Thursday 28 May 2009

Un eterno debate

Hablemos de cine, como para hacer mención al título del post en la primera oración del mismo. El cine es de por sí un lugar de debate. El cine como forma de arte principalmente y la película terminada como expresión de esa forma. De esas dos variantes se abren millones: hay gente mucho más interesada en los modos de hacer cine y en cómo se llega a terminar una película que en el producto final, es decir, el análisis de la película. Si bien yo me inclino más hacia esta última tendencia, creo que hay que estar lo suficientemente informado sobre los dos (en realidad sobre todos) aspectos.

El debate del propósito de una obra, de la necesidad de la misma o de su función por decirlo de otra manera, es eternamente eterno (y que valga la redundancia). Lo más gracioso de un debate como este- que también, hay que decir, puede dar lugar a millones de variantes- es que no suele tomar en cuenta todos los puntos de vista. Aunque algunos fanáticos enfermizos no lo registremos, las personas que ven cine y que van al cine son muchas, y de todo tipo. Ya el año pasado el gran Bigote había sido criticado por un artículo escrito en la revista El Amante contra unos denominados ‘bovoespectadores’ (Noriega dixit, si no me equivoco); para los que leen de afuera, algo así como vacas que van al cine a consumir aquello de lo que todo el mundo está hablando. Cuando digo mundo, digo medios, y si hablo de hoy en día supongo que serían las personas que corren a ver a Tom Hanks en “Ángeles y Demonios”.

En fin, yo creo que la crítica al Bigote, que fue por haber atacado a estos espectadores, estaba mal colocada. En todo caso, si se lo debiera atacar por algo, sería por asumir que conoce completamente a la persona a la que le habla. De este modo, sí lo puede criticar y hacer quedar mal, pero… ¿Realmente lo conoce? La gente se olvida (otra vez) que todavía son muchas las personas que van al cine, que aunque se anuncie la muerte de algún espectador en particular (inventado), la industria cinematográfica sigue siendo una de las más grandes del mundo. Y como tal, debe procurar sobrevivir. Este ya es un tema que se escapa de los espectadores y refiere directamente a las productoras de cine que llenan las pantallas con ruidos y efectos que, lo sé y lo sabemos todos, impresionan hasta al más indignado cinéfilo que podría criticar a esos films por (otra vez) millones de razones.

Como puede verse, hay muchos puntos de vista en el debate- que (también otra vez) es eterno y con este post seguramente no se aporta nada nuevo- y no hay que obviar ninguno. ¿Cómo puedo saber yo la razón por la que cada persona va al cine? Puedo especular, sin duda, pero las excepciones a la regla se encuentran en todos lados. Más ligado a la crítica que veremos hoy, también es necesario volver a la razón de ser de un film. El libro “El código Da Vinci” puede haberse metido con todo el mundo y hasta haber plagiado algo, pero entre sus páginas de delirio, contiene información real y hasta importante de ciertos lugares del mundo que uno llega a conocer en medio de una historia de suspenso. Si bien en el film que lo adaptó esto no es tan predominante (tampoco es que sea algo para destacar en el libro), también está la posibilidad de que se le de lugar a la historia de suspenso.

Hay intriga en el cine más ruidoso del mundo aunque no queramos aceptarlo. Detrás de la irreprochable factura técnica y las estrategias (cualesquiera sean) de algún estudio para llenarse de dinero, puede esconderse, por qué no, la voluntad de entretener. Ésta puede ser secundaria, pero está ahí, y se trata de incluir para que todos los espectadores mencionados en este post y todos los otros que ni conozco tengan algún punto en común: eso que suena tan vacío pero a la vez dice tanto cuando salimos de la sala de cine; esa cosa que a muchos les cuesta decir de la película y que está constituido nada más que por dos palabras: “Me entretuvo”.

La crítica de "El código Da Vinci", a continuación.

"El código Da Vinci"

Debería decirlo o no? Bueno, lo diré: "El código Da Vinci" es un film hecho para dos tipos de personas; los que han leído el libro y los que no. Siendo parte del primer grupo, podría ser un poquito más subjetivo, pero haré lo mejor posible y criticaré la película por lo que es: entretenimiento imparable de calidad (creo que dije eso acerca de "La casa de cera", sin la parte de 'calidad').

Por qué digo esto? Porque como lector del libro, me encuentro en una posición que muchos deben haber enfrentado...La película y el libro no son la misma cosa: el libro es una pieza de entretenimiento literario, con descripciones muy acertadas de lugares importantes del mundo y una técnica y un vocabulario no muy complejos, pero una visión muy detallada de los hechos; la película es un regalo al espectador interesado y una versión claramente modificada de la novela de Dan Brown, hecha sin embargo con el ojo para el entretenimiento, lo que se vuelve la única cosa en común entre ambos elementos.

Verán, Ron Howard es un director verdaderamente dotado y Akiva Goldsman es un guionista dotado, pero "El código Da Vinci" como film fue, por sobre todas las cosas, un proyecto de marketing para ellos, y para Dreamworks por supuesto. Si Dan Brown hubiese adaptado el guión probablemente hubiera sido el más largo de su año; el escritor no hubiera podido dejar nada afuera, entonces eso es lo que Goldsman hizo.

Y también es por eso que la película se mueve tan rápido. El espectador siente esto también pero no le importa porque, así como en la novela, cuando "El código Da Vinci" comienza, no se puede parar hasta llegar al final. Dicho esto, Howard también le es muy leal al espectador, dándole lo que quiere recibir; mostrándole lo que quiere ver, de la manera en que lo quiere ver. Así que básicamente, si el espectador no ha leído el libro, quedará sorprendido con los logrados planos y las tomas de lugares de toda Europa, como expone el libro.

