Friday 31 July 2009

Cine Vacacional (Parte I)

Vacaciones casi terminadas, se puede decir. ¿Qué traigo, además del especial de “Cine Vacacional”? algunas noticias muy lindas y felices para el blog que, como siempre me pasa, tienen que saberse en el período en que menos estoy escribiendo: las cortas vacaciones.

-La noticia número 1 tiene que ver con que el cartelito que puse del blog en la facultad finalmente dio resultado. Nos visitó un nuevo Sospechoso, aparentemente futuro colega, cuyo blog se titula “El inútil”, que de inútil no tiene nada, y está plagado de críticas que pueden leer aquí. Lo pueden visitar siempre quieran a partir de ahora desde nuestros links. Y hablando de links, agrego abajo del todo también a dos críticos de alto orden para que pasen a leer a gusto: Andrés de “Cinematófilos” y Hernán de “Planocenital”.

-La noticia número 2 tiene que ver con una grata sorpresa que Víctor Trujillo supo darme. Sin que lo esperara, me invitó a formar parte de “Muchocine.net”, una completa y compleja comunidad de críticos que cuenta con no sé cuántos críticos que han escrito, entre todos, más de 9000 críticas de películas. Me enorgullece decir que 10 de ellas son mías y que pronto irán siendo más. Me parece un lindo lugar en el que se pueden ir juntando todas mis críticas de manera ordenada, a la vez que pueden ser comparadas con las de muchas otras personas que comparten la pasión cinematográfica. Pueden encontrar lo que ya está subido -fina selección, si se me permite agregar- aquí.

-La noticia número 3 tiene que ver con el emergente re-diseño del blog “Gianluca y su música”, del cual soy co-administrador, y que tiene para ustedes rarezas incontables y bellas y exóticas de la historia musical. Además, en algún que otro posteo, si encuentran algo que dice “Joaquín Sabía”, estarán deleitándose (bueno, quizá no es para tanto) con una canción de mi autoría y del señor Gian. Disfruten.

En fin. Fueron tantas las películas que vi en un par de semanas de vacaciones que no sé como ordenarlas y contarles de ellas. Al principio pensé en hacer dos entregas ya que, considerando que pasé un tiempo vacacional en Buenos Aires y otro en el sur, podía dividir tranquilamente cada entrega respetando lo visto en cada lugar. Pero al final pensé que siempre es tan divertido conectar las películas, por más arbitrario que parezca; siempre todo estuvo conectado.

Es por eso que lo que decidí finalmente fue una división en tres categorías, donde el jugo está más arriba y, lógicamente, por ahí comenzaremos. Verán que el nombre a esta sección de películas le es apropiado: “Comedia y para abajo”. El resto de las categorías y films en la segunda entrega (por ahí hacemos tres). Sus nombres? Aguarden y verán.

Como para no cortar con la continuidad temática que de alguna manera suele tener el blog, hace falta decir que en dejar “Drillbit Taylor” afuera de las carteleras nacionales nuestros distribuidores vieron otro error. El film, cortesía de la ‘factoría Apatow’ (escrita por Seth Rogen, ni más ni menos), es prueba viviente de que es posible que esta gente tenga cuerda para rato. En principio una parodia a los vehículos de súperestrellas que inesperadamente terminan cuidando niños (recuerdo que en este género “Un policía en el Kinder” con Schwartzenegger funcionaba, y me encantó “Entrenando a papá” con The Rock), tiene como cualidad principal la viveza de contar con un protagonista que no fue nunca una ‘súperestrella’ en lo que implica el término: Owen Wilson. Wilson es más que adecuado para el papel de Drillbit, un hombre que pasa de vago sin dinero –las escenas que giran en torno a este asunto son sumamente cómicas- a trabajar como guardaespaldas de tres niños que acaban de comenzar la secundaria. La diferencia de “Drillbit Taylor” con los films del género (si es que hay uno) no tiene que ver únicamente con el predominante lugar para la buena comedia y el manejo desenfrenado del lenguaje y violencia –algo común en la comedia de Apatow desde lo visto en “Supercool” y “Forgetting Sarah Marshall”, donde los personajes reciben sus palizas- sino con lo que Apatow extrañamente sabe hacer mejor: la sensibilidad de los personajes. Los tres chicos que protagonizan la historia (dos de ellos siguen siendo el gordo y el flaco; una suerte de Michael Cera y Jonah Hill más chiquitos...Seth Rogen gente) no sólo están más desarrollados que la mayoría de los personajes de su tipo vistos en pantalla, también los une un vínculo de amistad muy fuerte; círculo que se completa con la llegada de Drillbit. Si el film falla levemente en el conflicto emocional obligado es por el joven Nate Hartley y su escasa habilidad para sostener el drama, pero el resto es genial y la ternura un poco exagerada de Wilson (que no es la de Sandler, pero sorprende) nunca desencaja, mucho menos al momento de enamorar a Leslie Mann.
---8/10

