Sunday 28 June 2009

Hacia allí estoy yendo...

Dejemos las cosas claras antes de seguir. Una ficción es una ficción, eh? Con eso no se confunde nadie. Pero el mundo de la ficción es ilimitado y una que otra vez (más de las que uno puede contar) ese mundo se ha parado en un lugar muy cercano a la realidad. No resulta extraño, por lo tanto, que un género tan fantasioso e infantil (en parte) como la animación, se aproxime a la realidad? Y pregunto otra cosa: no debería considerarse como un mérito? Sostengo mi teoría de los últimos proyectos de Pixar, del aumento de su calidad, y hoy les traigo "Up" como último y genial exponente de esto. Y si no hablo de las complejidades o emociones de los personajes es porque, aunque estén ahí, sabemos todos que no es la fuerza del cine animado, y que el cine animado no gana nivel por eso. En todo caso, siempre hay un mensaje, explícito o no, y eso hay que saber transmitirlo bien. Pero el resto es, como siempre, observar maravillados y dejarse llevar un poco.

La crítica de "Up" (dedicada a Oli, compañero de teatro, actor versátil), a continuación.

"Up"

Intencionalmente o no, con sus últimas películas Pixar ha estado tratando de acercarse más a la realidad. Han inventado todos los mundos imaginarios posibles, por lo que comenzaron a pensar en las posibilidades de desarrollar ficción animada en la vida real. En “Los increíbles”, esto podía verse en la vida normal de una familia y la existencia de, principalmente, un mundo tangible; pero los personajes eran superhéroes. Brad Bird dobló la apuesta con “Ratatouille” (ver la crítica anterior): la comunicación no verbal entre una rata y un humano, la posibilidad lógica de pensar que cualquiera puede cocinar y el hecho de una rata haciéndolo finalmente, en un mundo enteramente humano. Pueden objetar este desarrollo inicial, pero hay un hecho y es que Remy la rata es el primer (y único) personaje de Pixar que desea y se esfuerza por salir de su mundo paralelo: el mundo animal.

Si “Ratatouille” no era perfecta fue porque la realidad hubiera sido total si las ratas no hablaban. No era posible, y aún cuando en “Up” esto tiene una explicación coherente, el factor de ‘animal parlanchín’ no se ve eliminado. Sin embargo, en un mundo de animación actual que vive debido a los animales que hablan, la grandeza reciente de Pixar utiliza esto como un elemento secundario, algo meramente cómico. Funciona a la perfección que los perros tengan collares especiales hechos para que puedan hablar pero que a la vez sigan siendo tan estúpidos como a veces los imaginamos en el mundo real, por lo que son capaces de dejar cualquier seriedad de lado ante la vista de una ardilla o una pelota de tenis.

Los perros aparecen largo rato de comenzado el film, cuando Carl Frendricksen está en las Cataratas del Paraíso de Sudamérica, un lugar al que llegó volando en su propia casa con globos flotando en el techo de la misma, atados. Frendricksen es un viejo gruñón que esperó hasta el día anterior de la destrucción de su casa para realizar el sueño de su difunta esposa (Ellie) y suyo; el sueño de ambos de toda la vida. Poco acostumbrado a recibir ayuda, Carl descubre, ya en el cielo, que un pequeño boy scout llamado Russell se ha colado en su viaje.

Como ha ocurrido siempre, el centro de la película es la relación entre el viejito y el niño, pero el director Peter Docter (“Monsters, Inc.”), el co-director Bob Peterson (que también hace la voz de los dos personajes más graciosos del film) y su equipo de escritores alejan a “Up” de cualquier sentimentalismo en este aspecto particular. La película es demasiado corta y no parece querer perder tiempo. Es por eso que, durante el comienzo, en la presentación del romance de Carl y Ellie, específicamente en una musicalización visual de sus vidas brillantemente manejada por la partitura perfecta y familiar de Michael Giacchino (Oscar alguno??), los realizadores se deshacen de toda cursilería.

Esencialmente, “Up” es (en este aspecto podemos relacionarla con “Los Increíbles”) una película de acción: cargada con la dosis usual de comedia y personajes entrañables de Pixar, con la adición particular de que va, dentro de un marco de realidad (los perros hablan debido al collar pero ningún otro animal habla esta vez), a lugares que ninguna otra película –animada o no- ha imaginado. “Up” trata de lo que su título estratégicamente esconde: llegar a los límites, del mundo animal y humano, en cada escena, y superarlos; entregándonos un héroe en la piel de un viejo gruñón, incluyendo un elemento de sorpresa, poniendo a sus personajes al filo de la muerte y haciendo algo excepcional de cada paisaje y escenario.

Y no se confundan. “Up” no es sólo visualmente impactante, sino también impactante en cuanto a una historia original que llega y se va antes que podamos notarlo, literalmente dejándonos sin aliento. Si prestan atención, se darán cuenta que Carl y Russell llegan a Sudamérica desde los Estados Unidos en una fracción de segundo. Es el único elemento que podría cuestionar la aceptación de la realidad del film, y eso es porque una gran aventura, en términos de Pixar, puede desarrollarse en cualquier lado; sólo que esta vez decidieron situarla en lo alto, en el cielo, que es también la dirección hacia donde está yendo su realización cinematográfica, si todavía no fueron frenados por la nube más alta que existe.

---10/10

PD1: En 3-D o no, parece que con esta película realmente es lo mismo
PD2: Reñida la encuesta de la mejor peli de Pixar, no?