Debido a las mismas razones que he estado explicando, el elenco no tiene oportunidad para brillar... Y es un elenco de estrellas! Tom Hanks en el papel principal de Robert Langdon está extremadamente medido y calmado, pero claramente se puede ver que no es su culpa y que disfrutó interpretar el papel. Audrey Tatou retrata un personaje calmado en algún modo, por lo que su actuación simplemente encaja.

Jean Reno también está dentro del paseo, hablando su mejor francés y robándose cada escena en la que aparece. Alfred Molina participa un poquito como el miembro del Opus Dei español Manuel Aringarosa, quien construyó su primera iglesia con el albino Silas, interpretado ferozmente por el inigualable Paul Bettany. Y tengo que mencionar la agraciada presencia de Sir Ian McKellen como 'Sir' Leigh Teabing? Sí, un 'Sir' haciendo de un 'Sir', y divirtiéndose muchísimo.

Eso es lo que todos tuvieron en el set de "El código Da Vinci": diversión. Eso es lo que la película es y ese es el sentimiento que se obtiene al ver a la audiencia tratando de descubrir si se están creyendo o no la historia; especialmente si han leído la novela. Por cierto, la partitura de Hans Zimmer es remarcable: el hombre es un genio.

---7/10

Monday 25 May 2009

Mi primer 'meme'

Siempre supe lo que es un meme, pero en este blog nunca puse alguno por la simple razón de que jamás he sido 'memeado'. He visto memes en blogs de los que me hubiera gustado participar y otros que no tanto, pero creo en la básica acepción de un meme, que incluye respetarlo y hacerlo una vez que te lo mandan; sea lo que sea. Dicho esto, Mariano de "Todo Oscars", que ahora tiene en su página principal la crítica de "Coraline", me pasó este 'meme' que tiene tres pasos:

1. Debo mencionar quién me envía el meme. (Hecho)

2. Escribir 7 cosas raras o especiales que me definen.

3. Nombrar otros 7 bloggeros a quien "memear"(?).


7 cosas que me definen (eso es difícil y abstracto..solo 7? de que tipo?)
1-Hace 9 años que empecé a hacer música: desde la primer canción no he dejado de escribir y vivo para escribir canciones y tocarlas. Trato de seguir un lema que inventé, "arte es vivir, música es vida". Amo la música.

2-Me molesta mucho la gente que camina despacio por la calle; aún más aquellos que caminan demasiado lento. No es por ofender a la gente mayor, pero no sé...No me gusta ir caminando y no poder tener un paso constante por que la gente se frena o no camina o se para en el medio de la calle como si nada.

3-"Instinto" de John Turtletaub es la primer película que cinematográficamente marcó mi vida, en muchos aspectos. No sabía mucho de cine en ese entonces y no sé que pasaría si hoy la veo de vuelta; quizá me parezca una mierda.

4-Me encanta la comedia musical, aunque jamás hubiera llegado a gustarme ni menos hubiera hecho varias si no hubiera sido por la música en primer lugar. Llegué a hacer comedia porque cantaba y después fui conectando todo con la actuación, que también me encanta.

5-Soy confeso fan de dos cosas que a muchas personas le indignan: Adrián Suar, cómo actúa, todo lo que ha hecho y que lo que sigue haciendo (que veo muy poco), particularmente "22 el Loco" como serie y "Locas de amor" como unitario me parecen insuperables; Cris Morena, desde "Chiquititas" hasta "Casi ángeles" he visto casi todo y si bien nunca he ido al teatro reconozco la calidad de lo que se hace aunque los chicos no canten ni actúen mucho. Los compositores musicales han ido mejorando con el tiempo; hay una diferencia abismal entre la pobreza de las canciones de "Chiquititas" y la decencia que tienen las canciones que suenan hoy, aunque siguen siendo infantiles.

6-No estoy tan de acuerdo con el hecho de definir calificativamente la dirección de una película. Como esta abarca muchos factores no creo que se pueda decir simplemente que es "muy buena" o "excelente", sino que es mejor hacer referencia a aspectos particulares que evidencien el trabajo de un director.

7-Me quedé corto, pero es verdad que tengo una debilidad por las comedias románticas. Ah, también me define reconocer que no alcanza con 7 cosas para definirse a uno mismo.

3-Paso el meme
Alan, de "Humor Por Horas"
Martín, de "La polenta Crece"
Grillito, de "Loca verdad"
Facundo, de "Planeta Nimio"
Jorge, de "Cinenovedades"
Dr. Quatermass
Apa, de "Apalabrada"

Saturday 23 May 2009

Día de furia en un infierno natural (reflexión de momento y crítica especial urgente)

Comienzo como si esta semana fuese la pasada. Disculpas por la ausencia, y rápidamente gracias a Joa, Damián y Mariano por los amables comentarios acerca de “Tomates verdes fritos”, una película que aprecio mucho.

Mi semana, que todavía no termina, fue una mierda. Me ahorro los detalles porque no creo una persona que escribe -y más en un espacio como este- deba cargar a los demás con cosas muy personales, salvo alguna situación que se presente como importante para expresar un punto o lo que fuere, o algún acontecimiento relevante que se quiera compartir. No quiero juzgar a quienes vuelcan sus experiencias personales para que cualquiera las pueda leer porque, al final del día, este es un espacio libre. Sin embargo, no puedo dejar de negar el hecho de que hay otras maneras de hacerlo; de camuflarlo un poco; de disfrazar la realidad. Sin ir más lejos, es algo que todos los artistas en sus diferentes expresiones hacen constantemente. Hace tiempo yo leía un blog que lamentablemente no está más activo: “Esperando el pernocte” (advertencia: no se asusten si leen dos posteos y ven que no pueden parar: es normal). Allí, uno podía presentir a la persona detrás de los textos; pero siempre quedaba ese gustito amargo proveniente de la literatura (quizás) de saber que hay algo más. En esa pizca de misterio, creo yo, se encuentra la magia.