El último film de David Wain, histórico comediante de la generación de Paul Rudd y amigo del actor, cuenta justamente con un protagónico de Rudd y Sean William Scott (Stifler de “American Pie”, obvia referencia). Como “Drillbit Taylor”, “Role Models” tiene bastante de lo que indica su título: personas adultas tomadas como ejemplo. No por decisión propia, Scott y Rudd terminan pasando los días con dos chicos especiales pero de algún extraño modo divertidos: Ronnie (Bobb’e J. Thompson), un negrito que no para de maldecir; y Augie (Christopher Mintz-Plasse, para algunos Fogel/McLovin). A diferencia de los chicos de “Drillbit Taylor”, aquí el estereotipo vence al personaje, y las creaciones de los actores son meritorias pero nunca dejan de ser lo que sabemos que son (y lo que el film quiere que sean) y nada más. De estos estereotipos se sirven el director, su co-escritor Ken Marino y el mismo Paul Rudd para desarrollar las relaciones de los personajes. Quizá el mayor problema del film, que no tiene nada que ver con Judd Apatow (es decir, Apatow no participa en el mismo bajo ninguna función), es que quiere ser Apatow. Es innegable que los personajes principales son hombres que no han madurado del todo (ya lo hemos visto a Rudd, dirigido -oh- casualmente por Apatow, en el personaje de serio y sin motivación que aquí interpreta a la perfección; y si estamos con eso, el Augie de Mintz-Plasse está derivado directamente de McLovin) y que necesitan de un cambio radical para hacerlo. Hemos visto la premisa, y sabemos como termina, pero Wain se salva del desastre por poner en la mesa mundos alternos (literalmente) muy originales y un final que nos roba el corazón, con esfuerzo. Risas no hay muchas, los personajes secundarios y la repetición de chistes nunca cobran vida y el conflicto emocional es una mera excusa...Que siempre es así, pero otros saben dónde colocarla y cómo hacerla funcionar.
---7/10

La ópera prima de Jason Reitman ya era un deleite visual, que tiene en común con “Juno” (aquí mi crítica) la comedia mordaz y la construcción de personajes memorables a partir de un centro que se roba el show. Lo que luego sería Ellen Page es lo que le tocó sortear a Aaron Eckhart. En su piel se inscribe Nick Naylor, lobbysta y portavoz de las tabacaleras norteamericanas; un hombre que, en sus palabras, representa lo que el mundo odia. Es fantástico verlo a Naylor, despiadadamente, explicar que toma un vuelo en clase turista por el simple hecho de poder encontrarse con alguien y convencerlo de fumar. No sólo está comprometido con su trabajo, sino que es el mejor; y él, su jefe (fenomenal J.K Simmons), un Capitán histórico del mundo del tabaco (Robert Duvall) y una bella periodista (Katie Holmes en su último papel antes del casamiento), entre otros, lo saben. Nick no tiene amigos, pero sí un hijo (un muy expresivo Cameron Bright), que también cree saber que su padre es el mejor, pero no entiende del todo su profesión. Y aquí volvemos al tema recurrente: los ejemplos, los modelos a seguir. Es Nick un buen ejemplo para su hijo? Decidan ustedes, pero les aseguro que “Thank you for smoking” es un buen ejemplo de cine, con un guión de Reitman que dispara fuego (el hombre también podría haber escrito “Juno”) y una galería de personajes y actores adecuados que contribuyen a un entretenido y cómico paseo.
---7/10

Ahora bien. Para poner las cosas claras desde el principio, allí en “Thank you for smoking”, donde el protagonista no debería caernos bien, todo fluye: sus encuentros, su trabajo, su vida pública y privada. Tal es así que Nick Naylor termina cayéndonos bien. Aquí, en “The Matador” de Richard Shepard, el protagonista tampoco es inicialmente agradable: un asesino profesional llamado Julian Noble (Pierce Brosnan). Mucho de noble no tiene el hombre, que también anda por la vida solo y deprimido; y gracias a la bebida es que conoce a Danny (Greg Kinnear), dedicado trabajador que está tratando de salir a flote con un negocio. Ya desde esa escena de encuentro se percibe algo: la película no fluye. El espacio que los encuentra y el discurso que los une parece demasiado calculado, y es por que lo es. Tanto que en una escena que se cree bien construida y que da lugar a la metáfora del título, se compara el trabajo de Julian con el de un torero. El contraste entre ambos personajes sorprende, de eso no hay duda, y hay escenas cómicas que Pierce Brosnan resuelve con solvencia, pero luego la cosa se cae –se va para abajo-, y en una reunión ‘familiar’ que da lugar a la tercera actuación convincente de la pieza (cortesía de Hope Davis), se intuye un dramatismo que parece estar allí por el simple hecho de que la comedia no va a ser suficiente. Al final del día, no es suficiente ni la comedia ni el drama: se salva la relación de una pareja protagónica dispareja que regala momentos cálidos (que no por eso verdaderos) en un film que Shepard no supo direccionar del todo y le costó sostener.
---6/10