AH, COMO OLVIDARLO...LES DEJO ALGUNOS GENIALES CORTOS DE PIXAR PARA QUE DISFRUTEN

"One Man Band"


"Knick Knack"


"Presto"

Thursday 25 June 2009

Las películas de Pixar

Toda la vida me la pasé preguntándome cómo mierda hacen. Desde el surgimiento de “Toy Story” hace ya más de una década, la gente de Pixar se ocupó de proporcionar entretenimiento, a grandes y chicos por igual, sin dar jamás muestra de agotamiento. Uno piensa que a veces hasta funcionan como un mejor y más noble entretenimiento que cualquier bodrio de acción con mucho ruido, ya que siempre se encargaron de incluir guiños, referencias, sin subestimar nunca al espectador adulto.


Dreamworks hizo su intento con la animación computarizada con “Shrek”, y fue un éxito único que luego no se repitió. Hoy también se ve de todo y por todos lados. Pero no basta con dominar la técnica para sorprender. Pixar ha demostrado a través de los años, y esto es lo que yo creo, un entendimiento del mundo humano que primero se logró a través de espacios puramente animales y que con el tiempo se fueron confundiendo, aunque desde el comienzo ya se encontraban mezclados. Esta idea se ve muy clara en los últimos años, y se expresa por completo en las dos películas que veremos en la semana. Lo llevó a Brad Bird a hacer “Los increíbles” y la peli que veremos hoy, y a Andrew Staton, un histórico de Pixar, “Wall-E”.

Yo aún no pude ver la peli del robot, pero sí creo que en este riesgo se dieron cosas buenas, que Pixar no dejará de hacer y que tienen su último punto alto en “Up”, que tendremos aquí unos días más tarde. Pero ahora otra maravilla, ¿no?

La crítica de “Ratatouille” (dedicada a Ague), a continuación.

“Ratatouille”

Quizá sea posible que cualquiera puede cocinar, pero no podemos negar que tendría que haber un acuerdo claro en lo que la expresión ‘cocinar’ significa. Si hablamos del tipo de cocina que Remy –el personaje principal de “Ratatouille”- hace, se vuelve claramente inimaginable que, disculpen mi repetición, “Cualquiera puede cocinar” (el título del libro del Chef Gusteau y la inspiración de Remy). Pero como dice el crítico de comida Anton Ego, “cocineros grandiosos salen de los lugares más inesperados”. Y todavía no he mencionado que Remy es una rata.

“Ratatouille” de Brad Bird es la más inusual de las producciones de Pixar y uno de los largos animados más extraños jamás hechos. A diferencia de los logros previos de Pixar, no incluye a un héroe en una cruzada, con un objetivo final en mente. Remy quiere ser un cocinero y expresa su deseo para admiración de otros (su sentido del olfato es tan bueno que se vuelve el ‘detector de veneno’ de la comida de su familia, y hasta allí su padre reconoce su talento), pero no es la meta general del film, hacia donde todo está dirigido usualmente. Remy ni siquiera se hace amigos durante su viaje (por decirle un nombre), así que no nos toca una amplia galería de personajes; sólo el Chef Gusteau (muerte y un amigo imaginario que realmente no puede ayudar a la rata) y Linguini, un joven que es el hijo no reconocido de Gusteau y termina cocinando los platos que Remy siempre soñó en las situaciones más inesperadas, de este modo permitiendo una especie de conflicto para la película y la figura de un villano en el Chef Skinner.

Todo esto se desarrolla en “Gusteau’s”, el restaurante del fallecido chef, que es casi el único escenario del film, que Bird explota sin descanso (miren una escena en la que muchas ratas están escondidas en la cocina y hacen todo lo posible para no ser descubierta: es animación clásica, es Disney clásico). Porque no es mucho lo que Bird y la película necesitan para crear un clásico instantáneo; todo se reduce a lo básico y funciona. Una relación (entre Remy y Linguini) y las riñas que se dan porque cada uno necesita conseguir lo que quiere.

Es también en este aspecto que “Ratatouille” resalta como una de las piezas de animación más originales hechas jamás. Hemos visto a los animales hablarse los unos a los otros mil veces, y en muchas ocasiones los hemos visto tratando de hablarles a los humanos, pero los humanos nunca entienden. Sin embargo, aún cuando pueden milagrosamente obtener ayuda humana para lograr sus metas, su triunfo y éxito ocurre enteramente en el mundo animal, donde quiera que sea, entre animales. Nunca olvidamos que todo es ficción, pero en “Ratatouille”, el sueño de Remy se hace realidad (con ayuda humana) en el mundo real; en Francia, en París.

A mí me gusto “Happy Feet” porque Mumble bailaba y bailaba y ayudaba a su raza por mérito propio. Pero esos pingüinos veían a los humanos como ‘aliens’ y no entendían las armas que usaban para lastimarlos (de hecho, hasta veían algunas de ellas como regalos). Remy y su familia saben lo que los hombres le hacen a las ratas, pero bien adentro este ‘pequeño chef’ cree que hay algo de bien en el mundo. Y lo logra...Entre humanos.

--9/10

Thursday 18 June 2009

Cumpleaños

Hoy cumple años Roger Ebert, mi crítico favorito y, como debemos tener todos, una gran inspiración!

Un muy feliz cumpleaños para el genio!

Lean lo de las series!! :P

Saludos Sospechosos!

PD: Hoy vi "Up"...Yo no sé como hacen estos hijos de puta de Pixar; es increíble!

Wednesday 17 June 2009

Especiales: Sobre series, actrices y demás (desde Kristen Stewart)

Mientras sigo estudiando para materias varias, me planteo varias cosas que, si bien no son de suma importancia, vienen dando vueltas en mi cabeza hace un tiempo. Desde que comencé el blog que quiero hacer un posteo sobre series de televisión, pero nunca se me ocurre bien por donde encararlo. Dicho esto, mando al frente a Joaquín Urdinez que hace tiempo que promete un escrito del estilo, y que ya les traeremos algún día.

