Friday 29 October 2010

En la ciudad de Ben Affleck

Es raro el escribir sobre cine a veces. Hay casos en los que nos termina gustando más una película por lo que pensamos de ella (y terminamos poniendo en palabras) que por lo que realmente tiene la película de contenido. Esto es válido. El cine genera muchísimas sensaciones, y los que escribimos intentamos plasmar eso, combinándolo con otros aspectos que hacen a una buena o mala película, siempre tratando de dar –en algún punto- con el por qué de la cuestión (no me canso de insistir en que si escribimos sobre cine es fundamental poder decir por qué no nos gustó un film o, en un caso más sencillo, por qué la dirección de otro es buena o no; quiero decir, decir qué corno significa la dirección y no escribir únicamente “la dirección es excelente”… ¿qué es eso?). Sucede que a veces no alcanza con lo que escribimos después de ver una película que, estamos seguros, nos fascinó. Eso hace que sigamos hablando (y escribiendo) de ella en todo momento para que la mayor cantidad de gente posible entienda que, como experiencia cinematográfica, la película fue algo fuertísimo; algo que no veíamos hace mucho tiempo y que nos provoca extrema felicidad. Más o menos (y resumido) esto es lo que me está ocurriendo con “The Town”, el último film de Ben Affleck que se estrenó aquí como “Atracción Peligrosa”.

Por el momento, no voy a postear mi crítica de “Red Social” esta semana. Doy dos razones contundentes:
1-No llego a terminar de armarla por el tiempo: rindo un parcial el martes y este fin de semana estreno una comedia musical (detalles al final del post)
2-Prefiero que lean, aunque sea, lo que me salió con respecto a este (creo) mejor film que deberían ir a ver apenas puedan.

No va más.

La crítica de “The Town” (dedicada a Mariana, que el miércoles cumplió años y que me acompañó a verla para luego salir con ganas de “matar a alguien”…Gracias!), a continuación.

“The Town”

El segundo film de Ben Affleck es uno de los mejores del año. Trataré de contarles por qué. Para empezar, es mejor que su predecesora, “Gone Baby Gone” (aquí mi crítica). Encuentro sorprendente que Affleck decidiera aumentar la apuesta en todo aspecto: “The Town” dura más, cala más profundo, tiene más escenas de acción y desarrollo de personajes. Recordamos más personajes, la relación romántica central carga con más tiempo y porque el guión es moralmente consistente, “The Town” es una de esas pocas películas policiales en las que nos importa más la vida del criminal que el éxito del robo de un banco o un camión. Dramáticamente es irresistible.

Hablando de aumentar riesgos. Luego de años tratando de construir una mejor reputación como actor participando en films que no mancharan su imagen, y luego de dirigir una película que le ganó respeto aún cuando sus dotes actorales (todavía) seguían siendo menospreciados, Ben Affleck decide ser él mismo la estrella del show. Interpreta a Doug MacRay, un ladrón experto que trabaja en una ‘banda’/’pandilla’ muy hábil en Charlestown (ahí está el “The Town”, no en el título local): instruidos por “el florista” (Pete Postlethwaite), realizan los mejores trabajos en el barrio y, porque algo siempre sale mal, en el medio del robo de un banco, se llevan a la gerente, Claire (Rebecca Hall), como rehén. La dejan en alguna playa y comienzan a vigilarla para asegurarse de que lo le diga nada a la policía. Porque ella sabe; nosotros sabemos. Doug comienza a verla y más tarde Claire recuerda que los ladrones le dijeron que caminara hasta que sintiera el agua: “Fue la caminata más larga de mi vida; pensé que me caería por un precipicio”.

Doug comienza a salir con Claire porque sus impulsos se lo dicen. No puede luchar contra ello. Las mujeres en las dos películas de Affleck tienden a presentar cierta cualidad que va más allá de la belleza: o son independientes y bondadosas, mujeres con las que uno quiere volar al cielo; o autodestructivas y problemáticas, mujeres que inevitablemente uno quiere salvar. Ambas mujeres co-existen en la vida de Doug, y podemos ver que está atrapado; quiere hacer algo. Pero al mismo tiempo, “The Town” trata sobre las cosas que no podemos evitar. Me refiero, claro, a las cosas que no deberíamos hacer si las pensamos por más de un minuto.

Nómbrenme un personaje y señalaré una debilidad. El guión del film, basado nuevamente en una novela y escrito por Affleck y Aaron Stockard junto con Peter Craig, provee personajes con enormes dilemas morales. En “Gone Baby Gone” este aspecto iba aumentando hasta coronarse en un climático final, y funcionaba. Aquí está por todas partes: porque cada decisión de esas que podría cambiar la vida del personaje; porque cada conversación esconde un secreto. Porque el pasado, nunca revelado del todo pero siempre presente, es devastador.