Y para abajo nos fuimos se dijo. “Amorosa Soledad”, de Martín Carranza y Victoria Galardi (única autora del guión), es un film que deprime más de lo que podría alegrar. Y lo hace justamente, si pensamos en que es un film de un personaje y de nadie más: la Soledad del título, que no sé si tiene mucho de amorosa. Esbozo una pequeña teoría, si me dejan. Al final del día, y sé que esto es lógico, no hay mejor escritora para un personaje femenino que una mujer. En films como éste se puede ver claramente que por más oído que ciertos directores/escritores tengan para la construcción femenina (nunca olvido como juega con eso “Mejor Imposible” de James L. Brooks), un guión 100% femenino es insuperable en ese aspecto. Después de todo, Woody Allen no ha hecho mucho más que retratarse a él mismo (o alguno de sus ‘yo’) en varios personajes femeninos; este hecho es mucho más evidente en las películas en las que no participa como actor y hasta lamentable y vergonzoso en cosas como “Vicky Cristina Barcelona” (mi amiga Marina me la hizo ver desde otro lado, pero ahora que pienso esto se me vuelve hacer difícil tragarla). Al ver “Amorosa Soledad” en lo primero que pensé fue en “Juno” (y sí, también se hace difícil dejar de mencionar una película que uno vio cinco veces en un año). Escrita por Diablo Cody, la película es mejor que nuestra película nacional porque su historia es más desafiante e interesante y porque se preocupa un poco más por el resto de los personajes, pero su criatura principal sigue siendo la más desarrollada, y es a través de sus ojos que vemos el mundo. Esta es la primera relación que establezco con “Amorosa Soledad”, siendo la segunda que ambas cuentan con una presencia femenina imponente e impresionante, allá Ellen Page –el otro día vi “An American Crime”; sin palabras-, aquí Inés Efrón. La composición de Efrón es espectacular porque también habla por los codos, combinándolo con más silencio y meditaciones de las que la niña embarazada tenía; pero no cae bastante bien. Es como si Soledad hablara por hablar; no parece nunca tener nada relevante para decir, y su vida se basa en indecisiones y planteos y re-planteos constantes...Todo un discurso construido, fabricado para la vida diaria. Esto no es más que un elogio para el film, que transmite tan intensamente su criatura humana mediante un guión “de hierro” (es lo que creo del trabajo de Galardi) y nos regala un mundo reflejado enteramente a través de esos dos ojos. Por mí, el resto de los personajes podrían no existir, porque en la corta duración del film (con estética, argumento y trama derivados del último Nuevo Cine Argentino –yo lo digo por convencionalismo nada más; ¿al final sigue existiendo eso?- aunque quizá con música e imagen un poco más cuidada y comercial, al estilo “Motivos para no enamorarse”) aprendí a querer a Soledad con sus virtudes y defectos. Esto por favor créanmelo: lo que les parezca la película va a depender de lo que les parezca el personaje.
---7/10

Rutina diaria pura. Aburrida, lenta, repetitiva, muy poco motivante. Ese es en principio el mundo de “Whisky”, film uruguayo de Pablo Stoll y el fallecido Juan Pablo Rebella. Nadie dijo que la rutina tenía que ser aburrida, pero el modo en que la cámara nos muestra la vida de Jacobo (Andrés Plazos) no da a entender otra cosa. Hasta llega a parecer un estudio de la vida laboral de un hombre, cuasi-documental, con planos fijos y repetidos (pero filmados en días diferentes) de la disposición laboral de una fábrica de medias. Jacobo abre, Marta (Mirella Pascual) lo está esperando; entran juntos, prenden las luces, cada uno se va a su puesto de trabajo; Jacobo hace cuentas, Marta le trae un te; llega el resto del staff: tres empleadas que trabajan en las medias. “Hasta mañana si Dios quiere”, las saluda Marta, le dice lo mismo a Jacobo y final del día. No vemos más que eso, y nos hacemos la idea de que Jacobo es un viejo amargo (no conocemos más que su poca sociabilidad en el área laboral) hasta que irrumpe una presencia familiar, uno de esos terceros que son capaces de amenazar la paz, por más que la paz sea aburrida y repetitiva. Esa persona es Herman (Jorge Bolani), hermano de Jacobo. Y hasta ahí lo dejo yo. Porque hay una subtrama que tiene que ver con la familia, que me resultó poco interesante; unas decisiones apresuradas y sorprendentes para el espectador que son tomadas para recibir al hermano; un viaje inesperado típico del último cine latinoamericano y una despedida. ¿Película de personajes? No, pero sí de buenas actuaciones. ¿Retrato de soledad? No tanto, porque el film es demasiado insistente en relacionar a Jacobo con el resto de los personajes, e importa mucho cómo estos lo ven a él; además, lo interesante es también que él nunca dice nada, ni sobre él ni el resto. Me quedo con la idea de la rutina, de la paz (que no es paz) quebrantada, para bien o para mal. Como siempre en este tipo de cine, al final no tendremos ninguna respuesta, por eso considero entretenido y emocionante pensar que verla aportó más que menos. Por eso uno elige ejes y perspectivas de análisis a partir de lo que le sugieren las imágenes; y eso también siempre es algo destacable en un film: que las imágenes sugieran cosas...Y no hablo de imágenes espectaculares como las del último film de Peter Jackson. Hablo, literalmente, de una mujer fea mirándose al espejo; o de esas simples imágenes que nos sacan por la vida haciéndonos decir ‘whisky’.
---7/10

PD: Estuvimos hablando de actrices jóvenes y talentosas con unos amigos ayer. Ya dejemos afuera a Kristen por un rato, y cuéntenme en la encuesta quien les parece la más linda...A las mujeres que leen les preparo una con hombres la próxima, a ver si se animan.