Justamente, el plan de Urdinez es en primer lugar escribir acerca de la serie televisiva adolescente de la década por excelencia; la (actualmente) sumamente copiada e insuperable “The O.C”. Yo no pienso arruinarle la idea y no voy a hacer en este momento una descripción o defensa de la calidad de la serie creada por Josh Schwartz, quien en este momento se encuentra repitiendo la fórmula del éxito con la muy buena y adictiva “Gossip Girl”. Quisiera, entonces, nada más, acercar el tema de las series desde el lado de lo que estamos viendo esta semana y que tiene que ver con una actriz joven. A partir de este momento, una serie de pensamientos y reflexiones se verán conjugadas en un texto que está siendo escrito sin diagramación previa. Esperemos que funcione.

Kristen Stewart, de 19 años, acaba de entregar la mejor actuación de su corta carrera en “Adventureland”, film que critiqué hace unos días; aunque yo soy bastante fan de su trabajo en “In the land of women”, que también vimos la última vez. El mencionado film me viene como anillo al dedo, debido a la presencia de Adam Brody, rompecorazones de “The O.C” (su papel era el de Seth Cohen) que todavía no encuentra un lugar en la industria cinematográfica. ¿Por qué pasa esto?

Veámoslo del otro lado. ¿Cuán importante es para un actor el trabajo en el cine? Si lo pensamos desde el lado de, por ejemplo, Julia Louis Dreyfus, quien luego de “Saturday Night Live” y el éxito mundial de “Seinfeld” esperó bastante para recién ahora repetir suceso con la serie “New Adventures of Old Christine”, podríamos concluir que poco y nada. Con Jerry Seinfeld pasa lo mismo: sus créditos cinematográficos incluyen menos de cinco títulos, con la inclusión de, al igual que Dreyfus, la voz para un personaje de animación.


Entonces… ¿Estos actores son conformistas? ¿Son defensores de sus capacidades cómicas y concientes de que no hubieran podido hacer en sus vidas mucho más? ¿Fracasados constantes en intentos de hacer cine? No lo sabemos. Igualmente, los ejemplos que doy vienen de otro tiempo, de un tiempo donde la TV ocasionaba una revolución tan aplastante que quizá quedarse “estaba bueno”.

Si vamos a algo más reciente, es fundamental analizar el suceso de “Friends”. Todos buenos actores, todos cómicos y unidos, exitosos. Todos, excepto Jennifer Aniston y David Schwimmer, volvieron a la televisión luego de finalizada la serie y de una difícil inserción en la pantalla grande. Lo de Aniston es claro y es merecido, lo de Schwimmer tiene que ver con una lucha diaria entre la dirección y la actuación independiente que tiene mucho mérito. Luego, lo de Matt LeBlanc es vergonzoso, pues debió volver a la televisión interpretando el mismo papel que le dio la vida, en una serie llamada “Joey”. Se hace evidente, viendo las filmografías, que todos los actores intentaron ganarse un lugar en el cine, con resultados dispares sin duda. Lo de Lisa Kudrow y su regreso fue lo más inteligente, con una serie irónicamente llamada “The Comeback” que no tuvo éxito suficiente. La bella Courtney Cox, por otro lado, obviando el éxito de “Scream”, participó más que nada en films que tuvo que producir, la mitad de ellos dirigidos por su marido David Arquette. Recién hace un año volvió a la TV con “Dirt”, una candente serie que también produce. Quizá el verdadero punto medio sea Matthew Perry, quien produjo poco y nada y se intercambió entre películas regulares en cine, apariciones cortas en TV y algunas películas para televisión que, según he escuchado, son memorables gracias a él. Finalmente, volvió a la TV hace pocos años con una gran serie: “Studio 60 on the Sunset Strip”, cuya continuidad ahora está en duda.

No es mi intención desmerecer a los actores que se hacen en series de televisión, y mucho menos a las series. De hecho, es muy común ver hoy en día actores consagrados que deciden ‘sentar cabeza’ (por así decirlo) en la televisión. Si bien siguen trabajando en cine, ya se ven muy afectados por su papel de todas las semanas en la tele. En la mayoría de estos casos, los actores funcionan como productores ejecutivos de los programas: se la juegan, digamos. Y esto es porque la tele es hoy un lugar cómodo para trabajar, estable y rentable a la vez. El ejemplo más representativo es el de Kiefer Sutherland, que produce y protagoniza la fantástica “24”, seguido de cerca por Gary Sinise, que desde que comenzó a trabajar en “CSI: New York” no ha vuelto a protagonizar una película.

Sin embargo, puede verse que los actores mencionados no entrarían en lo que hoy llamamos “actores jóvenes”. En una analogía que no sonará bien, podría verse a la industria cinematográfica como un matadero que, sin piedad ni diferenciación, corta y separa a las estrellas televisivas, vacas de algún modo encerradas en el enorme corral que representaría la serie televisiva: un apacible y seguro lugar hasta un punto. Kristen Stewart es un caso especial –y no por eso menor- pues su carrera comenzó directamente en el cine. Ella es una privilegiada que no debe mirar hacia otro lugar que no sea adelante (si en estas suposiciones, las series significaran una regresión).

