Wednesday 24 November 2010

Apuntes de película

Realmente espero que hayan disfrutado el corto de Alejandro Torriggino, “San Antonio”. Todavía no sé cómo le fue en Mar del Plata, pero estoy seguro que debe haber sido una experiencia única, y desde aquí puse mi granito de arena publicando su trabajo, que me toca mucho y que disfruto aún más. ¿Compartimos algunas cosas?

1-Ayer escuchaba en Radio Metro (95.1) el programa de Seba Wainraich, “Metro y medio”, que los lunes tiene una sección que se títula ‘Una historia de película’, o algo por el estilo. Los oyentes llaman y cuentan alguna experiencia que podría funcionar como un largometraje. ¿El premio? Vino. Yo la verdad que no tomo mucho vino, pero la historia que comienza hoy en mi vida y abarca las próximas dos semanas, repleta de entregas, trabajos, obras de teatro, conciertos y exámenes decisivos, tiene –con sus encuentros y desencuentros, con sus contratiempos y decisiones importantes- algo de ‘una historia de película’. De hecho, hasta podría comenzarse desde el fin de semana pasado, donde se encuentran momentos de alto impacto dramático (si son bien manejados, claro). El punto de esto es, como siempre, la extrema ‘reflexibilidad’ que a veces me caracteriza y que me hace pensar, de momento, en que “no voy a llegar”. Eso no significa que no vaya a intentarlo.

2- Cine. Por fin pude ver completa “Magnolia”. Creo que es excelente, y al momento de terminarla atiné a definirla como un “clímax suspendido”. Si me pongo a escribir ahora, esto se vuelve interminable. Sólo volver a decir (si es que ya lo escribí, si es que lo pienso siempre, si es que lo hablé con alguien) que Paul Thomas Anderson es uno de los mejores narradores del cine actual. Con todo su cine, pero hoy con “Magnolia”. ¿Por qué?
-Porque es arriesgado,
-porque es desmedido,
-porque es agresivo en el lenguaje pero nunca insensible ante las situaciones dramáticas que plantea.
-Porque conoce a sus personajes a la perfección, y los deja ser, con sus virtudes y defectos; y los acompaña, incluso permitiéndoles ‘cantar’ lo que sienten.
-Porque su cámara, que no es técnicamente excesiva, no descansa nunca. Siempre acercándose al personaje, siempre rodeándolo; a mayor velocidad a menor velocidad. Su cámara desafía a los personajes, poniéndose en frente de ellos sin mirarlos a los ojos –pero casi-, y de este modo, también nos desafía a nosotros (espectadores).
-Porque cree en el poder de un primer plano,
-porque cree como pocos en el poder de una historia y, por lo tanto, en el poder de muchas historias. Para P.T.A no sirve “menos es más”, tampoco “más siempre será mejor que menos por una razón ‘x’”. Es simple: para él “más” es lo único que existe; y el “todo” y el “siempre” son dos de sus mejores amigos.
-Porque no le importa nada y, por lo tanto, hace lo que se le da la gana.

3- Más Cine, Otro Cine. Me encuentro cada vez más seguido, a la madrugada, frente al televisor, averiguando qué película van a dar en CityVibe o en CityMix. Acto seguido: me encuentro viendo alguna. Siempre son películas que si no son directamente malas, están muy cerca. Siguiendo los lineamientos del libro del guión de Sydfield, son films que pasados los primeros diez minutos no me despiertan ni el más mínimo interés. Aún así, los miro enteritos. La explicación a esto, en parte lógica y en parte vergonzosa, tiene que ver con algunas actrices femeninas jóvenes. Ninguna que haya mencionado en aquel especial sobre estrellas adolescentes (y un poquito más grandes), son mujeres que no aborrezco como actrices, pero tampoco admiro. No iría a ver una película al cine por ellas, pero en televisión, como las considero bellas (y sexys…hay que leer a Porta Fouz en Hipercrítico, que nos cuenta acerca de las mujeres que lo vuelven loco) y, dentro de todo, las respeto, veo estos films en los que juegan roles cruciales. Lo que si es coincidencia, es que son todas películas que tienden al género terror, en principio desde algunos elementos misteriosos de intriga, y en casos más extremos directamente al gore más sangriento. Tengo que creer que son películas que no conoce casi nadie. ¿Me equivoco?