SALUDOS SOSPECHOSOS!

Sunday 26 July 2009

El suspenso...Una Rareza de la semana

Acá estamos de vuelta. Me tomé una semanita de vacaciones, en la que no hice absolutamente nada. Si sirve de algo, la necesitaba de veras; y no fue en vano porque prometo muy pronto dos lindas entregas de “Cine Vacacional”, compuestas por mini-críticas, lo más detalladas posibles (como siempre). Antes de ello, sin embargo, quería entregarles lo último para estos finales días vacacionales –aquellos que todavía están disfrutando-.

Me pareció justo regalarles una crítica de lo que venimos viendo en los últimos posteos y que tiene que ver, en un nivel general, con films que no son del todo respetados, que llegan a la gran pantalla por suerte (y muy tarde) o directamente ni lo hacen. “Forgetting Sarah Marshall” se estrenó en cine en USA pero no aquí, caso inverso de lo ocurrido con “My mom’s new boyfriend”. Con “Joshua” fue algo intermedio. Film de suspenso que circuló mucho por festivales no llegó a experimentar una estadía cómoda en la salas de cine. Eso no quita que sea un gran film, y uno de los mejores que vi en el año.

La crítica de “Joshua”, a continuación.

“Joshua”

Que sorpresa placentera. Hay películas que conocen exactamente el ‘cómo’, el ‘cuándo’, el ‘quién’ y particularmente ‘a quién’. Hay una manera de hacer buenas películas, una manera que todo realizador debería considerar, y esa es la de no dejar al espectador afuera de la historia. Lo crean o no, cuando el espectador se involucra (para bien o para mal), todo es mejor. Podemos querer dejar de ver el film o quitar nuestros ojos de la pantalla, o gritar, o lo que sea, pero lo importante es que algo está funcionando.

El director George Ratliff sin duda conoce esta manera, y en “Joshua”, su primer largo de ficción, la explota: hay momentos, créanme, en los que nos convertimos en los personajes. No hay grandes trucos de sonido, no más partitura original que notas fuertes de piano en los momentos justos (cortesía de Nico Muhly) y algunos ruidos raros. Sin embargo, el impacto viene de la cara de Jacob Kogan y su interpretación; siempre un elemento importante si se quiere hacer creer al espectador que un niño de 9 años puede ser realmente cruel.

Kogan interpreta a Joshua, por supuesto, y su rol implica mucho más que una cara que asuste, una cara que ni siquiera tiene porque es, aunque especial, un chico normal. El guión del director y David Gilbert nunca esconde este hecho y se aferra a ello para hacer más acentuado el sufrimiento de una familia que se está destruyendo, que no puede resistir más y que, sospechamos, podría ser todo porque Joshua intencionalmente quiere dañarlos. Pero no queremos creerlo, nadie querría creer una cosa así, mucho menos en un film en el que no hay profecías del infierno o implicaciones religiosas para explicar el comportamiento del chico. De hecho, Joshua ni siquiera ha sido bautizado porque sus padres tienen religiones diferentes.

Brad (Sam Rockwell), un hombre trabajador que quiere lo mejor para su familia, y Abby (Vera Farmiga), una mujer que sufre mucho en su casa pero no aceptará que una niñera cuide a sus hijos, acaban de tener una bebé: Lily. Para saber lo bien que Ratliff maneja el suspenso, el tiempo en la película transcurre anunciado por los días de vida de la pequeña (y esa fuerte nota de piano). La pantalla se pone en negro y leemos los números; a veces sólo han pasado algunos días, otras veces semanas.

El timing del director nunca falla y la película llega a su final lenta pero intensamente. Los elementos de la casa que una vez fueron tan brillantes, comienzan a volverse oscuros: los llantos de Abby son más fuertes, las horas de trabajo de Brad se vuelven más duras, el entorno social parece sofocante para una familia que elige construir su vida en casa, con la excepción de paseos por el parque con el perro y visitas ocasionales a museos. Y no les estoy contando todo.

Hay dos personajes clave, interpretados brillantemente por Dallas Roberts y Celia Weston, cuya importancia (inteligentemente) no se nota del todo. Pero otra vez, esto es porque no podemos notarlo. Ratliff maneja el ‘cómo’ y el ‘cuando’ tan perfectamente porque sabe como manejar el ‘quién’. Vemos a Brad peleando por su familia, diciendo constantemente “Está bien, está todo bien”, y el trabajo de Sam Rockwell es fantástico porque compone a un tipo tan amable que gradualmente se convierte en, bueno, Sam Rockwell (o el Sam Rockwell que tanto hemos visto en pantalla); adoptando una actitud muy realista y humana hacia los problemas que ocurren en su hogar. Luego el foco cambia, y todo es acerca de Abby (la desintegración de Vera Farmiga en ese aspecto también es admirable), o es todo acerca de Joshua; y ese foco determina todo lo demás. De este modo, el suspenso funciona, y el ‘a quién’ también cambia, con la constante y nunca olvidada provocación hacia el espectador.