Pero hay cientos, miles de actores y actrices que hoy dedican su vida a una serie de televisión y que el día de mañana… ¿El día de mañana qué? Benjamin McKenzie, protagonista absoluto de “The O.C”, probó suerte con un adorable papel en la cinta independiente “Junebug” y otro menor en “88 Minutos”. Ya está de vuelta en la pantalla chica con la recién estrenada “Southland”. Vuelta al caso de Adam Brody, su compañero y co-protagonista de Stewart en “In the land of women”. Ese es el mejor papel que ha conseguido desde que terminó la serie, además de la ayuda del director Doug Liman que le facilitó un mínimo rol en “Mr. & Mrs. Smith”. Una vez más, tanto Brody como McKenzie están por los 30 años, y puede que no se aplique tanto. Pero McKenzie nació como actor en la serie.

Lo mismo le ocurrió a la hermosa Rachel Bilson, que es algunos años más joven y no había hecho nada en su vida hasta convertirse en Summer Roberts. Doug Liman también le dio una mano con un co-protagónico en “Jumper”, pero fue ella quien se ganó el papel de Kim en la remake americana de “El último beso” y es ella quien ahora la sigue peleando. En cuanto a Mischa Barton, quien dejó a la serie ‘en pelotas’ con su sorpresivo abandono, tuvo tres años de participaciones en películas de las que no se supo nada. Parece que se equivocó de decisión, pues en este momento se encuentra filmando nueva serie: “The Beautiful Life”, creada por… Ashton Kutcher.

Me preocupa, o más que nada me interesa esta situación, justamente porque el interés por el actor joven hacia el cine está; pero como estoy planteando, hay que ver cómo lo recibe la industria y, esto es lo más importante, cómo responde al recibimiento el actor. Son también cientos, miles de casos los de jóvenes que luego de un éxito televisivo o cinematográfico, tiraron su vida a la basura. Actrices como Madeline Zima(izquierda), de la espectacular “Californication”, Lucy Hale de “Privileged”, la despampanante Blake Lively de “Gossip Girl” o Jessica Stroup (derecha) de la nueva “90210” tienen ya completadas una o dos películas para este año (Stroup casualmente protagoniza una junto a Mischa Barton y Matt Long, actor joven que desapareció del mapa luego de sorprender en la serie “Jack & Bobby”). Mujeres cuyas edades van desde los 20 a los 25 años, está en ustedes verlas trabajar en sus respectivos programas. Yo les aseguro que son todas actrices muy intuitivas, naturales, con mucha chispa (como dicen a veces). También lo era Hilary Duff en “Lizzie McGuire”, y hoy combina exitosamente una carrera cinematográfica y artística, por poner un ejemplo familiar. Parece que a ella la industria la recibió bien y se supo comportar.

Dejo afuera a una generación de actrices más de estas últimas edades que, como Stewart, cobraron vida en la pantalla grande, entonces el caso no es el mismo. Hablo de Keira Knightley, Dominique Swain, Scarlett Johansson, Erica Christensen, Zooey Deschanel, Emily Blunt, hasta Christina Ricci o la preciosa Anna Paquin. Actrices geniales que, además (a excepción de Paquin; no sé por qué y espero que no dure mucho), no se han instalado en la televisión de ninguna manera o forma.

A los hombres no me he referido, con las excepciones mencionadas, porque es más complicado. No parecen tan determinados como las mujeres en cuanto a “jugársela” para ir hacia la industria y ese tipo de cosas. Es más, muy pocos realizan el cambio y se quedan congelados en la tele o simplemente desaparecen; y la mayoría de los geniales intérpretes jóvenes (al menos hoy en día y como debería ser) nacen en el cine, en películas: Emile Hirsch(derecha), Paul Dano, Anton Yelchin (de generación más cercana a la de Kristen Stewart). En todo caso, rescato a Hunter Parrish (izquierda) de lo que es quizá la mejor serie de TV actual, “Weeds”, y sus participaciones paralelas e importantes en cine desde que está en la tele. Pero algún otro día hablaremos bien de los actores masculinos jóvenes, y de más series, y de otras cosas.

Esto en principio era sobre Kristen Stewart, ¿no?

Saludos Sospechosos!!

Sunday 14 June 2009

Rareza de la semana

Y sí. Esto va a entrar como rareza porque aunque se haya estrenado en cine, permanece como una rareza. Traducida como “Entre mujeres”, es una de esas bellas y nostálgicas rarezas que uno encuentra por un fanatismo por algún que otro actor. Si no la vieron todavía, los chicos la querrán ver por Kristen Stewart (y las chicas también) y las chicas la van a ver por Adam Brody (y algunos chicos, por qué no). Despreocúpense: es una buena peli.

La crítica de “In the land of women” (dedicada a Alejo), a continuación.

“In the land of women”

“Es un mundo grande ahí afuera; es desordenado, caótico y nunca es lo que esperas”, Carter (Adam Brody) le dice a Lucy (Kristen Stewart) en un momento crucial de “In the land of women”. La primer película del escritor y director Jon Kasdan es un enfoque fresco en lo que a mí me gusta llamar ‘turning points’, y puede describirse con la frase citada arriba, exceptuando la parte de “caótico”.

Sería justo reafirmar la parte de “lo que no se espera”, porque el film estuvo, definitivamente (y todavía lo está, si se toman un segundo para ver el trailer), incorrectamente publicitado/comercializado, haciéndole creer al espectador algo que claramente no está ahí. Hay una gran posibilidad que las fans adolescentes de Adam Brody (Seth Cohen, de la magnífica serie “The O.C.”) terminen decepcionadas con la película, que incluye una chiquita que es precoz en su modo de ver la vida, una chica que no sabe lo que quiere y una madre que está lidiando con un asunto importante.