Escribiendo siempre desde el corazón pero esta vez sin la intención de generar impacto, puede que Affleck haya logrado su mejor guión. Las convenciones de género que encontramos en la historia son aquellas que hacen que la película se ‘active’ (para decir algo), pero algo totalmente diferente hace que la película respire. La manera que Affleck tiene de capturar, una vez más, un lugar específico haciéndolo suyo. Domina un estado de ánimo especial (gracias por esa partitura nuevamente Harry Gregson-Williams), entiende los códigos, maneja las calles y camina los techos como para no dejarnos dudas de que sabe, una vez más, de qué está hablando.

Los personajes y su involucramiento en una historia que necesitamos ver contada muestran el crecimiento y el fluir natural de un director que es tan generoso como cualquier actor/escritor/director que, de vez en cuando, decide ser el héroe. Esa generosidad se expresa de una forma tal que nos damos cuenta que él es la estrella principal pero todos los que se paran a su lado fueron elegidos perfectamente para brillar, sin llegar a opacarlo. Es por eso que Rebecca Hall es la perfecta compañera; es por eso que Jeremy Renner entrega una actuación estupenda como el mejor amigo de Doug, un paso firme después de la nominación al Oscar; es por eso que Affleck le da a Blake Lively de “Gossip Girl” el –hasta ahora- papel de su vida; es por eso que Jon Hamm parece un poco desperdiciado y hasta caricaturizado como un agente federal; y también es por eso que nombres mayores como Postlethwaite y Chris Cooper sólo tienen un par de escenas.

Creo que estas son las decisiones correctas de un director tan confiado que al final del día realmente se convierte en la más brillante (en inteligencia y luz) estrella. Honestamente creo que la interpretación de Affleck es la ganadora: creo en todo lo que Doug dice y hace y todo el tiempo me pongo de su lado. Me encontré conmovido por “The Town”, un film no hecho intencionalmente para generar ese efecto pero con todos los elementos posicionados para terminar causándolo. Si no están de acuerdo con todo este delirio, es justo al menos decir que el film es una obra dramática de acción en parte, crimen, romance y amor, con subtramas familiares y de amistad…contada linealmente, visualmente atractiva; muy Hollywood si prefieren. Eso también debería ser suficiente si alguien quiere hacer una de las mejores películas del año.

---9/10

PD: Este fin de semana se hace "ILIRIA", la comedia musical que este año estrena Proyecto Escenario. Son sólo 3 funciones.

Sábado 30: 18hs y 21:30hs

Domingo 31: 19hs

El lugar es el "Auditorium De San Isidro" (Libertador al 16100) y la obra es, bueno, muy divertida, y realmente vale la pena. Los espero si se quieren echar una escapada.




Saludos Sospechosos!

Monday 25 October 2010

Se detiene el tiempo: dos películas imperdibles

Atrasamos un poquito el especial de Cine Argentino, si?

¿Cómo les explico que la semana pasada se estrenaron en Buenos Aires dos de las mejores películas del año? Bueno, directamente se los cuento. ¿Cómo los convenzo de que vayan a verlas ambas? Bueno, empiezo por tirarles el dato de que mañana en los cines Hoyts las entradas van a estar a mitad de precio. Más difícil aún: ¿cómo los convenzo de que aquel film que parece el menos bueno de los dos, es de hecho el mejor? Bueno, simplemente escribo.


Comparar a David Fincher con Ben Affleck es ciertamente inútil, y ese no es el objetivo que persigo. Sí aprovecho para hacer una queja ante una Academia Cinematográfica que hoy en día nomina diez títulos para su premio gordo y aún así es poco probable que haga lugar para “The Town” (aquí “Atracción Peligrosa”). Por supuesto que “Red Social” estará nominada. Es el trabajo de un Fincher que está más afilado que nunca, que busca revancha y que sin duda merece más el premio ahora que por el curioso caso que nos trajo hace poco (aquí mi crítica).

Sólo quiero que quede claro que Affleck debería ser considerado como candidato a mejor director. Su última película no tiene la trascendencia a nivel social general que tiene una película como “Red Social”, que inevitablemente nos toca a todos. Tampoco tiene el atractivo directo para con el público (la protagoniza él mismo, mal augurio de entrada, ¿no?) que puede tener una “Inception” (aquí mi análisis). En líneas generales, es una película policial más, de crímenes y robos, de esas que –buenas o no- la Academia pasa por alto. Sin embargo, “The Town” tiene una cualidad que ya quisieran tener muchos films hoy en día (aún más en ese género específico): es una experiencia cinematográfica verdaderamente trascendente para el espectador. Cuando una película logra esto significa que está hecha con el corazón, con mucha garra y, sobre todo confianza; esa confianza que demuestra que no se le tiene miedo a nada. Pura, sn trucos; profunda porque su historia y el lugar en que se desarrolla no permiten otra cosa.