El cine hace mucho uso de ese recurso mágico, sobretodo el cine independiente y, más específicamente en los últimos años, el cine independiente argentino. Ya escribí alguna vez sobre la experiencia cinematográfica que es “La mujer sin cabeza” de Lucrecia Martel, como exponente de un cine que trata de establecer una conexión con el espectador por diferentes razones que la mayor parte del cine actual; un cine que busca movilizar a la audiencia apelando no sólo al siempre presente aparato sentimental sino también al pensamiento, a sus ideas, a su capacidad de concentración y de análisis. Es como la búsqueda de una movilización menos superficial y más autónoma, donde quien decide al final no es tanto el director sino cada quien desde su butaca: como si el primero le entregara totalmente su obra al segundo.

Eso no quita para nada la posibilidad de que un film contenga personajes, como el cine siempre los tuvo, y que estos sean estereotipos o no, y que tomen tal o cual decisión. El espectador está dentro del film, pero no puede intervenir. La recompensa es que sale del cine con mucha más información que la que tenía al ingresar, y el placer de repensar una película desde diferentes perspectivas y discutirla. Porque recuerden, en el cine no se habla.

Todo esto viene a cuento de una gran película que pude ver hoy en el Abasto, con mi amigo Grillito de “Loca Verdad”. Una película argentina llamada “La sangre brota”, que correspondería bastante con lo expuesto anteriormente aunque de modo un poco más frenético. El punto es que es una gran película, y la mejor del año estrenada comercialmente de nuestro cine nacional. No les quiero mentir, sólo he visto dos estrenos: “Música en espera” (aquí mi crítica) y este; pero tampoco nos queremos mentir a nosotros mismos…No ha habido más de doce estrenos argentinos en lo que va del año; y menor es el número si consideramos aquellos que pudieron verse en todo el país. Dicho todo esto, los invito a ver “La sangre brota” (que en Buenos Aires esta sólo en cuatro salas, y bastante maltratada en la mayoría), como puedan.

La crítica de “La sangre brota” (dedicada a Grillito), a continuación.

“La sangre brota”

Todos podemos tener un día de mierda. Ya lo veíamos a Johnny Depp corriendo por la vida de su hija en “Tiempo Límite” o a Michael Douglas atentando contra el mundo en “Un día de furia”. No sirve comparar cosas de Hollywood con el cine hecho en casa, pero hubo una película nacional que tomo todos esos códigos y otros de algunos géneros más picarescos para hacer furor en todo el país y afuera relatando un día de mierda con mucho estilo: “Nueve Reinas”. Aunque el de Bielinsky es un gran film, se ve obligado por su construcción a revelar en el final aquellas cosas que durante todo el metraje habían estado desconectadas, como parte de un enigma. De este modo, al final del día no hay nada que no quede bastante claro.

¿Pero qué pasa si se da lo contrario? ¿Qué pasa si es un día de mierda en el que varias personas se ven casualmente envueltas en situaciones desesperantes, hasta cierto punto incontrolables? Escrita y dirigida por Pablo Fendrik, “La sangre brota” hace converger las tensiones de sus personajes centrales de manera magistral, en un infierno natural en el que no habitan la explicación previa ni mucho menos la sobre explicación.

Los personajes centrales son dos, parte de la misma familia: un padre y un hijo. El padre Arturo (Arturo Goetz, cada vez mejor) es la contracara del taxista argentino por excelencia: callado, no fumador, maneja despacio su auto escuchando un mp3 de relajación a todo volumen. Su mundo es más bien interno, tanto que el manejo de sonido del film se asegura de marcar una notable diferencia de ruido general cada vez que Arturo abre la puerta de su taxi: afuera hay historias con las que todo taxista suele lidiar (y hasta comentar orgulloso), pero a él no parecen interesarle. El hijo Leandro (el admirable Nahuel Pérez Biscayart) es un adolescente sin rumbo: insomne, con los ojos rojos y la mirada perdida, camina nervioso hacia cualquier lugar. Su mundo es más bien externo y cada vez que lo vemos en un recinto cerrado, parece querer escaparse; no le gusta estar mucho en la oscuridad. Es tan abierto y mandado que se ve cautivado por una chica más chica que divisa en un colectivo. Vanesa (Ailín Salas) se llama, y probablemente Leandro nunca se entere de su nombre.

Así se establecen las dos perspectivas desde las cuales se va a constituir el relato. Fendrik arma todo a partir de este padre y su hijo, ambos tendrán un día de mierda (en el que casi ni se cruzarán) y desde ellos conoceremos, por cada lado, a varios personajes más. Todos influyen de alguna manera en lo que acontece en el film, lo que hace pensar en una de esas películas que interconectan historias. Nada de eso. Acá no hay diferentes ciudades del mundo, no hay conexiones mágicas y predestinadas entre los jugadores. El marco es uno sólo, la ciudad de Buenos Aires, que en la mirada de la cámara de Fendrik parece una ciudad más chica porque sí, los personajes se encuentran en distintas ocasiones, pero todo está derivado de sus decisiones. Aunque en un punzante diálogo el director/guionista haga referencia al azar, se sabe perfectamente que todo está buscado y lo que le pasa a los personajes es consecuencia de aquello que se buscó en primer lugar.