Cuando Carter llega a la vida de estas mujeres, también está pasando por un momento personal difícil; acaba de terminar con su novia y tiene que superarla. Escritor de guiones de películas ‘soft-porn’ (¿qué tal eso como algo original?), Carter decide visitar a su abuela (una hilarante Olympia Dukakis) y, mientras la cuida, probablemente descubrir qué hacer con su vida y quizá escribir lo que siempre quiso y nunca pudo. Y allí conoce a Lucy y a su madre Sarah (Meg Ryan en buena forma), y cada ‘turning point’ se confunde con otros.

Lo que ocurre entre Carter y las ‘mujeres’ del título podría ajustarse a la parte ‘caótica’ de la frase que dio comienzo a esta crítica: una suerte de triángulo comenzará a tomar forma, pero por suerte no es el triángulo de amor y discusiones de todos los días. Es un triángulo de enriquecimiento mutuo, en el que cada personaje aprende al menos algo del otro.

Si analizan por completo las situaciones que están viviendo, probablemente sólo una de ellas es sea lógicamente preocupante, pero el hecho es que ninguno de estos personajes está en una posición en la que rendirse sea una opción. Kasdan intenta, con un guión humano y perceptivo, presentar soluciones y esperanza a estas situaciones. Con una cámara pacífica, pone a las conversaciones serenas por sobre todas las cosas y esa es la clave del éxito de su recomendable película. Esto no significa que el resto no ayude también.

Hay algo acerca de “In the land of women” que es cuestionable pero también gratificante y es que estos ‘turning points’, aunque no tan definitorios ni irremediables, son presentados como los momentos culminantes de la vida; como las decisiones más importantes que estos personajes necesitan tomar. La conmovedora partitura de Stephen Trask; la carismática interpretación de Adam Brody, todavía atado al ‘factor Cohen’; y la perfecta actuación de Kristen Stewart, con todas las expresiones e inseguridades de una adolescente, haciendo de algunas conversaciones y escenas algo más crucial de lo que deberían ser.

Ustedes presten atención a esas conversaciones, y a un par de referencias cinematográficas, y a aquellos momentos en los que esperamos que un personaje diga algo. Aquí, Kasdan evade todos los lugares comunes y los clichés y esas frases que siempre estamos esperando oír. Eso siempre tiene que ser algo bueno.

---7/10

PD: Con esto damos por concluida nuestra semana dedicada a Kristen Stewart...Arranco la semana con una cosa larga que escribí, para que tengan tiempo de leerla.

Saludos Sospechosos!

Thursday 11 June 2009

¿Qué quieren ver? Mucho cuidado

Provocador el título, ¿no? Dura poco el efecto. La introducción a la crítica de hoy es breve porque ya hablé lo suficiente de la homenajeada de la semana tanto en el post como en la crítica específica anterior. Pero lo justo es justo, y hay que volver a destacar el hecho de que mucha gente la conoce por haber interpretado a Bella Swan en la película de hoy. Es un personaje que sin duda debe ser complejo y con el que Stewart hace lo mejor que puede, ya que no es su culpa que el film en el que está inmerso, en general, sea bastante flojo.


Nos quedamos entonces con la foto de arriba, grande y resplandeciente, aportada especialmente por el mismísimo Exagerador Nacional. Algunos cuentan por ahí que la actriz se parece un poco a alguien; otros proyectan a futuro…Hay que ver de qué sirve proyectar. Y hablando de proyectar, les recomendaría a los que recién están descubriendo a Kristen Stewart que dejen de proyectar y reproyectar “Crepúsculo” en sus DVD’s, porque la joven actriz tiene cosas mejores. El fin de semana les traigo un poco de eso.

La crítica de “Crepúsculo”, a continuación.

“Crepúsculo”

La cosa es así. Tenemos a una chica hermosa, apropiadamente llamada Bella (la bellísima Kristen Stewart) que se muda a un pequeño pueblo para vivir con su padre, un jefe de policía (Billy Burke). Bella va al colegio, es la ‘chica nueva’, el nuevo juguete. De repente, un chico buen mozo –fachero, si les parece más apropiado también- con el nombre Edward (Robert Pattinson) aparece y le salva la vida de una manera que no parece humana. Bella no entiende, y se fascina con Edward, quien esconde un secreto que todos conocemos.

Una historia como esta podría pasarle a cualquiera de ustedes hoy, dejando de lado todo lo que no es humano, porque Edward es un vampiro, y eso cambia las cosas. “Crepúsculo” está basada en una famosa novela escrita por Stephenie Meyer, mucha gente fue a verla por esto y por esa misma razón irán a ver la segunda parte, ya terminada si no me equivoco. Considerando el hecho de que la novela debe ser ‘condensada’ para la pantalla (para ahondar en este tema y si el debate les interesa, les recomiendo este post de Xavier Vidal), la guionista Melissa Rosenberg hizo un trabajo bastante ambiguo; si tomamos en cuenta que en el desarrollo de una historia de amor adolescente incluyó frases como “eres mi vida ahora, Bella” y a la vez tuvo el nervio para poner cosas del estilo de “eres como mi marca personal de heroína”. ¿Quién diría tal cosa? Un vampiro, podrían responder, si pretenden defender la escritura del film.

Mientras que todo bien podría ser culpa de la misma novela (que no leí pero escuché que era lo suficientemente floja), es cierto que la película desarrolla su trama a las apuradas, y sentimos siempre que nos estamos perdiendo un número importante de conversaciones entre los muy interesantes personajes principales. Pattinson (ahora un galán que consiguió el papel de su vida) y Stewart (una de las mejores actrices de su generación) trabajan bien juntos y su química es palpable, tanto cuando transmiten que quieren estar juntos como cuando nos hacen ver lo contrario. En este aspecto en particular, la directora Catherine Hardwicke saca lo mejor de la película.