3.1- “The Midnight Meat Train” tiene como presencia femenina predominante a Leslie Bibb. Algunos la conocerán por haber generado unos breves instantes de felicidad en esa cosa horrible que es “Sex & Death 101” (aquí mi crítica); otros recordarán su aparición como una reportera (sexy) en “Iron Man”; los amantes de la comedia quizá la hayan puesto en un pedestal por ser una de las dos diosas de “Talladega Nights” (la otra era Amy Adams…aquí está mi crítica). En este film de horror de alta factura, que trata sobre un tren en el que se asesina a mucha gente y un fotógrafo que se obsesiona demasiado con la cuestión, Leslie carga con una importante dosis de dramatismo y cumple. También está Bradley Cooper, hay bienvenidos aportes de Roger Bart (desinteresado) y Brooke Shields (también, muy sexy) y, como sorpresa en el género, se hace un gran uso del británico y enorme –en tamaño- Vinnie Jones. Creo que es una película que hay que ver, principalmente porque el director Ryuhei Kitamura tiene un ojo muy divertido e ingenioso para la puesta en escena de las diferentes muertes, y esto va más allá de inventar una “nueva forma para matar a cada persona”. Por lo demás, en la película la repetición es constante. Es un hecho que viene desde el guión y le quita interés a ciertos momentos de persecución que, en vez de tener suspenso o mostrar algo de tensión, directamente son revelados –casi anticipados digamos- y nunca pasan de la corrección y el preciosismo que tiene el tratamiento de la imagen. Entiendo que esto (que no veo como algo negativo) tiene que ver, repito, con la alta factura de la película. De presupuesto muy alto y de importantes compañías encargadas de la producción, “The Midnight Meat Train” tuvo un estreno limitado y una recaudación bastante pobre. Aún así, tiene unas secuencias finales que pueden volverse inolvidables.

3.2- Amber Heard, que crece a base de fuertes roles independientes varios (aquí mi comentario sobre “The Joneses”) y que fue la escasa luz del fracaso televisivo “Hidden Palms”, protagoniza “All the boys love Mandy Lane”. Ya es una película vieja, de 2006, de Jonathan Levine. Un raro experimento de género en el que se combinan el estereotipo adolescente más burdo con un intento de verdadero misterio; de ese que es perturbador y realmente incierto, y molesta para bien. El film cuenta la historia de Mandy Lane; la chica más deseada del colegio que se va con unos amigos a pasar un fin de semana en una estancia…y bueno, cosas extrañas comienzan a suceder. Los actores están bien elegidos (resaltan, interpretativamente, Heard y Anson Mouth) y la película abusa un poco de ciertos recursos (en la estética visual en general y en lo narrativo con el uso de ‘flashbacks’) y alarga demasiado algunas escenas. Un experimento al fin, que tiene un pequeño número de hallazgos (hay un más que satisfactorio uso de las locaciones, especialmente de exteriores) y que sinceramente termina siendo confuso, porque se apoya tanto en la situación de misterio y los personajes que cuando al final hace un claro intento de dramatismo, el giro es básicamente ridículo. Si les gusta más, patético. De producción no tan costosa, la película también tuvo estreno limitado y una recaudación bastante pobre.

3.3- Hayden Pannetiere. Siempre divina en la serie “Heroes”; con mucha personalidad y sensualidad en “Raising Helen” (aquí mi crítica); sólo con mucha personalidad en la infantil “Racing Stripes” (esa en la que Frankie Muniz hacía la voz de una cebra); lo único rescatable de la aún más infantil “Joe Somebody”. ¿Sólo yo veo estas películas? Por ella busco en Movie City “I love you, Beth Cooper”; por ella quizá consiga una cosa rara llamada “Shanghai Kiss”. Claro, por ella también me topé con “The Good Student”, de David Ostry. También de 2006, es el relato del secuestro de una bella adolescente (Panettiere, exacto) y de las sospechas que caen sobre el profesor Gibb (excelente interpretación de Tim Daly), que estaba enamorado de ella. Hay un intento de suspenso, hay un elemento también perturbador, pero todo es bastante inocente pues también hay comedia y una que otra válida reflexión de las relaciones humanas (buenos papeles también de un exagerado William Sadler y la joven Sarah Steele; muy pícara…Dan Hedaya, casi lo olvido, está completamente desperdiciado). Al final del día la película parece centrarse más en la vida del peculiar protagonista y los dilemas que lo rodean. Así y todo, la película logra sostener una duda durante todo el relato. Y sí, mientras está secuestrada, a Hayden Pannetiere se la extraña. Los datos dicen que el film fue directo a DVD.