No se confundan. Les estoy contando todo, pero lean bien porque no les estoy contando nada. No hice más que hablarles de Arturo y de su hijo Leandro. Hay una llamada, importante, determinante en el curso de la historia, pero desde el lado de Arturo… Leandro ni se entera. Hay un plan desde el lado de Leandro, pensado locamente y con intenciones perjudiciales para su familia como daño colateral (o no)… Arturo nunca lo sabrá. Este juego tan presente en el cine argentino independiente reciente, entre lo que se dice y lo que no se dice; entre lo que sabe el espectador y lo que no; entre lo que muestra la cámara y lo que se mantiene oculto, no son más que estrategias de las cuales Fendrik se arma para impactar al espectador.

Esas estrategias, o herramientas, ya son comunes al cine reciente. Es más, también hay como una reafirmación del cine que se está haciendo que se ve en la presencia de los actores provenientes del teatro como Biscayart o una aparición de Ignacio Rogers, y la fuerte presencia de un experimentado como Goetz, que viene dejando huella en el mejor cine nacional de los últimos años (en este blog, lo tenemos en dos críticas: "Derecho de familia" y "El otro"). Sin embargo, lo que hace Fendrik es redoblar la apuesta. Además de sorprendernos constantemente con lo sucedido en las perspectivas de los dos personajes centrales, en cada escena introduce personajes nuevos (que acompañan a los protagonistas) y no sólo nos lleva con ellos por un corto paseo -como una especie de ’detour’ de la ruta principal- sino que también nos vuelve a sorprender, con hechos impensados que se dan en personajes de algún modo irrelevantes a la trama. Vertiginosamente y con convicción, el director entrega un momento original detrás de otro; una línea de diálogo, no sólo agresivo y real sino también impredecible, detrás de otra; y una violencia general que, aunque es primordial para el film, nunca se ve forzada.

Sí, la sangre brota en la película de Fendrik, y por ahí la cámara lo muestra demasiadas veces. Pero el error es la constante referencia a la sangre en sí, y no las variadas maneras en las que la sangre aparece en la pantalla. La sangre tiene que aparecer, y no deja de hacerlo hasta el último plano del film, en el que un beso ensangrentado deja al espectador sin aliento.

---9/10

Para Grillo: Esa pausa larga podría ser un “yo la hubiera terminado acá, pero bueno…les doy un poquito mas”.

Thursday 14 May 2009

Crítica Especial: “Tomates verdes fritos”

Quiero pedir disculpas por la ausencia durante la semana y desde ya pido disculpas adelantadas porque seguramente no escriba nada luego de esto hasta la semana que viene. Se avecina una tormenta de parciales para la que, lamentablemente, no tengo paraguas, así que veremos qué ocurre. Pero lo que verdaderamente ocurre en este momento es que me sentía con ganas de salir de la estructura. Veo y leo tantos blogs que no tienen ninguna idea preestablecida para escribir críticas, pero lo complementan con muchísimas secciones variadas y demás. Como lo mío se remite sólo a la crítica, siempre me pareció justo con el lector Sospechoso el darle una relación a las críticas semanales; una suerte de formato interactivo en el que uno pueda adivinar la película que se va a criticar después de la última que han leído.

En fin. Hoy es un día particular porque comienza para mí esta preparación para la tormenta mencionada, que intentaré cumplir al pie de la letra (si es que eso significa algo). A la vez, es uno de esos días en que lo único que quiero (aunque no pueda o no lo haga) es sentarme a ver una película que me llene el alma de alegría. Sí, sé que la expresión es exagerada; pero hay películas que realmente tienen esa capacidad. La película que veremos hoy, que se llama “Tomates verdes fritos” y va bajo el título de crítica especial pero que será también etiquetada como “Rareza de la semana” (una rareza de la semana adelantada), tiene un poco de eso y algo más.

Espero que se haya entendido a donde quiero llegar. Este film deberían tenerlo en sus casas (que bien que hace Nati Gregorietti) para mirarlos en algún que otro momento un poco raro, difícil de explicar. No sé si es cierto, pero dicen que hay películas para cada cosa…

La crítica de “Fried Green Tomatoes”, a continuación.

“Fried Green Tomatoes”

No hay otra manera de ponerlo: hay películas que simplemente te hacen sentir bien. Estos son films razonablemente llamados, en inglés, "feel good movies". Pueden verlas, pasar un buen rato y olvidarse todo acerca de ellas; "In good company" se me viene a la cabeza. Otros films también nos hacen sentir bien pero también dejan una impresión, debido a los memorables personajes que contienen y que queremos mantener cerca del corazón; "Barbershop" es el ejemplo perfecto. Pero también hay 'feel good movies" (damos por entendido el término) que rompen su propia norma, arañan la superficie en busca de algo más y lo encuentran: dejar un mensaje.

"Fried Green Tomatoes" de Jon Avnet cuenta una historia sencilla, la que David Lynch esperó tantos años para contar (leer aquí un memorable post de José Barriga). Basada en un libro de Fannie Flagg, la película nos presenta a Evelyn Couch (una sensacional Kathy Bates), una mujer en plena crisis adulta que está visitando a la tía de su marido Ed (Gailard Sartain) en un asilo de ancianos. Pero esta tía no la quiere, le tira cosas y Evelyn se tiene que sentar afuera a esperar. Y así aparece una dama de 83 años que parece tan llena de vida hasta el punto de la envidia. Ella es Ninny Threadgoode, interpretada por Jessica Tandy como la más cariñosa, comprensiva, amigable, adorable mujer que podrían conocer.