Hardwicke dirigió la fantástica “Thirteen”, por lo que conoce de angustia adolescente. Sin embargo, esta vez todo está más enfocado: la cámara mostrando únicamente los ojos de los personajes, enfatizando sus miradas. El hecho de que Edward es un vampiro y Bella no puede tenerlo tan cerca parece ser el centro de la atención de Hardwicke y, como si quisiera mostrar el deseo sexual adolescente –y eventualmente la abstinencia- como un tópico importante del film (lo mezcla con el sacrificio amoroso, pero se vuelve innecesario y cansador porque las imágenes lo dejan claro), filma la escena más caliente del film con respiraciones y alientos profundos y luces tenues, terminándola en nada.

Si miran las escenas de acción -peleas entre los vampiros y otras criaturas- entenderán también que esa parte del film no era el interés más importante de Hardwicke. La cámara nerviosa e inquieta que el cinematógrafo Elliot Davis desarrolló y que tan bien le funcionó a la directora en su primer film, ahora parece fuera de lugar. Las escenas de acción están mal filmadas, son incomprensibles y algunas están hasta mal editadas (o no editadas con entusiasmo suficiente); la partitura de Carter Burwell suena como salida de una película clase B o una serie de TV barata sobre asesinatos y –quizá- vampiros.

Al menos Hardwicke no dirigió la secuela (quizá vuelva a lo que hace mejor, llevándose consigo a todos sus actores usuales –están todos en esta película-) y al menos “Crepúsculo” es mejor que “Jumper”, por poner un film desastroso basado en alguna otra novela de ejemplo (y porque, casualmente, también Kristen Stewart tiene una corta aparición). Pueden verla para algunas buenas actuaciones, o algo de diversión. Eso ya es mucho decir.

---6/10

PD: Pongo una encuesta para los verdaderos fans de Stewart, veremos qué pasa!

Monday 8 June 2009

Pura y genuina magia

Sí, el título habla un poco de la película de hoy pero también me decidí, incidido un poco por Agus Castelli y otro poco por algunos acontecimientos, a regalarles a los Sospechosos una semana de Kristen Stewart. Esto no es casual, porque si bien es cierto que la joven actriz me gusta hace mucho tiempo, ahora el boom de su figura parece ameritar el momento.


Yo suelo salir a defender los descubrimientos que he hecho antes de que cierta persona o cosa se vuelva algo del común diario, como lo es ahora la señorita Stewart, adorada por chicas y chicos adolescentes (me incluyo) de todas partes. Se viste bien, es muy hermosa y también sabe actuar. Esta última parte no sé si todos la tienen bien clara. Es desde “Catch that kid”, un film infantil en el que también estaba el ahora mundialmente famoso Corbin Bleu, que la chica viene dando pasos muy firmes en Hollywood.

Las películas que ha hecho no son tantas, así que quien tenga intenciones de conocer su filmografía (cualquiera que se sienta atraído por ella debería aprovechar a hacerlo), basta con un par de días de ver cine. Aquí, mientras tanto, le dedicaremos una semana, teniendo siempre en cuenta que Stewart no es el centro de atracción en las películas en cuestión –dejando de lado “Crepúsculo”, claro- y que aquí intentamos presentarla como prometedora actriz de su generación, ya que no hace “siempre lo mismo”.

Sin embargo, hay que considerar que, como cuentan, fue la popularidad de Stewart en “Crepúsculo” la que hizo que el director de la película de hoy (que se filmó antes que la de vampiros) pudiera terminar de financiar el film…Stewart ayudó bastante, digamos, y también admitamos que aunque la película de hoy es maravillosa, la mayoría de las personas quieren verla por la presencia de, digámoslo con clase, Bella Swan. Yo los tranquilizo: vale la pena ella, y la película por suerte también. De hecho, quizá sea una de las mejores del año.

La critica de "Adventureland" (dedicada a Yaye, que se lo extraña por aca), a continuación.

"Adventureland"


Inexplicablemente, algunos films se le aparecen al espectador como intensamente cargados de sentimientos personales. Uso la palabra 'inexplicablemente' porque puede haber disposiciones generales de la película que ayuden a esta noción, como el uso de locaciones particulares y la elección de un período de tiempo específico o la construcción de algunos personajes. Sin embargo, más que nada tiene que ver con algo más visceral, y ocurre generalmente en piezas de escritores/directores. “Adventureland” de Greg Mottola podría muy bien ser (en realidad, es) un film de ese tipo, pero no hay ningún genero que defina que defina esto. Situándose en los 80 e introduciendo personajes principales y secundarios que están bien redondeados, Mottola logra crear un estado mental y nos transporta al tiempo y lugar de acción: sus intenciones son genuinas; sus sentimientos parecen completamente expuestos durante todo el paseo y el resultado es puramente mágico.

Mucho de esta también sucedía en el film anterior del director (y uno del que debí haber escrito), “Superbad”. Esa película existe en otro tiempo si no se piensa en la presencia de actores jóvenes y reconocibles de la Nueva Comedia Americana –así es como alguna gente tiende a llamar a los productos relacionados con Judd Apatow- como Seth Rogen y Michael Cera; mirarla significa involucrarse en un mundo de diversión inocente y amistad verdadera. Estas dos cosas son fundamentales en “Adventureland”, que es un mejor film que su predecesor simplemente porque Mottola la hace completa. Se aleja intencionalmente de las etiquetas del género cómico, elige a actores jóvenes más versátiles y –en un sentido- respetados para los roles principales, se guarda la carta más preciada del género (el nombre es Bill Hader) para el departamento secundario, le da el resto de los jugadores secundarios a nombres menos reconocibles que los mencionados arriba y trae a Ryan Reynolds como el actor ‘estrella’ en el reparto. Reynolds es muy bajo perfil, y encaja perfectamente para el engañoso papel que debe interpretar.