A diferencia del arriesgado silencio que emplea Affleck para el desarrollo de una gran cantidad de diálogos, Fincher arremete con toda la furia del habla (cortesía de un fenomenal guión de Aaron Sorkin), del sonido y de la música más extraña y seductora para presentarnos el mundo elite de Harvard en el que se esconde un genio por algún rincón. Y sí, “Red Social” tiene una parte humana, en el lado más cínico y arrogante de su protagonista, que se combina con un lado patético que nos da lástima pero no nos hace empatizar del todo con ese Mark Zuckerberg de personalidad tan definida, imposible de moldear. No creo que se haga difícil conectar con “Red Social” por las características de su protagonista únicamente. Hay algo superior, que tiene que ver con que, como película, es una apuesta segura. Sabemos, que porque habla de Facebook (y de todas las redes de ese tipo) desde algún lado a todos nos llega. Dicho esto, es obvio que “Red Social” nos va a enganchar, con notables armas –especialmente su guión- que si las pensamos en frío no tienen tanto que ver centralmente con ese atractivo que es Facebook. Pero también es obvio que es una película que desde todos sus lugares cierra a la perfección; que inteligentemente va entrelazando sus líneas dramáticas para que no olvidemos nunca que se nos está contando algo que ya sucedió. Ojo, que este objetivo, propio del film, se ve traicionado (una traición que juega a favor; casi una traición cometida –también con suma inteligencia- adrede) por lo que ocurre en una trama que nos deja maravillados a cada minuto, de modo que sentimos que todo sucede en un incuestionable presente. Con todas estas cuestiones tenidas en cuenta, me surge el pensamiento: “Así se hace cine…qué película admirable que seguramente pasará a la historia del cine. Me tiene que gustar. Sí, sí, me gusta”.

La frase escrita arriba (o algo similar) es más o menos la que se me cruzó por la cabeza al ver “El Ciudadano” de Orson Welles, título que sí se cuela es porque se está comparando a Mark Zuckerber con Charles Foster Kane; porque leo críticas que hacen referencia a esta conexión. En “Citizen Kane” el presente también era más poderoso que otra cosa, aún luego de conocer el comienzo-nudo-desenlace de la vida del magnate en un flash al inicio del film…aún luego de sea lo que fuere que significaba Rosebud. El film de Welles avanzaba rápidamente, con cambios bruscos y diálogos inteligentes y afilados. Y bueno, todo genial, porque la película marcó un antes y un después; pero Tote Auche es testigo de que se puede decir sin miedo que quizá no sea una gran película. Más o menos esa es la situación que vivo con “Red Social”.

Igualmente la crítica más completa de ambos films esta semana es necesaria, porque hay ver las dos películas…pronto!

Monday 18 October 2010

Pensamientos? Pasen y vean una gran película (3)

"Sabés una cosa? Cualquiera de estos días te voy a besar", dijo él. Y antes de que ella pudiera interrumpirlo prosiguió: "Sí, ya sé. Estás sorprendida y no lo podés creer, pero en el fondo sabés que hace tiempo que te quiero besar. Pasa que por alguna estúpida razón vos pensás que lo nuestro es de amigos, aunque yo estoy completamente convencido de que usé todas las armas posibles para que te dieras cuenta de que te quiero besar". Concluye la oración y piensa para sus adentros: "Es que es tan obvio, siempre fue tan obvio. Pero claro, vos no. Vos no te lo ves venir. Y menos vas a coresponder. Es la historia de mi vida".

Hay veces que envidio tanto a Ana Sofía. Tener, no sé, la necesidad o el gusto o la incontrolable -digámosle- 'reflexividad' para sentarse a escribir las cosas que pasan y hacerlo de manera tan admirable, con una prosa tan adictiva y perceptible pero a la vez tan misteriosa. El otro día ella mencionaba la revista "Oblogo". Yo tengo un número acá en casa. Nunca lo leí pero entiendo que tiene que ver con gente como uno contando sus experiencias de todo tipo. Yo sé que Ana Sofía escribía estas cosas antes de conocer "Oblogo", y honestamente creo que no necesito la revista porque tengo su espacio; ese que -nunca nos cansamos de repetir- quizá no le interese a nadie, ese que no queremos que nadie lea pero que a la vez irremediablemente nos involucra a todos. Son partecitas, frases, dichos, bromas, insultos, pequeños pedazos de vida que en algún punto todos compartimos. Que nadie diga que no somos parte del mismo mundo.

Así de Ana Sofía salto a Sofía, Sofía Coppola. Y le recomiendo a Ana Sofía (y a todos, por supuesto) especialmente esta peli, que quizá no la vio. Esta es la peli que vengo escondiendo entre tantas mini-críticas; esa única gran peli -qué feo suena a veces esa frase hecha, en serio- que vi en el eterno mes y medio sin clases. Me contenta el estado de las cosas pero va a ser difícil retomar el ritmo. No tengo dudas.
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"María Antonieta" es la muestra más clara del universo que Sofia Coppola intenta establecer como directora. Hablamos de un universo propio, de corte autoral que se inmiscuye más que intencionalmente en el contexto de todos sus films y que tiene la particularidad de lo étereo, como si nos llevara con ella en un viaje en el que no interesa mucho el destino ni las respuestas finales sino más que nada el recorrido, que por alguna razón se ve interrumpido. Creo que si tuviera que elegir, Sofia no terminaría nunca de viajar, pero como artista de cine entiende los tiempos del largometraje y busca situaciones que frenen las experiencias vividas de manera lógica e incuestionable, que ni siquiera ella misma como escritora/directora pueda poner en duda. En "Las vírgenes suicidas" era la muerte, anticipada al inicio del film; en "Perdidos en Tokyo" era el inminente regreso...en "María Antonieta" es la propia Historia.