Es de sus labios que escuchamos la historia principal, en una película que contiene muchas historias. Porque todos tienen una historia, y a veces dos personas comparten la misma historia y nadie puede imaginarlas en diferentes contextos; como es el caso de Idgie (Mary Stuart Masterson) y Ruth (Mary-Louise Parker). En dos actuaciones fantásticas que dependen una de la otra, Masterson interpreta a Idgie como una chica rebelde que lentamente entiende lo que el amor verdadero y la madurez significan; mientras que el trabajo de Parker representa exactamente lo contrario. Al comienzo, vemos a Ruth como una mujer callada, cautelosa (siempre una dama) que sigue las reglas de la Biblia de memoria y, con el pasar de los años, parece soltarse y, sin olvidar nunca sus valores, empieza a vivir un poco más libremente aferrándose a quienes más la quieren.

Estos no son estereotipos sino descripciones básicas, bosquejos, de dos personajes que irremediablemente se meterán dentro de ustedes a medida que crecen juntos en el tiempo. Lo mismo con la historia, que quiero que descubran. Haciendo uso de un recurso clásico como la narración, Avnet deja que el personaje de Tandy nos lleve atrás en el tiempo hasta el mundo de Idgie y Ruth. Es un hermoso mundo, un pueblo pequueño y hermoso y un hermoso Café donde estas mujeres sirven tomates verdes fritos que Avnet también muestra y filma de modo clásico. La música, de Thomas Newman, también es clásica, no invasiva en algún sentido.

No hay riesgo en lo que vemos en pantalla, y tampoco lo hay en la historia; el relato es predecible y la subtrama de 'intriga' que contiene podría haberse resuelto de otra forma. Pero Avnet arriesga todo en un aspecto, y allí donde su película triunfa: confía plenamente a sus actores principales (sus cuatro actrices protagónicas, más precisamente) la creación de los personajes acerca de los que les conté; y los actores responden, haciendo que cada palabra suene verdadera.

Es por esto que no cuestionamos que los personajes cuenten la misma historia tres veces, nada se siente como un cliché; es por esto que la conexión que Evelin tiene con dos personas que jamás conoció es intensamente real. Podrían preguntarse, luego de todo esto, de qué mensaje estoy hablando. Es bastante simple de hecho: que la amistad todo lo puede, la amistad supera todas las adversidades; los amigos que conocemos en el camino nos convierten en lo que somos.

Hay tantas películas que se pelean, con ellas mismas (o con los demás) para transmitir ese simple mensaje y nunca lo logran. "Fried Green Tomatoes" lo consigue y todavía, generosamente, deja algunas cosas sin decir para que nosotros meditemos; y nos hace sentir bien; y nos hace querer comer estos 'tomates verdes fritos', sean lo que sean.

---8/10

PD1: Nunca hay que dejar pasar la posibilidad de poner la foto de una mujer hermosa cuando se presenta...Mary-Louise Parker.



PD2: "Gran Torino" venció en la encuesta pasada...Gran película.

PD3: Sí, creo que estoy enamorado de esa mujer.



Saludos Sospechosos!

Sunday 10 May 2009

Gracias...simplemente

Me atrasé un poquito con la última crítica, que tampoco necesita introducción. Espero la disfruten.

La crítica de "Gran Torino" (dedicada a Joaquín Urdinez), a continuación.

"Gran Torino"

Tengo la canción principal del film, "Gran Torino", pegada en mi cabeza. Dice: "Motores ronrronean y sueños amargos crecen/un corazón encerrado en un Gran Torino/late a un ritmo solitario toda la noche". Clint Eastwood siempre ha sido un hombre de temer, más aún con el paso de los años porque, como dice mi amigo Urdinez, es como el vino; y se pone mejor con el tiempo. ¿Qué siente Eastwood, el genio realizador? ¿Qué piensa acerca de la vida? En "Gran Torino", quizá su último esfuerzo como actor/productor/director, vemos a un hombre completamente expuesto, y la película podría contener la respuesta.

No es lo que lo que Clint tiene adentro sea importante, pero su Walt Kowalski es uno de sus personajes típicos; uno de esos hombres que hacen todo por cuenta propia y ni siquiera aceptan la ayuda de su propia familia. Su actuación es tan sentida, tan perfecta, que es difícil no imaginarse al Sr. Eastwood guardando un Gran Torino en la oscuridad de algún garage.

Clint trabaja duro para establecer la personalidad de este veterano de guerra desde la primera escena en la cual, durante el funeral de su mujer, gruñe ante la visión de un piercing que su nieta tiene en su ombligo. Esta escena también presenta, haciéndolo quedar en ridículo, al Padre Janovich (Christopher Carley), otro de los jugadores cruciales del film, mientras da un patético sermón sobre la vida y la muerte. Con su mujer muerta, Walt será ahora casi el único Americano (con una bandera colgada en su porche, por supuesto) en un silencioso barrio habitado por inmigrantes Chinos; y cuando un chico que vive al lado llamado Thao (Bee Vang) trata de robar su Gran Torino, sabemos que la paz no puede durar mucho.

A Walt Kowalski no le gustan los sacerdotes ni los Chinos ni los afroamericanos, ni siquiera los Irlandeses o Italianos; o quizá sí, pero está claro que no lo demuestra. La maestría narrativa que Eastwood ha logrado en este punto de su carrera le deja presentar dos o tres escenas en las que algunos latinos, negros o chinos que andan en pandillas molestan a Thao y a su hermana (una fantástica Ahnie Her, vean la escena en la que es molestada y encontrarán un mínimo pero acertado comentario social y hasta cinematográfico). Cuando las cosas están por ponerse feas, Walt siempre aparece, con un rifle en su cintura, para salvar a los chicos que empiezan -junto con toda su familia, que le deja todo tipo de regalos en su porche- a verlo como un héroe. Pero Walt no quiere ser uno; así como Frank no quería entrenar a Maggie en "Million Dollar Baby".