Estamos ahora en los 80. La ropa, la actitud, la música y las mismas canciones (que en momentos acertados acompañan las situaciones que los personajes están viviendo) que se escuchan una y otra vez lo dejan claro. Jesse Eisenberg, tan bueno pareciendo alguien de ese tiempo en “Historias de familia” (aquí mi crítica) y simplemente bueno en “Roger Dodger”, una figura clave entre los actores jóvenes independientes, hace el papel de su vida como James; un peculiar e intelectual virgen (es una palabra primordial en la película) de veintitantos cuya mayor virtud y peor defecto es el mismo: la sinceridad. Porque la vida a veces es una mierda, James se encuentra trabajando en un parque de diversiones por el verano. Necesita juntar plata y termina viviendo un verano de diversion inocente y amistad verdadera, con una añadida chispa de amor. Una vez que el espectador se familiariza con James y él conoce a Em (la hermosa y talentosa Kristen Stewart, tan encantadora en “Catch that kid”, tan precisa en “Zathura”, tan intensa en “Into the wild”, fantástica y desafiante en “In the land of women”, tan buena en “Twilight” y mejor aún aquí), nos podemos imaginar hacia donde va la historia.

Por favor entiendan que no quiero contarles nada, pero es importante decir que no es tan simple, y al mismo tiempo sí lo es. “Adventureland” tiene una estructura predecible, una narrative lineal al estilo de “Juno” (aquí mi crítica), pero no es tan compleja como el film de Jason Reitman porque está menos preconcebida. Los personajes en “Juno” eran intrépidos y memorables porque Diablo Cody intencionalmente los escribió así, sentada en su casa y sabiendo que tenía algo genial en sus manos, que Reitman cuidadosa y dedicadamente puso en pantalla. El guión de Greg Mottola (toda la película de hecho) está tan cargada de sentido autobiográfico que sus sentimientos toman el control: los personajes principales no están bien redondeados porque fueron creados intencionalmente con ese propósito, nos parecen tridimensionales porque están diciendo constantemente lo que piensan y lo sentimos; los personajes estereotipados que de vez en cuando surgen son un requerimiento para la intención del director de ‘transportarnos’ y ninguno pronuncia frases en vano.

Por esta razón, “Adventureland” nunca podría ser un film de “coming of age”*1, tal como no lo era “Casi Famosos” (aquí mi crítica) de Cameron Crowe. Nunca podría serlo. Está filmado con demasiado romance, es demasiado fallido en muchas partes y eso es lo que lo hace tan genial. Como le pasa a William en la película de Crowe, aquí no hay lecciones de vida para James; sólo experiencias que se lleva al largo viaje que será el resto de su vida.

---8/10 (tirando a 8,5, jejej)

*1 Aquellas peliculas en las que un personaje, o varios, mediante alguna experiencia (sucede mucho en verano, hay que admitir), aprende varias cosas sobre la vida y termina de alguna forma creciendo como persona. Es un subgenero que, aclaro, puede verse en "Adventureland", pero no es su forma clasica y tipica.

Seguimos con la bella Kristen...Saludos Sospechosos!

Saturday 6 June 2009

Una semana en 5 películas (y esas clásicas mini-críticas que uno no quiere pero a veces debe hacer)

Otra vez desaparición. Va a parecer que la intención de este blog es realizar nada más que un post por semana cuando en realidad nunca fue así. Lo cierto es que en cuanto a lo personal, no tuve mis mejores semanas recientemente, y además estoy sin computadora. Por más triste que todo suene, a la vez son estos mismos hechos los que me llevan a este post, ya que en esta semana miré cinco películas, estableciendo mi propio récord de este año. Lo máximo que suelo ver son tres.

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El lunes, con un silencio en casa que en principio no hacía bien, partí hacia lo de Agus Castelli a hacer un trabajo de la facultad y a leer un poco. Lo primero lo pude cumplir, lo segundo siempre es imposible con Agustín (Loco!!) y siempre queda la posibilidad de fumarse alguna película que se haya bajado recientemente como era el caso de “Doubt”. No me quise quedar con la duda y la vimos. A él no le gustó. Yo no creo que sea una película genial, pero se me hace como una película muy libre. Bien concebida, bien filmada, sorprendentemente actuada, funciona estratégicamente al disponer a los personajes en los lugares indicados para desplegar la ‘duda’ en cuestión, evidenciando un poco (por suerte nunca lo suficiente) su procedencia teatral. Luego todo es sumamente sutil, con una música y una fotografía que se encargan de que conozcamos el funcionamiento del lugar en cuestión: una escuela religiosa. Un sermón que da el Padre Flynn (el Gran Philip Seymour Hoffman), unos retos y leves discursos de la Hermana Aloysius (Meryl Streep) y una particular charla de ésta con la Hermana James (Amy Adams) bastan y sobran. A los personajes no los conocemos, no los llegamos a entender; simplemente los oímos hablar durante conversaciones eternas, profundas, conflictivas que giran en torno de lo mismo y que siempre nos dejan con la duda, acentuada firmemente al final. Ni la aparición de la madre de un alumno, interpretada ferozmente por Viola Davis nos aclara las cosas…Y eso que intenta.
---7/10