Me recomendó mi profesora de Historia Social General que viéramos este tipo de películas, que nos ayudarían a comprender de una manera entretenida lo que estamos leyendo en libros. La profe mencionó "María Antonieta", donde entiendo yo que la Historia es casi lo de menos. Si bien Coppola no le falta el respeto a lo ocurrido en Versalles y en Francia durante la etapa de Luis XVI (interpretado por un -intencionalmente- desencajado Jason Schwartzman), todo lo que en los libros conocemos como Historia es para este film un detonante y, como ya se dijo, un mecanismo de interrupción. En el medio de todo esto, tenemos a una hermosa niña austríaca que fue envíada a Francia para darle un heredero al nieto del rey. Sí, para la concepción general hablamos de María Antonieta; pero para Coppola la niña es una vez más Kirsten Dunst, que despliega todo su encanto y carisma para seducir a un príncipe que no quiere hacerle el amor. Banalizar los hechos? No, simplemente darles un poco menos de solemnidad; una decisión de la directora que funciona como una fuerte brisa de aire fresco que azota contra todas las películas Históricas con gente que tiene pelucas y que a muchos nos cuesta ver enteras. Por eso la puesta en escena hace que esta María Antonieta parezca más una Paris Hilton/Lindsay Lohan que la niña rebelde que evidentemente fue. El extremo opuesto a lo solenme aquí es el ridículo, la exageración -mediante la música de alto volumen que nada que ver tiene con la época, las copas derramadas por el piso y los hombres y mujeres recostados por doquier- de ciertas fiestas nocturnas en las que, si bien ocurría de todo, nunca se perdía la 'clase'. Aún así, se procura darle a la protagonista una consideración humana; un desarrollo de personaje que pretende de a ratos convertirla en víctima vulnerable de todo un clima social y político que la superaba. Como si Coppola, mientras da la clara orden de "romper todo" se acercara y nos susurrara: "Es sólo una niña".

La película más cara de la directora sigue la línea tan intencionalmente desprolija/desconsiderada desde el lado técnico que tenían sus anteriores obras. Se reúne nuevamente con el director de fotografía Lance Acord y la editora Sarah Flack, esta vez con el permiso de filmar en Versalles, lo que le permite obtener momentos visualmente mágicos que siempre, por un segundo, nos parecen innecesarios. Menos como en su ópera prima y más como en su segundo trabajo, hay un montón de 'nada' en "María Antonieta". Hay un tiempo claramente suspendido en el que nada avanza pero en el que Coppola está definitivamente viajando y nos invita si tenemos ganas. Si aceptamos SU universo en el contexto de cada uno de sus films, no podemos hacer otra cosa que admirarla. Es un universo que podría explicarse, por así decir, en 3 operaciones:

1)Presentar: introducir a los personajes, más que nada a los principales, en un momento y lugar, en una cotidianidad, y con algo que desde el principio los pone en conflicto. Ejemplo de "María Antonieta": el hecho de casarse con alguien designado para darle un hijo, con 14 años y en la Francia de entonces.

2)Contener: dar pie a una situación o serie de eventos, que generalmente devienen automáticamente del conflicto, y que hacen que los protagonistas entren en una desesperada -de mayor o menor grado- y necesaria búsqueda de algo que cambie el estado actual de las cosas. Ejemplo en "María Antonieta": el difícil intento de lograr el objetivo, que se cruza con las relaciones diplomáticas y el entorno de personas que no ven a María como alguien que merezca el lugar que ocupa.

3)Liberar: hacer que la situación contenida explote, en menor o mayor medida. Lograr que esa contención se convierta, en el contexto de cada película, en algo que claramente se identifique con la liberación, y que implique que los personajes tengan que manifestarse de alguna manera, quebrar ciertas normas; transgredir. Ejemplo en "María Antonieta": cosas concretas como el aplauso en medio de la función de ópera, o el pequeño mundo aparte que le pide a su marido que le construya; luego el resto.

Creo que es posible localizar estas 3 cosas en cada película de Coppola, que no siempre aparecen instantáneamente, claramente a la vista (tampoco creo que sea una directora a la que le interese dar una completa claridad de las cosas, menos a medida que se acerca del final de los films). Son películas, sin embargo -y si me permiten la contradicción-, sumamente claras. Universos donde la luz centellante del día y la oscuridad de la noche juegan roles marcados y específicos; historias de nada que dicen mucho para el que preste atención y quiera (como dije) viajar y agarrar pedacitos; obras que buscan sin cesar la obtención de momentos de -como se dice- "cine puro", y los logran exitosamente.