Como ocurre con la mayoría de los films recientes de Clint, parece haber mucho no dicho entre escenas, mayormente en las escenas que Walt le habla al joven sacerdote. Cajas que raramente se abren, secretos del pasado que ahuyentan a Walt Kowalski. Y "Gran Torino" no trata acerca de un hombre viejo tratando de ser mejor; trata de un hombre viejo haciendo lo que siempre hizo y encontrando algunos amigos debido a ello. Estos definitivamente no son los amigos que hubiera elegido, pero sí los que lo eligieron.

En el medio hay mucha cerveza para ser tomada, mucha comida para comer, mucha cultura para aprender y hasta algunas lecciones de vida. El milagro es que todo es natural y filmado con un ojo cuidadoso a la luz del día y en dos o tres escenarios principales. Cuando llega la noche y la película se vuelve más oscura, Clint está muy cerca de dejar que la película se le salga de las manos pero nunca lo hace. Una toma de él sentado en un viejo sillón, con la luz de un lado de su cara y la oscuridad total en el otro, es el punto más alto de su colaboración con el cinematógrafo Tom Stern y probablemente el momento más doloroso del fin.

Ocurre casi sin música, y la música (escrita por el hijo de Clint y quizá por el mismo) es otro de los pilares de esta obra maestra que junta cada elemento de producción. Muchos tambores de guerra en momentos de tensión, un bajo casi muteado tocando la melodía del tema principal en momentos de tranquilidad. Y el guión, casi perfecto e inevitablemente gracioso mientras que Walt insulta a cada persona que se cruza en la calle, tengan o no buenas intenciones; pero innecesariamente esclarecedor luego del último encuentro que el viejo tiene con el sacerdote.

Quería expresar esta reflexión final. Cuando un hombre que ha recibido órdenes toda su vida, no quiere hacer lo que le dicen, siempre está la posibilidad de que algo salga mal. Quizá pueda arreglarlo, y escucharemos frases que sólo Clint puede pronunciar, creerlas y hacer que las creamos. Cosas que están justo en la línea de: "Yo termino las cosas, eso es lo que hago". "Gran Torino" es un film con clase, no sólo porque tiene lo que conocemos como clase, sino porque es clásico; 'de la vieja escuela' como dijo Urdinez. El tipo de película que ya no se hace más, en la que de algo ordinario terminamos encontrando cosas a las que queremos llamar extraordinarias. Gracias Clint.

---9/10

Thursday 7 May 2009

Una lección para aprender

Este film está en el cine, trabaja sobre la mirada, es de lo mejor del año. No les quiero quitar más tiempo del debido...Vayan a verla.

La crítica de "Entre les murs", a continuación.

"Entre les murs"

Bueno, la cosa es así: "Entre les murs" (ese es el único título que le sienta bien), de Laurent Cantet es un muy buen film. Un film que da lugar a muchos pensamientos posteriores porque se va de la sala con uno; y uno que que da lugar a esto en dos niveles, porque se puede compartir pensamientos sobre lo que les pasa a los personajes particulares del film, pero también expande el rango hacia un asunto más amplio: la educación, nacional y mundialmente.

Francois Begaudeau escribió una novela, luego un guión que Cantet y Robin Pomillo ayudaron a completar, y es suficiente decir que, aún cuando en el film lo conocemos como Mr. Marin, se está interpretando a sí mismo; nunca una tarea fácil. La escuela en la cual enseña Lengua no es cualquier escuela. Recibe estudiantes de otros países y otras escuelas, y la clase a la que Francois le da lecciones es una interesante mezcla de razas, culturas y personalidades; algo que no acostumbramos a ver en un film de este tipo.

De hecho, incluso cuando fuerza algunas situaciones y algunos diálogos sólo están allí con el propósito de crear cierto efecto, "Entre les murs" podría ser la pieza más original de su tipo en mucho tiempo. Es natural, directa, desafiante y respetuosa (tomen esa palabra como quieran), adejtivos que a la vez describen la actitud de Francois con sus alumnos.

Como dije, aquí hay mucho para pensar. Las actuaciones no son importantes porque nadie en el film parece un actor profesional, y el director se preocupa por darle espacio a la historia: una historia que acontece enteramente dentro del colegio. Aún así, las personalidades y roles de los personajes en el juego están muy claras. Algunos estudiantes podrán ser más memorables que otros, pero cada uno tiene su oportunidad de sobresalir; lo mismo con los profesores. Francois, en el medio de los conflictos que podrían venir por enseñar en una escuela de este tipo, hace lo mejor que puede.

Este no es un maestro que busca cambiar las vidas de sus estudiantes, sino un profesional que, como sus colegas, está realmente interesado en su clase, educacional y personalmente. Esto genera momentos de discusión, tensión entre profesores o entre un profesor y dos o más estudiantes. El mayor logro de Cantet (y de la película) es dejar cualquier señal o indicación de la vida personal fuera del foco principal.

No sabemos nada de los asuntos privados de Francois, tampoco los estudiantes. A la vez, Francois no conoce lo suficiente acerca de la situación personal de estos estudiantes como para que sus colegas puedan ofrecer al menos un poco de ayuda. Algunos temas sociales del mundo real se cuelan en el espacio de la escuela, pero básicamente todo lo que podemos percibir puede encontrarse allí. Y Francois sufre. Su batalla interna, las cosas que no expresa pero que podemos senitr, son otros de los grandes logros de Cantet. No podemos ponernos de un lado u otro en esta película.