Respuestas? Ayudas, quizá, pero nada concreto. Y como espectador, una película que me desafía sin ayudarme y también desafía los géneros establecidos, con el bonus de hacerme sentir algo, es más de lo que puedo pedir.

---9/10

PD: Díganme ahora...Ese poster no les da ni un poquito de Miedo??

Saludos Sospechosos!

Tuesday 14 July 2009

La comedia que dispersa

No les voy a mentir. Estos días ‘porcinosos’ han tenido sus beneficios cinematográficos. Luego de eludir las responsabilidades de la semana (se viene áspero, pero quedaban algunas), me quedé tranquilo al recibir la llamada del compadre Urdinez que me comentó que había estado visionando mucho cine. De más está decir que aquí siempre se ve de todo un poco (ya se está en marcha una nueva y –con suerte- interesante emisión de ‘mini críticas’), pero ha predominado bastante la comedia, vaya a saber uno por qué.

Y aunque “Sobreviviendo a mi Ex” (o algo por el estilo, pésima traducción como siempre) pude verla muchísimo antes de estos tiempos, me parece que es la comedia ideal para estos días: una comedia que está hecha en familia, que tiene toques románticos pero que prioriza el amor y que además, digámoslo, dispersa. Tiene en común con la última película vista (“My mom’s new boyfriend”) el hecho de que también fue maltratada en nuestro país: fue enviada directo a DVD. Esas cosas no se hacen.

La crítica de “Forgetting Sarah Marshall”, a continuación.

"Forgetting Sarah Marshall"

“Sobreviviendo a mi Ex”, producida por Judd Apatow, es uno de los últimos ejemplos de una forma de comedia en el cine norteamericano que espero y creo todavía tiene algunas cosas para mostrarnos. Es también una película hecha en familia, en la que uno siente que todos pasaron un buen rato y trabajaron demasiado duro para que nos podamos reír a lo loco; y no olvidemos, también es el trabajo de personas que se respetan mutuamente y valoran el talento de cada quien.

Hace algún tiempo el humilde Apatow dirigió un guión co-escrito por él y Steve Carell; “Virgen a los 40” (aquí mi crítica), y le dio a Carell el rol protagónico. Ya había trabajado con él en “Anchorman” (aquí mi crítica), que no es parte de otra historia porque ambas películas comparten, entre otras cosas, miembros de elenco. Luego vino “Ligeramente embarazada” (aquí mi crítica), una oportunidad para que Seth Rogen se robara el show; más tarde Rogen escribió el guión de “Supercool” y fue también parte del elenco; finalmente Jason Segel escribió un guión, que concluyó en el film que estoy criticando, dirigido por otro escritor, Nicholas Stoller.

Esencialmente, todo aquí tiene que ver con el guión. Lo que el guión requiera, la película lo entregará. Luego de que conocemos a Peter (Segel), desnudo, siendo dejado por su novia, la súper famosa Sarah Marshall (Kristen Bell), y lo escuchamos llorar, también queremos lo que su hermanastro Brian (Bill Hader, de “Supercool”, “Ligeramente Embarazada” y carta mágica de “Adventureland”-aquí mi crítica-) le recomienda: unas vacaciones.

En Hawaii todo se ve más colorido, y no sé si Segel sabe mucho acerca de la cultura y la gente allí, pero según lo pone el guión, la playa y el hotel en el que Peter termina metido parecen ser el paraíso; especialmente cuando una hermosa mujer (Mila Kunis) lo saluda en la recepción. ¿Pero es el paraíso si tu ex-novia se está quedando ahí con su nuevo hombre (una estrella de rock británica maravillosamente sobreactuada por Russel Brand)? No necesito contarles cuan graciosa es esta película porque ya deberían saberlo debido a la gente que la hizo, aunque les contaré cómo trabajan admirablemente para hacerla graciosa.

Nos ahorran discusiones y diálogos de la pareja terminando su relación, yendo directamente al punto; nos entregan unas vacaciones con una cantidad importante de personajes para conocer y proveen a cada uno con una frase matadora que no se repite más tarde para tener mayor efecto –hay un sólo personaje interpretado por Jack McBrayer que tiene una broma inevitablemente continuada-; hasta se aseguran de que reconozcamos a algunas de las personas que conocemos (Paul Rudd y Jonah Hill nos sacan una sonrisa instantánea cuando los vemos y nos sentimos seguros entre amigos).

El guión de Segel es un trabajo duro, desarrollando un personaje que comparte el ‘Síndrome Apatow’ (no muy buen mozo, que sale poco de casa, tiene pocos amigos y es tiernamente –o no- adicto al sexo, pero que liga una chica espectacular...para más detalles, observen a Judd Apatow y a su mujer) pero de algún modo se nos hace diferente. La escritura de Segel y su actuación nos hacen ver a un tipo sensible y comprometido en la forma de hablar de Peter pero no se olvidan de mostrarnos ‘flashbacks’ de una relación que la mayor parte del tiempo lo hacía ver como un estúpido (todo sea por una buena risa). El guión también domina las formas de la comedia romántica moderna, con su estructura típica, agregando algunos elegantes toques personales que son mérito de Segel.