3.4- “What Goes Up” debe contener la actuación menos comercial y más arriesgada de Hilary Duff. Siempre se la vio en películas de Disney y/o vehículos donde sus canciones se escuchaban de forma omnipresente. Ninguna de esas películas es realmente buena. “What Goes Up” tampoco llega a serlo, pero marca un cambio en su carrera que le recuerda al espectador que Duff sabe actuar y que nadie tiene que andar regalándole nada. El film lo vi ya hace tiempo. Es reciente, es la ópera prima de Jonathan Glatzer sobre un periodista que llega a un pueblito que está viviendo tiempos intensos y termina convirtiéndose en una suerte de referente del lugar. Es una experiencia interesante de ver…por la construcción del pueblo en el que se desarrolla, por momentos visuales que únicamente con la imagen dicen muchas cosas, por situaciones directamente bizarras, por la precisión en el uso de la música. Si bien todo parece muy ‘armadito’, muy ‘cine indie’, muy ‘ya lo vi antes’, el elenco es –dentro del marco independiente- “de lujo”: Steve Coogan, Molly Shannon; y dos actores jovenes que sólo con una mirada dan señales de algún tipo de trastorno: Olivia Thirlby y Josh Peck. A decir verdad, todos los personajes atrapan desde algún lado y, aunque no hay tanta sangre, la película tiene una clara dosis de (turbio) misterio que mantiene al espectador colgado, interesado por razones que no se pueden especificar. Este tipo de construcción dramática parece tener más efecto en mí que otras cosas aún más ‘armaditas’ como, por ejemplo, “Snow Angels” de David Gordon Green. Había algo allí que me molestaba. En fin. La historia de “What Goes Up” no cierra de manera concreta. Se entiende que gran parte del relato tiene que ver con deambular, divagar, pero aún así el final no deja una impresión satisfactoria. Lo que se vuelve irrefutable es que Hilary Duff se convierte, por mérito propio, en el centro de atracción de la película. Con sonrisas, insinuaciones, y una mezcla de pretendida inocencia y natural sensualidad, la actriz nos tiene siempre esperando su próximo segundo en pantalla. ¿No me creen?

3.5- Laura Breckenridge es una buena actriz. Lo sé por su participación explosiva en “Gossip Girl”. En tres capítulos derrumbó todo. Y es ella sola, solita, quien carga con “Hit and Run”. La película, un estreno directo a video que incluye suspenso y muerte (chica que cree atropellar a alguien y ese alguien sale a perseguirla y la quiere matar, o algo así), es un desastre. No, no hay que verla pero siempre es muy raro ver a personas dando todo en proyectos que son nada.

3.6- Rose Byrne es una muy buena actriz. Lo sé porque es la Gemma de una gema australiana llamada “The Rage in Placid Lake”; lo sé porque es la oscuridad luminosa de “Wicker Park”, un film que hay que reivindicar. En “Just Buried” comparte protagonismo con el extraño actor Jay Baruchel. Sí, una vez más hay muertes pero no tanto misterio (chico que hereda una funeraria y la única manera que encuentra de empezar a ganar clientes es matando gente con la ayuda de una forense). El film es una extraña comedia de humor negro, como sus personajes. Si no fuera tan rebuscada o exagerada en ciertos pasajes sería una pieza más que recomendable.

3.7- Natalia Verbeke es una gran actriz, y hermosa también, y sexy. “Arritmia” es una horrible película. Y fea. Y distante, excepto cuando está ella. Pero esta no hay que verla.

4-Cine en el cine. Por alguna razón no sabía que Steven Seagal formaba parte del elenco de “Machete”. Creo que ahora voy a ir a ver la película.