No puedo olvidarme de la cámara incansable, que confronta cada pieza de diálogo con cortas pero fundamentales declaraciones en una cámara fija que nos hace prestar áun más arención que la que hemos estado prestándole al complejo, imparable lenguaje. Creo que los profesores deberían sentarse y ver esto, para pensar acerca de los métodos que usan y sus estrategias para asegurar la disciplina. Es la lección perfecta para ellos porque, si deben saberlo, todo en el film ocurre "entre los muros".

---8/10

Monday 4 May 2009

La mirada de los otros

Tres películas, tres estrenos de este año, tres títulos urgentes, tres de los mejores, unidos. ¿Cómo? Por la mirada. En “Sólo un sueño”, el mejor film de Sam Mendes, una pareja de los años 50 se encuentra viviendo el sueño americano, pero no sabemos realmente si es su sueño; en “Entre les murs”, de Laurent Cantet, las miradas de los alumnos de Francois se entrecruzan como dagas de denuncia (de profesor a alumno, de alumno a profesor, de alumno a alumno), ante una actualidad educativa que hace lo mejor para aliviar la tensión; en “Gran Torino”, el viejo Walt Kowalski resiste las nuevas miradas de gente extranjera en un barrio donde, se puede decir, él es el único sobreviviente de una ‘mirada’ que no existe más.

Va a ser una linda semana, se me ocurrió de repente hoy porque puse mi primer afiche en algún lugar de la facultad (sí, me animé) y, si alguien llega a entrar, quisiera dar una buena impresión. Algo de cine de actualidad siempre se tiene en cuenta en este blog también. Pero ustedes tengan en cuenta la mirada, y también por supuesto, miren las películas.

La crítica de “Revolutionary Road”, dedicada a Agus Castelli (ahí tenés papá), a continuación.

“Revolutionary Road”

Toma un tiempo para que un director haga una muy buena película. Con esto me refiero a un film que no sólo contenga belleza visual o maestría técnica. Éstas eran cosas que reinaban sobre "Belleza Americana", "Camino a la perdición" y "Sóldado Anónimo" (aquí mi crítica): pero la primera era muy lista acerca de sus propios límites, se creía mejor de lo que realmente era; la segunda era muy fría, muy exquisita y la tercera fallaba en atrapar al espectador por completo (aún cuando Jake Gyllenhal hizo lo mejor que pudo). Con "Revolutionary Road", Sam Mendes entra en un mundo completamente nuevo; el mundo de un film que despierta sentimientos en el espectador: el mundo de una muy buena película.

Este nuevo mundo es de alguna manera también un mundo que conoce. El film se desarrolla en los suburbios, donde los Wheelers, Frank y April (Leo DiCaprio y Kate Winslet) se hacen una vida. También de alguna manera, el contexto es diferente a aquel con el que Mendes trabajó en "Belleza Americana"; son los 50 y las cosas eran decidídamente diferentes, pero el núcleo es el mismo: un infierno que está esperando aparecer en una paz que no parece correcta. La escena previa a la aparición del título podría muy bien ser "el primer día del resto de la vida de esta pareja", pero el lenguaje en el guión de Justin Haythe (adaptando la novela de Richard Yates) no cuenta con la filosófica y a veces pretenciosa búsqueda de significado del de Alan Ball.

Sin embargo, incluso cuando quiero, no es justo decir que "Revolutionary Road" es la mejor versión de "Belleza Americana". Este film tiene algo que al otro no le importaba mucho, y eso es cómo nos vemos en los ojos de alguien más; o mejor aún, por qué tenemos que vernos en los ojos de alguien más. Los Wheelers son una pareja sin convicciones. Hacen lo que hacen en la vida porque fue lo mejor que pudieron conseguir y eligieron no querer mpas. Un trabajo respetable y bien pago para Frank, dos divinos hijos, el rol de ama de casa amable en las manos de April...Esto es lo que el vecindario sabe acerca de los Wheelers: Helen Givings (Kathy Bates) piensa que son adobrables, así como su amigo/vecino Cheo (David Harbour). Sí, es todo verdad, pero el espectador tiene la chance de experimentar un poquito más.

La tensión se desarrolla dentro de una imponente casa que la cinematografía de Roger Deakins captura como un escenario insoportable. Mendes trabaja esto desde todos los ángulos posibles: afuera de la casa la tensión puede sentirse, pero nunca cobra vida. Sin importar con quién estén compartiendo, luego de una primera y fascinante discusión en medio de la carretera, cada argumento ocurre puertas adentro. Hay una escena en la que Frank la persigue a April por el bosque, gritando levemente, pero no sobrepasa eso. En la casa, sin embargo, la pasión vuela por las paredes; entre la pareja, con los chicos cerca y con dos visitas particulares de un ser humano particular llamado John (un muy buen Michael Shannon).

Entonces? ¿Cuál es? Nos tiene que importar lo que la gente que está alrededor nuestro piensa? ¿Estamos haciendo nuestra propia vida o estamos sólo satisfaciendo los deseos de alguien más? ¿Y de quién son esos deseos? Cómo dije, el último film de Mendes da lugar para las emociones. Mucho se ha dicho de la reunión de Winslet y DiCaprio luego del éxito de "Titanic", y el hecho es que su trabajo aquí es brillante por las razones opuestas que hicieron su química posible en el film de James Cameron. Allí, no podían estar juntos, y la pasión y la relación era casi platónica; sus encuentros no duraban nada. Aquí, ya están juntos, y la relación ha perdido, con los años, una pasión que todavía es pasión. Pero no los quiere unir; es una pasión que está cansada de intentar mantener vivo algo que está muriendo. Gracias a Dios que DiCaprio un día decidió hacer sólo buenas películas, porque cuando gana en intensidad no lo supera nadie.