El film no es mejor que otros como “Ligeramente Embarazada” porque en el desarrollo detallado de Peter, se olvida del resto de los personajes y pierde un poco de la humanidad Apatow. Las mujeres no están totalmente desarrolladas (de hecho, la Sarah Marshall del título parece una muñeca sin corazón, que de hecho es un poco la idea) y falta mucho del factor amistad, con sus valores y charlas.

Todo está bien igual, porque la honestidad sigue allí, y porque la película dura demasiado otra vez y no nos quejamos. Simplemente nos seguimos riendo.

---7/10

Saturday 11 July 2009

La comedia (romántica) que dispersa

Acá estamos de vuelta, y refiriéndonos directamente, como podrán ver, a nuestra última encuesta en la que la comedia pareció ser la opción más votada. Y yo aprovecho y traigo de vuelta a la comedia romántica, porque sé que no en todo el mundo se está sufriendo de ‘encierro’ debido a gripes mortíferas, pero sí sé que en cualquier momento del año, una buena comedia es algo que viene bien. La próxima, por lo tanto, será “comedia” a secas; aunque todas tienen algo de romance, ¿no es así?

La película que nos interesa se estrenó hace mucho en nuestras carteleras y no fue tratada del todo bien. Yo no encuentro otra manera de decirlo, y en su momento salí a defenderla, aunque fuera con unas breves palabras: es una buena película. Y sí, es cierto que yo me dejo llevar mucho con este género particular, pero igualmente no sé qué es lo que la gente está esperando hoy en día para calificar a una comedia romántica como buena; hace tiempo ya que me hago esta pregunta desamparada de respuesta. Pero dejen un poco los prejuicios de lado, siéntense en el sillón y vean “El nuevo novio de mamá”. En todo caso, después desquítense conmigo.

La crítica de “My mom’s new boyfriend”, a continuación.

“My Mom’s new boyfriend”

Tiene que parar en serio. Los críticos ya ni siquiera van a los preestrenos de las comedias románticas. ¿Nadie quiere pasarla bien? Sí, la mayor parte del tiempo un desastre está propenso a ocurrir porque a la industria se le han acabado las ideas y por esto la gente ha perdido fe en las comedias románticas; pero esto no es excusa para escribir críticas que a veces indican que los críticos podrían ni haber visto la película o que hablan más de la cirugía de Meg Ryan que de su actuación.

“My mom’s new boyfriend” está protagonizada por Ryan como Marty, la madre de Henry (Colin Hanks), un agente del FBI, y también una mujer que una vez fue extremadamente gorda pero ahora cuando Henry regresa de un muy largo viaje de trabajo, está completamente irreconocible. Yo no sé de las cirugía que todos mencionan, perola mujer que Henry ve junto a la piscina está muy buena y supongo que es por eso que un misterioso ladrón de arte (Antonio Banderas) se vuelve loco por ella.

No se me ocurre por qué alguien entraría a ver este film mal predispuesto. Primero y principal, tiene a Meg Ryan, reina eterna de las comedias románticas. ¿Se encuentra en una mala fase actoral? Ridiculeces: vean “In the land of women” (aquí mi crítica) y “In the cut” y díganme que me equivoco. Segundo, tiene a Antonio Banderas, que no me gusta pero lo prefiero riéndose de sí mismo y sonriendo antes que pretendiendo ser serio. Aquí, el actor y la actriz tienen química y si se estuvieron riendo de sí mismos no hay duda de que fue positivo.
¿Qué más? Colin Hanks, que mostró sus dotes cómicos en la excelente “Get over it” y en la muy buena “Orange County”. Y Selma Blair hace un delicioso papel secundario. ¿A quién no le gusta Selma Blair? ¿Estoy vendiéndoles esta película defiendo a sus participantes? Apuesten lo que sea que la respuesta es sí. Tomen en consideración que no es una gran película (que comedia romántica lo es estos días; puedo aceptar eso) y que no sabía nada de su director George Gallo, que también la escribió.

Gallo parece ser un hombre amable. La química entre este ‘reparto inesperado’ (lean de nuevo y se darán cuenta que jamás hubieran esperado ver a esos cuatro juntos) demuestra esto; y su guión, poco original y no-comprometido, lo reafirma. La palabra clave aquí es ‘no-comprometido’, porque “My mom’s new boyfriend” no entra en terrenos nuevos en cuanto a las fórmulas clásicas ni contiene muchas bromas que den risa (hubo dos o tres veces que realmente me reí, aclaro), pero no es ahí dónde deben buscar.

Quizá es demasiado conveniente, pero es como si Gallo supiera que las comedias románticas son tomadas menos en serio estos días, entonces provee una dirección que no es segura (una dirección segura la realizaría alguien que quiere asegurar un hit) pero que es definitivamente placentera. La cosa es que Gallo la hace placentera de la mejor forma que puede, con un ritmo acelerado y una divertida edición que lo acentúa; una trama lineal y una preocupación por los personajes.