El martes, tras un día muy tranquilo, fui a renovar mi tarjeta de ‘socio Gold’ de Blockbuster. En el Blockbuster donde alquilo no saben ni que tienen para ofrecer, pero siempre es lindo pasar los martes sin pensar mucho y llevarme tres películas al precio de dos. Alquilé “The Wrestler”, “The Weather Man” y “El mismo amor, la misma lluvia”. Las últimas dos las tengo acá todavía y el martes vi la primera. Hasta un punto, no me parece justo opinar de la ‘calidad (cualidad) de autor’ de Darren Aronofsky, o de su calidad, punto. He visto sólo dos de sus películas y nunca la más fundamental. Sin embargo, me queda claro que su última película marca un intencional cambio con todo lo anterior: ya no está escrita por él, ya no es difícil de seguir, ya el aspecto técnico no está tan trabajado. Algunos dirán “es por la naturaleza de la película”, y seguro que sí, pero lo que hay que preguntarse es por qué un director como Aronofsky decide hacer una película así en primer lugar. La respuesta no la tengo, pero sé con seguridad que la película no es buena. Cualquier sentimiento de empatía que nos genera en algún momento no es mérito alguno del director sino puramente de Mickey Rourke. Su actuación es responsable de que sintamos toda la decadencia y falta de aprecio que Randy “The Ram” (enorme figura de las peleas en los 80) siente desde el vamos. Tiene que dormir en su auto, está acabado físicamente por el uso constante de drogas, está medio enamorado de una stripper (una fenomenal Marisa Tomei, siempre buena) y su hija (Evan Rachel Wood) no forma parte de su vida; él nunca la consideró y ella lo odia. Es demasiado drama para aceptarlo como si nada, y Aronofsky parece creer que una filmación ‘independiente’, con menos luz y más desprolijidad (por decir algo) le alcanza. Pues no. No me gusta como la cámara sigue desde atrás (al estilo “Elephant” de a ratos) a sus personajes principales y no me gustan las tomas repentinas de las peleas desde lejos –no puedo decir nada de la filmación de las peleas en general, pues son muy crudas y reales, y eso ayuda- , desde la platea. Pero me mata y me puede la bondad de Rourke, que me recuerda mucho al último “Rocky” (aquí mi crítica) de Stallone. Pero la peli de Stallone era mejor.
---6/10


El miércoles a las tres de la tarde, antes de ir a cursar, me paseé por el Movie City Pack (ahora lo tengo en casa :D) y me di cuenta que daban “Lights in the Dusk” de Kaurismaki. Hace mucho tiempo miré “El hombre sin pasado”, un film extraño y memorable, cargado de silencios. Bueno, esto último del director finlandés no es muy distinto. El personaje principal, un guardia de seguridad llamado Koistinen, es tan optimista como lo era M al descubrir que no tenía pasado. De alguna manera, los personajes en “Lights in the Dusk” tampoco tienen pasado. No sabemos nada de sus vidas, y en un presente muy urgente vemos como pasan los días, estáticos. El optimismo del guardia de seguridad tiene que ver con creer que podrá hacer algo mejor con su vida, cuando el espectador sabe que es un inútil y que el lugar donde está es el más alto al que llegará más. Los personajes de Kaurismaki, aunque optimistas, son tristes. A Koistinen lo usan y le arruinan la vida, dejándolo peor de lo que estaba. La gente que hace esto es filmada por la cámara con mucha paciencia, con mucha observación: todos observan a la cámara fijamente como si estuvieran diciendo “este destino no se puede cambiar”. Peculiar inexpresividad, eso es el cine que vi el miércoles.
---7/10

El jueves lo bizarro se elevó a la enésima potencia. A las 11 de la noche por A&E me encontré con un ejército conocido como los 12 monos, y con la desfachatez de Terry Gilliam para hacer arte cinematográfico. A veces uno se olvida que es Gilliam quien dirigió “Brazil”, film con el que “12 Monos” tiene varios puntos en común. Siempre dispuesto a hacer de cada escena un mundo propio, basándose en un film anterior y pegándose mucho a lo marcado por el guión, Gilliam nos lleva en un imparable e indescifrable viaje en el tiempo. Quizá no tan indescifrable, y quizá de allí algún problema. El Gilliam de “The Fisher King”, de “Pánico y locura en Las Vegas” es un hombre que también escribe y que allí evidencia toda su creatividad, al establecerla en imágenes. El mismo Gilliam que hace que queramos ver “Brazil” más de una vez; no sólo porque no nos quedó clara (esto nunca sucederá), sino porque nos voló la cabeza, del modo en que lo hace “Inland Empire” (aquí mi crítica). “12 monos”, con una excepcional actuación de Brad Pitt, un Bruce Willis inspiradísimo y una Madeleine Stowe en su mejor momento, no nos vuela la cabeza. No estamos tan seguros de querer verla de vuelta.
---8/10

El viernes vi una película bastante enorme, que se estrenó recién este jueves en Argentina, que todavía están a tiempo de ver y que será la primera crítica que verán aquí la semana que viene. Se llama “Adventureland”, y la tradujeron con una cosa más que no recuerdo. Pero se llama “Adventureland”. ¡Y dale! ¿Qué esperan? Vayan a verla!

Nota: Estas mini-críticas como las de arriba a veces son necesarias, porque uno ve mucho y no tiene el tiempo para sentarse a escribir con el mismo detalle cada crítica de cada película. Además, ayuda para aquellos que creen que las críticas completas son muy largas; así que espero que este post haya sido de agrado general.

Saludos Sospechosos!