5-No sé si sería un mejor mundo cinematográfico si todos hicieran absolutamente lo que tienen ganas. No todos saben qué filmar de esa manera (bajo esos parámetros de total libertad); menos saben cómo contarlo. A algunos directores les agradecemos el riesgo pero también hacemos reproches. Les reconocemos aciertos pero a la vez les pedimos que se calmen. A Paul Thomas Anderson el exceso le sienta bien. Seguramente no es el único, pero es uno de los directores más consistentes en este aspecto. Además, para ser tan excesivo, filma poco. Es una sabia decisión. Hoy el cine nos permite tanto; parece todo tan fácil. Que un director naturalmente excesivo no abuse de esta cuestión básica lo hace aún más admirable.

6-Estoy debiendo un especial sobre tres películas argentinas. Falta poco para que vea la luz.

7-Me pierdo en el estudio, pero respondo todos los comentarios!

Saludos Sospechosos!

Friday 12 November 2010

Filma tu aldea y serás universal: San Antonio a Mar del Plata

El nombre es Alejandro Torriggino. Acá lo conocieron ustedes escribiendo para "El rincón de Alejo", pero mucho antes de eso, yo había puesto un link aquí desde los primeros días del blog: "Nuestro Scorsese". No sé que queda en ese link, lo pueden revisar... lo que sí sé es que lo de la referencia al gran Marty no era gratuita. Yo siempre creí que Alejandro iba a terminar haciendo algo relacionado con el cine. Tomó un par de decisiones clave (de esas que marcan la vida de uno, creo) y es el día de hoy que no sólo está haciéndolo, también lo está viviendo... El último corto que filmó en Rosario, titulado "SAN ANTONIO" (los detalles están en el blog de su productora, Crisopeya) ha sido seleccionado para CORTOGENIA, un festival de cortos nacionales por Internet.

El anuncio oficial en la página de Facebook del corto es el siguiente: San Antonio fue seleccionado entre los mejores 50 cortos del CORTOGENIA: 1º Festival Argentino de Cortos en Internet y estará participando por el premio mayor de ficción el Viernes 19 en el Salón Teatro Provincial de la ciudad de Mar del Plata, en el marco del 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Allí estaremos. Más info: http://www.mardelplatafilmfest.com/25/prg/actividades6.php


Aquí, de forma exclusiva (y ni tanto, pues Youtube es de todos), les dejo el corto... Espero sus comentarios y sus palabras de aliento para el dire, un amigo de la vida y uno de nuestros futuros talentos nacionales.



Saludos Sospechosos!

Thursday 4 November 2010

Que Facebook y lo otro

Que tengo una tara (ya la voy a resolver), que debería haber estudiado más para el examen de Historia (hice la comedia musical el finde –fotos abajo-, pero no es excusa y me preocupa la nota que pueda sacarme), que hoy tuve una charla copada con un futuro colega que es de General Roca y sentí la necesidad de escribir varias cosas al llegar a casa (por esta razón también sé que el título de arriba es tan poco ‘atractivo’ para el buscador de Google como el del post anterior –y el que vino antes- aunque tenga la palabra Facebook), que no sé si Kevin Johansen sea tan bueno (lo escuché hablar y tocar el otro día en una radio; siempre digo que es mucho lo que se descubre de los artistas al escucharlos hablando aunque en su arte generalmente se encuentre todo lo que necesitamos saber…el punto es que no conozco tanto de Kevin pero de momento no me dan ganas de conocer mucho más), que fui a ver nuevamente “The Town” (la vuelvo a recomendar, porque es uno de los films del año y me dejó pensando otra vez, no tanto sobre su historia, sino sobre el lugar que ocupa en el cine de hoy y en su género…me generó la necesidad de ponerme a revisar muchas cosas), que por algunos sucesos de la semana me dieron ganas de ver “Titanic” (¿alguien la analizó ‘semióticamente’ alguna vez?) y “Rescatando al soldado Ryan” (¿es posible que todavía no haya visto la película?), que el objetivo de todo este sinsentido es llegar a dar una opinión un poquito más completa de “Red Social” (que es, más allá de cualquier cosa, una de las producciones del año). Después de “lo otro”, Facebook.