No se sorprendan si se identifican con alguno de estos seres. Estoy seguro que los han visto antes pero como completos estereotipos. “My mom’s new boyfriend” es corta, pero en su duración encuentra tiempo para construir sus personajes y establecer sus personalidades dándole a cada uno cosas interesantes para decir. Porque yo amo las comedias románticas trato de notar detalles y entiendo si en este punto –los que leen el blog hace mucho más aún- me ven como alguien en quien no se puede confiar cuando de este género se trata. Ya he aprendido a dejarme llevar y perdonar traspiés mínimos en ocasiones; pero estoy escribiendo objetivamente, y estoy escribiendo la verdad.

“My mom’s new boyfriend” es una buena comedia romántica. Ahora háblenme del ‘twist’...No se podían esperar ese.

---7/10

Friday 3 July 2009

Que lluevan las mini-críticas

Lo que llueve, podríamos decir, es la vida. No se puede salir a la calle, la gente está que se muere, el noticiero noticia tras noticia expresa que la gente está que se muere y no se puede salir a la calle. Bien que yo no voté ni hubiera sabido a quien votar, pero el país (o al menos esta gran ciudad) está en un caos importante. Ya lo saben todo esto claro. Pero bueno, a mí me suspendieron las clases; y eso no está bien; no tenía que ser así y menos en este momento. Pero a quién le importa? Algunos dirán que siempre nos queda el cine.

En cuanto a eso, como fue una semana agitada pero vienen –para los que estudian- algunas semanas tranquilas; después de tanta animación, pensé que era justo tirar alguna lluvia de películas vistas recientemente y un poco antes, que no quiero olvidar y quiero compartir para que queden postradas en algún lado. Tampoco me quiero colgar con dos avisos: a)Gracias por los votos en la última encuesta; una de las más populares en mucho tiempo b)Ya respondí los comentarios del post pasado. Las mini-críticas se dan por varias razones, pero lo bueno es que están y que hacen todo un poco más ameno y disfrutable...Menos tedioso, algunos dirían.

Pero lo que es tedioso verdaderamente es el film “Happy Go Lucky” de Mike Leigh. Lo que me parece injusto es que se promocione ante todo como una comedia, como un film que te va a hacer sonreír cuando lo que hace es exasperarte en el peor de los sentidos. Su personaje principal, Poppy (Sally Hawkins), es una mujer incomprendida de 30 años que busca y ve el bien en todos lados, por lo cual procede a actuar frente a las personas sin mucha precaución. Esto hace que al momento de conocer a su instructor de manejo Scott (Eddie Marsan), se porte demasiado coqueta a su lado, dándole al paranoico hombre cualquier tipo de ideas. Si la película funciona es porque en el momento que establece una idea, no se despega de ella. Todas las escenas que Scott y Poppy viven en el auto, son las más incómodas que jamás experimenté en una sala de cine. Juro que dan ganas de irse, pero nos quedamos porque entendemos la naturaleza de los personajes; y que están en un momento de su vida en que es difícil cambiar. Otra cosa que el film hace, y muy bien, es plantear debates filosóficos (no lo parecen, pero créanme que por más banales, lo son) acerca de diferentes aspectos del estado del mundo, la vida social, las relaciones de pareja y de familia, entre otras cosas. Su personaje principal y la muy buena actuación que Sally Hawkins hace para construirlo (parece una versión femenina de Ricky Gervais el 90% del tiempo, ironizando sobre cada cosa y respondiendo con preguntas en vez de frase), transitan por todas partes y dialogan con todo tipo de gente (muy reveladora una escena en la que se encuentra con un vagabundo parecido al DT de Racing). Cada escena es algo nuevo, a excepción de los recurrentes encuentros en el auto de Scott. “Happy Go Lucky” respira frescura y aparenta tranquilidad, pero es uno de los films más perturbadores del año.
---7/10

Alguna vez Kevin Smith supo retratar a los perdedores con mucha ternura (“Jay and Silent Bob”, “Mallrats”), y hasta se animó a acercarse a la gente real y a los problemas mundanos sin equivocarse (“Jersey Girl”). En ambos casos, la presencia del humor por sobre todas las cosas constituía su marca registrada. Pero Smith parece haberse ablandado, en ambos sentidos. “Zack and Miri make a Porno” no es sólo su película menos graciosa sino la que menos entiende la ternura: dos amigos, hombre y mujer, de toda la vida, nunca tuvieron sexo. Eso es tierno, sin duda; pero sólo por una cuestión de idea. En la acción se ve otra cosa, que puede tener que ver con el cambio de equipo al que Smith nos tenía acostumbrados. El Zack de Seth Rogen da muestras repetitivas de muchas cosas que se vieron en “Ligeramente Embarazada” (aquí mi crítica), donde todo funcionaba mejor, y había tanto risa como ternura. Es más, es como si Rogen contagiara un poco al resto del elenco de una manera de trabajar que funciona bien para lo que es Judd Apatow pero no parece encajar en el mundo de Kevin Smith. En este último film de Smith hay un romance en juego, y no hay duda de que el hecho de tener que filmar pornografía para salir de la miseria es torpe y hasta tierno; pero también es una idea. Lo que antes era tierno por cotidiano y ordinario ahora se ve traicionado por la idea: la ternura está entonces en un piloto automático que lo marca la trama, cuyo desenlace es predecible desde los primeros minutos. Además, Smith cae tristemente en la cursilería barata sobre el final, en un desenlace apurado y poco trabajado para un film con ideas que sí son originales.
---5/10