Y volviendo al comienzo, son películas, que -como deja muy claro el último plano de "María Antonieta"-, tarde o temprano, y en el mundo de Sofia casi sin aviso previo, terminan...aunque queramos lo contrario.

---8/10

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Porque siempre hay que volver, transcribo el final de la crítica en inglés que escribí de "Perdidos en Tokyo":

"Un amigo me dijo, cuando estábamos hablando de la peli, que no tenía 'clímax'. Yo debería decir que no necesita uno. Yo al menos no lo estaba esperando"


Acá al final, el final de mi crítica de "Las vírgenes suicidas", parte de un post de este año titulado "La nada":

"No es fácil de lograr, aunque estar producida por Francis Ford Coppola genere tranquilidad. Su hija le saca el mejor provecho, transmitiendo un espíritu de lo que en el cine se conoce como ‘independiente’, y que si bien nos resulta una definición molesta, sabemos que es un espíritu que provee mucho de estática...mucho de “nada” y poco de clímax y conclusiones que, más veces de las que queremos admitir, son innecesarias."


Es bueno re-leerse cuando se termina de escribir algo, y luego buscar lo que uno escribió en el pasado que se relaciona con lo que acaba de escribir. Es más bueno aún reconocer finalmente que uno tiene una coherencia a través del tiempo. Es algo que, dentro de todo, me deja tranquilo.

SE VIENE UN INTERESANTE ESPECIAL QUE GIRA ALREDEDOR DE ALGUNAS DE LAS ULTIMAS PRODUCCIONES ARGENTINAS.

PROMETI UN OCTUBRE CON TODO, NO?


SALUDOS SOSPECHOSOS!

Saturday 16 October 2010

Rareza de la semana

AVISO: Esta no es la gran película que vi en estos meses y que vengo anticipando hace un par de posts. Es simplemente una rareza para destacar que si no se las traigo este fin de semana no lo hago más. Se estrenó acá hace un tiempo pero me parece que pasó desapercibida (ni me acuerdo qué título en español le pusieron). Ahora, por supuesto, en casas de DVD alrededor del país. Quiero dedicarle la crítica a Tomi Raimondo, que me invitó a verla a su casa; y al histórico Matsan, que acompañó la experiencia.

La crítica de "The Brothers Bloom", a continuación.

"The Brothers Bloom"

Es una idea. Un pensamiento conclusivo sobre una película. No puedo decir que "The Brothers Blooom" es buena porque contiene lindas imágenes de trenes, porque está estupendamente filmada e incluye planos de que muestran un gran trabajo de puesta en escena en relación a la historia que se quiere contar. Tampoco puedo redimirla por tener una elección de locaciones admirables y alguna que otra buena atracción. Esas son las virtudes del film. Punto. La conclusión a la que llegamos con algunos amigos -bueno, más que una discusión puede que haya sido un monologo- fue que había algo en la película que no estaba bien, por más que en el final nos ofreciera claridad, sin dejarnos muchas preguntas para hacernos. Claro, si bien yo siempre digo que es bueno que algunas preguntas (de cualquier índole) queden en la cabeza cuando se termina un film, hay que recordar que no hablo de preguntas como las que deja "Inception", que creemos que son válidas y de inteligencia, y resultan ser lo contrario. Creo que el problema de "The Brothers Bloom" se relaciona con el género y el tono. Lo dije, lo sigo sosteniendo y no hace que la de Rian Johnson sea una peor película (ni siquiera la hace una película mala), pero impide que sea buena.

Lo primero entonces. Todos sabemos que existen géneros. Los vemos aunque no los podamos definir y distinguir con exactitud, e incluso así logramos localizarlos aún más cuando se hacen bien explícitios. Tal es el caso de películas que han parodiado ciertas convenciones de género en los últimos años -con diversos grados de éxito, cabe aclarar-: terror, superhéroes, comedia romántica, épica, etc. Creo que saben de qué hablo pero lo expongo para que quede claro. Hay, podría decirse, un segundo grupo en el que diversos géneros fluyen, apareciendo y desapareciendo en la historia, visual o narrativamente, si bien la película tiene un género principal más o menos definido. Luego hay películas como "The Brothers Bloom", cuya trama y la forma visual en que se cuenta devienen directamente de un género. En este caso, el género es el de estafadores (en inglés, 'con men'), y todo lo que desarrolla la película tiene relación directa con esto: los personajes y sus conflictos, el clima 'engañoso' general y, por supuesto, la 'gran' estafa final. Aquí la particularidad es que este golpe es anunciado desde el comienzo, en una suerte de introducción que el film hace de los hermanos del título. Ya sabemos que este golpe no va a ser sencillo, ya sabemos que va a incluir alguna hermosa mujer y alguna historia de amor y por supuesto esperamos que haya algún giro argumental que nos sorprenda. No estamos obligados a ilusionarnos con todas estas cosas, pero "The Brothers Bloom" nos lo permite porque nos anticipa una historia que ya tuvo final y nos hace percibir que va a haber cierto "juego", por así decir, con esta idea. De este modo, Johnson inunda la estética del film con toques de puesta en escena que hacen alusión a la incapacidad de diferenciar realidad e historia (ficción); a un aire de confusión general. Cosas como los infaltables trucos de cartas, los repetidos y coreografiados acercamientos y alejamientos de cámara -estos últimos se dan más veces- que dejan solos y pensativos a los personajes, o las luces que se prenden o apagan mágicamente en lugares inesperados son la prueba de una estrategia que aparentemente apuesta a la intensa conexión con el género en cuestión. Pero qué pasa con el tono?

