y porque los excesos (cuando aparecen) son opacados por todo lo demás y/o son bien manejados, mi veredicto es que “Tratame Bien” se sostiene.

Y hablo de veredicto porque estaban dando hace un ratito nomás, en The Film Zone, “Intolerable Cruelty”, de los hermanos Coen (“El amor cuesta caro” en español). No la veía hace años, y recuerdo haberla odiado cuando la vi por primera vez en el cine. Cómo cambian las cosas. El film es alegre, pícaro como las comedias de los Coen (buenas o malas), inteligente en su propio lenguaje -es claro que los hermanos directores no le temen a nada y se han metido y se meterán con todas las jergas habidas y por haber como si hubieran nacido hablándolas-, filmado en un tono de ridículo tal que permite disfrutar sin reparos las sensuales actuaciones principales y los carismáticos secundarios (sí, hasta Cedric The Entertainer) y da lugar al registro de pequeños detalles que van más allá de lo ridículo y arrancan una sonrisa. Sonrisas sí, varias; risas no tantas. Esta es la escuela de George Clooney para la comedia. El tono, la forma, el juego de palabras y la relación de los protagonistas son cosas que supo tomar y readaptar en su film “Leatherheads” (estrenado en video aquí y traducido horriblemente como “Jugando Sucio”), y esperemos que siga aprovechando todo lo que viene construyendo desde “Out of Sight” en cuanto a figura de hombre ideal pero peligroso y algún día nos entregue algo más que meramente divertido...Algo que sea un poquito asombroso. Pero hasta ese entonces, y aunque sea un niño mimado, se sostiene.

También se sostiene Sam Rockwell. Eterno actor secundario, cuya contenida labor en “El asesinato...” (aquí mi crítica) podría ser lo mejor de la película, lo vengo siguiendo hace tiempo, por más que casi ninguno de sus films llegue a la pantalla grande (al menos en este país). Es un hombre con aspecto de loco, y bajo esa presunción que uno puede tener de que está demente, construye una magnífica labor en el film de suspenso “Joshua” (aquí mi crítica). Por otro lado, desde la demencia pura pero demencia compleja entrega quizá su mejor labor en una buena película del señor de arriba, Clooney, llamada “Confessions of a dangerous mind”. Digamos que si tendría que armar una lista de 30 actores como lo que construyó José Barriga -recientemente elegido mejor blogger de cine por "Mundo cinefilia" con sus actrices (¡me gustaría ahora ver una de actores!), definitivamente este hombre estaría allí. Imposible olvidarlo como compañero, esta vez menos loco, de Nicolas Cage en “Matchstick Men”; mucho menos como el villano de “Charlie’s Angels”, lo que se dice al estilo de Philip Seymour Hoffman en “M:I3” (aquí mi crítica), un villano con clase. Y hay más, sus excentricidades en “Welcome to Collinwood”, muy buena y poco conocida película de ladrones; su inexplicable asesino en “The Green Mile”, merecedor quizá de nominación a mejor actor de reparto, y su tripulante de la sátira espacial “Galaxy Quest”. El otro día lo vimos con Matsan en uno de sus últimos trabajos, “Snow Angels” (aquí pueden leer la crítica de Mariano Masci). Sobre la película no digo mucho porque no me convenció y tengo que escribir, pero lo de Rockwell es impagable. Consíganla además porque Kate Beckinsale está hermosa.


Luego de la foto y la incomprensión de que no recibió ni un voto en una de las últimas encuestas del blog, les regalo una nueva encuesta. Y es que si hay alguien que sin duda se sostiene es Quentin Tarantino. Tuve el placer de ir al cine a ver su último film, del cual estaré entregándoles un “doble escrito” (junto a Agus Castelli, el de la lista) muy pronto. Hasta entonces, es justo decir que “Bastardos sin gloria” se sotiene...Por el cine. El domingo les estoy regalando una película que se sostiene por la música y que sin duda es rareza de la semana. Espérenla y mientras tanto voten, que siempre me interesó la opinión: ¿Cuál es la mejor película de Tarantino?

Saludos Sospechosos!