Hablando de ideas originales, pasó un poco desapercibida la película que muestra lo que Adam Sandler debería estar haciendo, potenciado; un film realizado entre una cosa mala (“Click”) y una cosa regular (“Don’t Mess with the Zohan”), llamado “I now pronounce you Chuck and Larry”. En él, Sandler y el siempre confiable Kevin James son dos amigos que, para salvar un poco las papas, deben casarse y pretender ser pareja. Siempre fue admirable la semejanza y la diferencia en Sandler: el Sandler productor ha encontrado que los directores y escritores le armen tramas que tienen, entre películas, puntos en común, pero a la vez se destacan por separado. Es claro el ejemplo del uso del juicio durante el final de los films como elemento de impacto emocional, tanto en “Big Daddy”, como luego en “Mr. Deeds” y en el film que nos interesa ahora (un juicio en el que no pueden faltar los primeros planos de los personajes fundamentales del film); así como un interés romántico que al principio aparece como mero ayudante pero va cobrando importancia hacia el final. En el caso de “Chuck y Larry”, este interés es una abogada y estoy seguro que debe ser la película que mejor aprovecha a Jessica Biel, física y actoralmente. Esto de la diferencia y la semejanza, constante durante toda la carrera del actor, ha tenido algunas excepciones, como la película mala y la regular mencionadas al comienzo. Graciosa, noble, romántica y placentera, “Chuck y Larry” muestra el mejor lado de Sandler. No es su mejor película, pero al menos no es una repetición imparable de exageraciones y generalidades (como “Zohan”) ni un intento barato de drama e historia personal, entre otras cosas (aquí mi crítica de “Click”). Además, tiene un mínimo interés por lo que le pasa a los personajes, y esa ternura que Sandler siempre supo explotar e interpretar como actor cómico; eso que siempre lo separó de Ben Stiller y algunos más.
---7/10

Otro que, al menos en nuestro país, hizo siempre lo mismo y le fue bien (nunca está mal hacer algo si uno es bueno y honesto para ello) es Juan José Campanella. Escrita junto a Fernando Castets, y con Ricardo Darín como protagonista, en “El mismo amor, la misma lluvia” puede divisarse todo el cine de Campanella. Películas de cámara, íntimas, prolijas, emotivas y cómicas a la vez son ésta y las que vinieron después. Quizá lo que se tradujo en “Luna de Avellaneda” y “El hijo de la novia” como la búsqueda por recobrar un pasado no muy lejano, tiene aquí la diferencia de que ese pasado se vive a flor de piel. Hay un intento, quizá demasiado ambicioso, de cubrir un largo período del país mediante el estado del periodismo político, que se combina con la vida personal de Jorge (Darín) y su particular relación con Laura (insuperable Soledad Villamil), con el plus de la amistad que otra vez desarrolla junto al cálido Eduardo Blanco. No olvidemos que estos, aunque no parezcan, eran los primeros pasos que Darín daba como protagonista cinematográfico; en una fórmula que luego lo consolidó. Una fórmula en la que no hay trampas, en la que todo fluye y concluye en una película de importante artesanía y amor por el cine. Si Campanella es culpable de algo, se lo puede acusar de una excesiva ‘edulcoración’ en varios momentos, particularmente evidenciada en la bella música. Pero sabemos que eso es parte de su naturaleza.
---8/10

Lo de arriba no significa que Campanella no sea versátil, sólo que no lo ha demostrado mucho en su propio país. Gore Verbinski si puede jactarse de ello: una comedia familiar (“Mousehunt”), una romántica de acción (“The Mexican”), una gran remake (“The Ring”) y una saga multimillonaria (“Piratas del caribe”). Un poco en el medio de toda esa locura se encuentra “The Weather Man”, un pequeño film con aires de independiente que al final del día es independiente. Con Nicolas Cage como David Spritz, a la cabeza de una familia a la que no puede manejar, por tener demasiado interés en su trabajo y/o ser bastante malo para las relaciones familiares; el film es el retrato amargo y desesperanzador de alguien que siguió por la vida sin una verdadera pasión. Esto se admite en el guión de Steven Conrad y es un estado de ánimo que marca el color de cada plano y el tono general de la película. David está atrapado y lo disimula con cada una de sus acciones y con su discurso para con la vida; es un personaje con el que es difícil empatizar debido a que es muy miserable. Todavía no mencioné la sombra de su padre (clásico Michael Caine), un gran escritor que no está del todo orgulloso de su hijo. Verbinski sortea cada aspecto del film con irreprochable manejo técnico y con una cuota de emotividad que es casi imperceptible pero está ahí. Hay un descenlance, porque tiene que estar; pero de eso no les cuento. Eso sí; la música de Hans Zimmer es fenomenal...Un genio.
---7/10

Como siempre, dan ganas de cubrir un poco más; pero creo que hasta ahí estamos bien,

Saludos Sospechosos!