Si se va a contar una historia que se basa en el engaño (el protagonista -para que no parezca que no presté atención a los personajes- básicamennte ha vivido una vida de mentira), lo más lógico sería adoptar un tono serio. Aún así, el "juego" con el género mencionado, como traté de exponer, es una constante. Aquí es donde encuentra las contradicciones el film. Está claro -y es válido y no poco interesante- el planteo del engaño como algo juguetón que también hace mal. De este modo, al comienzo la combinación de las actuaciones principales juega positivamente: un Adrien Brody bastante -quizá demasiado- afligido (le sale muy bien, es cierto), un Mark Ruffalo que entiende a la perfección el concepto de la estafa como una historia ficticia y con ello se divierte, y una Rachel Weisz tan ingenua como seductora. Sin embargo, si bien el planteo de esa mezcla entre juego y engaño, historia y verdad, es posible de lograr, "The Brothers Bloom" comienza a mezclar los tonos desde varios lugares. En mi opinión se trata de decisiones poco inteligentes por parte del director: líneas de guión innecesariamente dramáticas y sobrecargadas con música emotiva anuncian cosas que no hace falta anunciar por un lado, y por el otro el despliegue general de artificio de la película plantea una duda sostenida en el espectador de sí lo que está viendo es parte de una estafa mayor o no. Esta duda puede, de a ratitos, convertirse para el espectador en una ilusión que siempre lo terminará decepcionando y confundiendo aunque el predominio total de un género como el de 'estafadores', tan apegado al truco y la picardía, intente justificar implícitamente estas repetidas y francamente cansinas (i)resoluciones argumentales. El género, se dijo, ya es en el film demasiado explícitio para pasar desapercibido cuando se está abusando de él.

---6/10

Tuesday 12 October 2010

Mini mini-críticas? Pasen y vean (2)

Ver una película que, por alguna razón, sí se estrenó en cine aunque ya estaba en DVD, permite reflexiones también interesantes. "Hombre Solitario", de Brian Koppelman y David Levien, escrita por el primero, es un film de aire clásico. No es una referencia a la época del cine (más bien la trama se ocupa de algo bien moderno), sino a cómo se lleva a cabo; con bastante clase. Los planos tienen un andar elegante, poco vistoso, y con esa misma sobriedad se manejan las conversaciones y diálogos del film. Llevo tiempo comentando que no quiero decir esta frase que suena tan de vieja, pero resulta que "Hombre Solitario" tiene 'muy buenos diálogos'. También es clásica en su elección actoral. Michael Douglas a la cabeza, Susan Sarandon como su partenaire; la participación de Mary Louise Parker (una hermosa actriz con muchísima clase), la presencia de Danny De Vito; la inclusión de una actriz como Jenna Fischer, que maneja muy bien la emoción (verla en "Rocky Balboa"). No menos importante es la participación de tres actores jóvenes del circuito independiente, capaces de construir personajes inteligentes y vulnerables en poco tiempo de pantalla: Jesse Eisenberg, Olivia Thirlby e Imogen Poots. Es un fino elenco, contenido, medido, en una película que, creo, está libre de excesos. Si bien el protagonista es una figura muy fuerte y quizá estereotipada (el hombre grande que siempre fue egoísta e hizo las cosas mal, dañando a sus seres queridos, y ahora busca una nueva oportunidad), Douglas lo vive al máximo y su convicción elimina las dudas del espectador ante ciertas acciones del personaje: una piña un poco infundada, su presencia desubicada en fiestas universitarias, sus frecuentes olvidos y maltrato general para quienes lo apoyan...Es un hombre que ha vivido mucho y no está tan seguro de haber aprendido de sus errores. Es defectuoso, lo sabe, y sin embargo hace lo que puede para repartir su sabiduría a quien lo quiera escuchar, porque sigue siendo, con más de 60 años, un hombre egocéntrico y confiado que coquetea con mujeres de 20 y le ruega a su nieto que lo llame "capitán" en vez de "abuelo". La fuerza de la actuación de Douglas arrastra positivamente un film noble que prefiere proponer situaciones y meditar sobre ellas sin tanto alarde antes que correr en busca de una "resolución". Koppelman y Levien no colocan en la película algo que esta no pide y, como elemento 'mainstream', son un poco obvios -desde el diálogo y la imagen- en el planteo de la ambiguedad sobre el final. No les resta mérito.
---8/10