Con estos dos protagonistas fantásticos, maestría técnina, hermosos (casi excesivamente correctos) visuales, partitura intrigante (sí, Thomas Newman) y la intensidad mencionada, puede que Mendes ni siquiera sepa por qué ha hecho su mejor película. No está en los gritos, el llanto y el sufrimiento de dos personas que está explicado al máximo. La verdadera grandeza yace -y creo que el director quiso que la gente pensara esto de todas sus películas pero nunca lo logró- en todo lo demás: en el silencio, las miradas de todos los involucrados en el relato, las decisiones que los personajes toman y tratamos de entender. Eso es lo que nos pega bien fuerte: el resto sólo aumenta el golpe.

---9/10

Friday 1 May 2009

Ese interesante ser humano (“El reconocimiento”)

Una vez más, tenemos otro homenajeado que también tuvo su reconocimiento mundial, como el Gran Philip Seymour Hoffman, con un film que en su momento se definía como 'independiente'. Como el término está cada vez más difuminado y, más que muchos otros, este film precisamente marcha camino a convertirse en un clásico de culto. No es sólo una muestra más (por ahí la mejor) de la compleja forma de trabajo del guionista Charlie Kaufman -recordemos, esa es la razón por la que película es posteada aquí-, es un hito para un director con maestría visual, para un actor con un subestimado poder dramático y para una actriz que no conoce errores.

La crítica de "Eternal Sunshine of the spotless mind", a continuación.

"Eternal Sunshine of the spotless mind"


Acabo de terminar de ver una maravillosa pieza de trabajo. No voy a decir una pieza de arte, porque podría estar equivocado. Estaba hablando con mi padre, quien dijo acerca de la película: "No es una obra de arte", pero ni siquiera pudo decirme qué era una obra de arte para él.

Fue sin duda uno de los mejores films de su año cinematográfico, y la audiencia de culto la amó, pero no voy a expandirme en eso. Sin embargo estoy dispuesto a decir lo decepcionado que estoy porque Hollywood sigue subestimando lo mejor que tiene en sus manos. Jim Carrey protagoniza el film, como protagonizó en una de mis películas favoritas, la subestimada "The Truman Show"; también hay subestimadas piezas como otra de mis favoritas, "Almost Famous" (aquí mi crítica)...Hay una larga lista de films subvalorados; la que vemos hoy de Michel Gondry puede que entre en la lista.

Si piensan en ello, "Eternal sunshine of the spotless mind" no es sólo completa como película, sino también para todas las personas involucradas en el proyecto. Desde arriba: si se fijan en el trabajo de Michel Gondry como director de videos y sus proyectos de larga duración anteriores, esto es lo mejor que ha logrado; está empezando a partir de ahora (aunque seguramente prontito diga lo contrario). Hizo un trabajo correcto con "Human Nature", pero no creí que su dirección estuvier al nivel del guión de Kaufman. Pero ahora es algo diferente. El el justo compromiso con el trabajo en equipo una de las razones de lo grandioso de esta película. Y Kaufman, bueno...Espero que este no haya sido un Oscar de compensación, misericordioso. Sé que Kate Winslet (que hace de Clementine) es una de las mejores actrices que trabajan hoy. Nunca decepciona y siempre le agrega personalidad a sus papeles pero nunca ha sido reconocida por ello (en estos Oscars sí, no en el momento de este film). Sin embargo, superando a su recordada Rose, confronta un rol mucho más complejo; más profundo y flexible. Y lo hace tan perfectamente como lo ha hecho siempre.

Jim Carrey (que hace de Joel) es uno de mis actores favoritos, y ha construido una carrera espectacular. Como me ocurrió con Adam Sandler y su interpretación en "Spanglish" (aquí mi crítica). Aunque no es exactamente la misma situación, ha ocurrido con Jim Carrey haciendo roles dramáticos. "Mentiroso, mentiroso" es una de mis comedias favoritas, y creo que Carrey está genial en ella. Pero luego puede hacernos llorar; es ese tipo de gran actor, y aunque nunca sea reconocido por ello, dejando atrás "Man on the moon", "The Majestic" e incluso "The Truman Show"; Carrey ha llegado a su mejor actuación dramática. No quiero reiterar mucho en este tipo de circunstancias, pero es otra voz, otra mirada inocente y cálida; magia en sus movimientos: "Podría morir aquí Clem; estoy exactamente donde quiero estar". Esta y muchas otras frases están escritas en otro reflexivo, invasivo de la mente humana y la conciencia, sabio y realista guión de Charlie Kaufman.

Con Tom Wilkinson en sus grandes años, Kirsten Dunst brillando como no la había visto desde "Crazy/Beautiful", Elijah Wood en la intepretación más calmada y natural de su carrera, y otra genial interpretación en su propio territorio de cine independiente por parte del Gran Mark Ruffalo. Totalidad en un film; aspectos positivos para todos.

La cámara de Gondry nos lleva a un mundo de fantasía en el que hace cosas aparecer y desaparecer, moverse y quedarse quietas...Hermosa música compuesta perfectamente para cada momento por Jon Brion (este es su tipo de película)...Cinematografía que excita el ojo de Ellen Kuras en cada encuadre...Y así nos hacen reír, llorar, sentir por los personajes; queremos lo mejor para ellos cuando se siguen encontrando en el presente, en el pasado, en el futuro; y nos dejamos llevas a esos inalcanzables lugares que sólo podran ver si están volando en el mundo de las palabras...Palabras escritas con sabiduría, con el poder que se refugia en los actores, porque deben darles vida a estas hermosas palabras. "Eternal sunshine of the spotless mind" es una de esas películas que no pueden arrepentirse de mirar incluso cuando no les gustan. Una de esas que te mantienen hablando una hora luego de experimentadas.

---9/10