"The expendables" es el último grito de batalla de Sylvester Stallone. Un grito que habla por todos aquellos actores de acción que durante los 80 y los noventa se hicieron con un tipo de cine que nunca fue respetado. Con los años, algunos intentaron darle más prestigio, otros lo pudrieron. El punto en común es que la mayoría eligió centrarse allí, en ese mundo de músculos y disparos, para tratar de mantenerlo a flote con respeto y calidad. Allí está Dolph Lundgren, el Ivan Drago que Rocky tuvo que vencer en su cuarta entrega. Allí está Jet Li, el actor oriental que a base de batallas se hizo un lugar en la industria americana. Allí está Bruce Willis, el pelado duro de matar que hoy en día es, en sus mejores momentos, un sorprendente actor de carácter. Allí está Mickey Rourke, pieza fundamental de una generación perdida; la búsqueda eterna de un regreso con papeles que piden redención y que en el caso de "The Wrestler" llegaron hasta la carrera del Oscar (lo que importa para Rourke actor es el tipo de papel, que aquí tiene ese mismo aire de héroe destruido que tenía en el film de Aronofsky y en "Sin City", de Rodriguez). Y así también se aparece Stallone, en su figura de director/actor/escritor. Stallone siempre buscó un poco más de prestigio, y es cierto que se le complicó más que a otros. De este modo, ante la comprensión de esa situación -y como lo fueron sus últimas "Rocky" y "Rambo",- sus 'indestructibles' no sólo es la defensa, lo más estilizada posible, del género que lo hizo mundialmente famoso. Es algo que él necesita decir, por más que muchas cosas le salgan mal. Stallone, a quien considero un excelente guionista, necesita expresar que entiende y conoce el género que lo ocupa, y más. Entiende también que no llegará al nivel artístico, de consenso y premiación que alguna vez tuvo su boxeador antológico. Aún así, sale a la carga en esta ocasión con más exceso que de costumbre. Su última Rocky no lo necesitaba; le bastaba con los momentos medidos de emoción contenida, siempre cursis como solo él los puede lograr. Pero "The Expendables", más allá del planteo obligado y simple, a la larga predecible, de su historia, tiene todo: el momento de amistad cursi, el momento de amor/protección -tanto del lado de los buenos como de los malos-, el discurso del héroe avejentado, las peleas con puños, las peleas con armas, las explosiones...Se va al carajo, es cierto, y el film termina siendo, como decía Juli Rodriguez, "tacky" (chabacano, grosero). Pero, qué se le va a hacer? El Stallone que a mí me gusta, también como actor (sí), no conoce otra manera. Hay que preguntarse por último: Stallone se ríe de sí mismo? No sería justo decir que sí pues nunca lo hizo (y por eso Steven Seagal -el único de los "duros" de acción que verdaderamente da risa- y Jean Claude Van Damme -que entiendo que sí se rió de sí mismo hace poco- no podían ser parte de un proyecto como "The Expendables"). Pero lo que sí hace es tomarse la industria cinematográfica y el rol que él ocupa allí con mucha ligereza. No hay otra forma de comprender la inclusión en el elenco de Jason Statham, un verdadero "duro" moderno que desde que entró en la escena de la acción jamás se ha autoparodiado pero siempre, para bien o para mal, se ha literalmente "cagado de la risa". Statham es un actorazo y aquí se roba la película, porque así tiene que ser. Entonces con las escenas cómicas de preciso timing entre Statham y el director/actor/escritor; más el comentario actual, cómico y bien manejado que tiene que ver con Schwartzenegger; más la muestra entendimiento de Hollywood que es, en general, su más reciente película, es Stallone, necesariamente soberbio, quien está en algún lado diciendo: "Yo ya las hice todas; les doy mil vueltas y de acá no me saca nadie".
---7/10

Luego de tanto pensar y descargar un poco, concluí que sólo había visto un gran film (que feo suena eso a veces) en este período bastante inactivo. Pero lo dejamos para la próxima.

SALUDOS SOSPECHOSOS!

Thursday 7 October 2010

Octubre: Mini mini-críticas? Pasen y vean (1)

Arrancamos octubre con todo! Siempre es bueno comenzar con un gran dilema. Estuve pensando en la gran cantidad de películas que vi en el mes que la facultad lleva tomada, y las ganas que tenía de escribir sobre todas ellas. Luego pensé un poco más y me di cuenta que tenía muy poco para decir de cada una. Que si bien las 4 películas más clásicas que había visto ("North by northwest"y "Rear Window" de Hitchcock, "Breakfast at Tiffany's" de Blake Edwards y "The day the earth stood still" de Robert Wise) me habían gustado mucho -cada una por razones particulares-, todavía no me siento en un dominio del período cinematográfico como para encargarme de algo detallado, y por lo tanto, tampoco me generaba hacer un "Toco y me voy".

Ver "The Ugly Truth" no hizo otra cosa que confirmar mi admiración por Robert Luketic, que esta vez se alejó un poquito más de la fórmula del género, para entregar una lucha de sexos un poquito desenfrenada aprovechando al máximo las jugosas bocas y el jugoso físico de dos actores como Katherine Heigl y Gerard Butler. Es una buena película, que sufre una pérdida importante de puntos por saber que tiene que aferrarse a la fórmula al final del día, y las cosas se tienen que apurar para dar una conclusión que aparece como poco natural y contradice la picardía general con la que se venían manejando los personajes. En esta misma línea de género, ver "Post Grad" confirmó que los talentos de Alexis Bledel son limitados pero alcanzan y sobran, que Michael Keaton siempre quiere protagonismo pero cuando se pone juguetón y un poco humilde es grandioso verlo en pantalla; y que una película que abraza la fórmula y el cliché con todas sus fuerzas para entregar un relato cursi y predecible funciona mejor que otras que dan muchas vueltas sobre este asunto básico. Ademas el último plano es genial, por la situación que significa y el lugar de donde viene, sobretodo en el género romántico.

Ver dos películas independientes, óperas primas (dato que quizá no sea menor) de las que acá no llegan a los cines y se encuentran en pocos videoclubes me hizo lamentarme ante la estúpida necesidad que el cine de vez en cuando tiene de proporcionar lo que se conoce como "resolución". Sigo creyendo que aquella no es obligación de una película y que hay películas que no la hacen sentir como algo inminente durante su desarrollo y, cuando la entregan, le otorgan proporciones demasiado grandes que no tienen que ver con la "pequeñez" con la que las historias se venían manejando. Historia de ambiente pequeño, "Charlie Bartlett" se desarrolla primordialmente en un colegio público secundario, en el que un adolescente millonario ingresa y, para ganar popularidad, empieza a llevar a cabo todo tipo de operaciones en el baño de hombres. Es una película muy sentida, que obvia toda convencionalidad que pueda esperarse de films que se desarrollan en ese ambiente, y con respeto por sus personajes desarrolla una historia de crecimiento y cambio, y también una historia de amor. Es un papel importantísimo para el joven Anton Yelchin, que despliega todo su talento; y también para la extrañamente hermosa y promesa del cine independiente, Kat Dennings. La historia de amor es perfecta y está bien planteada. Ahorra diálogos innecesarios, apuesta a la química silenciosa de los personajes y en tres escenas resuelve lo fundamental, sin excesos. Por otro lado está la situación conflictiva que generan las operaciones que Charlie hace en el baño, resultando en una enemistad entre el protagonista y el director del colegio (Robert Downey Jr, quizá demasiado extravagante esta vez) que además resulta ser el padre de la chica de la que se enamora. La enemistad mencionada va creciendo, y la "resolución" se expresa a través de un discurso que revela la honestidad de los personajes y establece para ellos una nueva forma de encarar la vida, que es, claro más positiva. No hacía falta; no de esa manera.
---6/10

"The Joneses", por otro lado, se desarrolla en el ámbito de una ciudad, centrándose en los miembros más 'elite' de la sociedad. Una familia, los Jones, llegan a vivir a la ciudad, y de a poco se convierten en la familia modelo, dado que sus vecinos empiezan a imitar lo que los usan y la forma en que llevan su vida. Los Jones son muestra de estabilidad, de cariño y sexualidad desenfrenada, y poco a poco la trama va desmintiendo estos supuestos con esa idea de que "no todo es lo que parece". Sí me gusta, desde el guión y los escenarios (una casa gigante, campos de golf, fiestas nocturnas), cómo se percibe un elemento perturbador latente; no me gusta cómo el director ve la necesidad de resaltarlo constantemente con una música que siempre está fuera de lugar. Sí me gusta el uso de un actor completamente desinteresado como Duchovny, que es perfecto para dar cuenta de alguien que nunca entiende bien todo lo que sucede a su alrededor pero tampoco le importa mucho. La cara contraria, con una Demi Moore extremadamente seria y muy sexy -una especie de coraza-, también resulta acertada. Sí me gusta la participación del honorable Gary Cole y la actuación de Amber Heard, rubia joven y en ascenso que al parecer ha elegido muy bien los papeles en el circuito independiente. No me gusta la "resolución", que se expresa a través de un discurso que revela la honestidad de los personajes y establece para ellos una nueva forma de encarar la vida, que es, claro más positiva. No hacía falta; no de esa manera.
---6/10

Que quede claro. Yo no tengo la respuesta de cómo se tenía que encarar esa "resolución" (entrecomillada por lo grande e importante que termina siendo en la película), y no digo que no deba existir. Lo que sé es que particularmente en estos dos films se trabajó mal. Es muy fácil (y decepciona) ver cuando una película, simplemente con una escena, logra traicionar todo lo que venía desarrollando. No puede ser buena una película que tenga una 'doble traición': para consigo misma y con el espectador. Vieron las pelis? Y si no lo hicieron, qué piensan?

La próxima dos películas un poquito mejores que las vistas hoy, como para ir subiendo el ánimo. Será un post sin presentación, directamente continuado de este 'Mini-mini críticas'. Pero la próxima.

Saludos Sospechosos!