“Red Social”

David Fincher nos tiene acostumbrados a los juegos visuales: la cuasi creación y destrucción alucinatoria de mundos en “El club de pelea”; el engaño y la sorpresa constante en “The Game”; el romántico paso del tiempo en “Benjamin Button” (aquí mi crítica); la reconstrucción pesadillesca de crímenes en “Seven” y en “Zodiac” (aquí mi crítica). Si bien cada una de estas películas tiene sus puntos a favor y en contra y sus diversas aristas de análisis, son películas que perduran en gran parte a fuerza de imágenes memorables. En el primer aspecto (el de los puntos diversos de análisis), “Red Social” se lleva un nuevo premio; pero hay que reconocer que visualmente no es para nada poderosa. No creo que tenga más de dos o tres imágenes memorables, que dado el caso también valen más por lo que dicen que por cómo lo dicen –hay un momento de una carrera de canotaje que combina ambas cosas, no puedo dejar de destacarlo-.

Hay que ver también que esta falta de impacto visual puede ser también una decisión del director. Debe serlo, en principio cuando la película gira alrededor de un fenómeno cuyo impacto nunca fue gráfico o artístico sino, ante todo, social. Me parece que en este aspecto es lógico que Fincher haya tratado de reducir todos los elementos del film a una escala humana. Es decir, Fincher nunca renegó de la “humanidad” de los personajes en sus películas, pero siempre que pudo los rodeó de cualidades que, desde algún lugar más o menos obvio, rozaran lo sobrenatural (o lo sobrehumano, si se prefiere). “Red Social” comienza con una conversación: una mesa, dos personas y dos cervezas. Los planos se dividen entre una general de la mesa y dos planos medios de los personajes que de a ratos se convierten en primeros planos. Mark Zuckerberg habla con su novia y en cuestión de minutos la charla se vuelve una discusión, y la discusión se cristaliza en la terminación de la relación. Es una de las aperturas más avasallantes del año: por la dinámica natural de la conversación, una imparable confrontación en la que cada personaje está anticipándose al otro; por cómo Fincher lo acompaña con cambios de plano constantes (gran trabajo de edición, y una operación que se repite bastante en la película) y porque nos presenta de forma poco alentadora y sumamente humana a su protagonista. Queda bien claro desde el comienzo: Mark Zuckerberg es un genio, pero no es de otro mundo. Está completamente atravesado por este mundo, tal es así que su lugar en el mundo -a la vez como superdotado y como integrante de la sociedad- resulta en, bueno, Facebook.

Mark es el tipo que silencia un cuarto. Su inteligencia y sus palabras son sus únicas armas. También sus mejores. No necesita ningún arma más. Es admirable que una película mayor de Hollywood gire alrededor de un personaje con el que es muy difícil empatizar; es también sorprendente que el desarrollo de la historia esté tan bien delineado (construido a través de una no sencilla interacción de tiempos, lugares y personajes, y guiado por los relatos que se dan a conocer a lo largo del curso de dos demandas legales que tienen que ver con Facebook e involucran a Mark), que incluya giros y momentos climáticos de suma intensidad y aún así el protagonista no sufra cambio alguno. No lo vemos cambiar de actitud, no lo oímos levantando la voz, y Fincher lo pasea por diferentes mundos (cámara lenta exagerada mediante) y lo confronta con diferentes personajes que no consiguen corromper su esencia. En este aspecto es clave Sean Parker, el hombre que creó Napster (como Facebook, un antes y un después) y el personaje más atractivo del film, interpretado por Justin Timberlake. Si la Academia se pone un poco loca como en los últimos años y se anima, la nominación como actor de reparto para el cantante no parece tan lejana.

“Red Social” es una película adecuada para el Oscar, seguramente pensada para el premio. Sin embargo, a diferencia del anterior opus de Fincher, no está construida para ello (hecho siempre más favorable que su opuesto, más aún en estos años). La película tiene en su centro una historia de amistad muy fuerte, más humana y cálida que cualquier escena de aquel curioso caso. La música, poco efectista, de a ratos ruidosa, siempre sutilmente perturbadora, acompaña los mejores y peores momentos de Mark y su mejor amigo Eduardo (co-fundador de Facebook), y del resto de los involucrados, todos participantes de un caso legal agobiante.

Pero no son Jesse Eisenberg en el papel de su vida y con su mirada superadora, ni Andrew Garfield con su irresistible rectitud, los que se roban el show. La estrella indiscutida de la película es el guión. Pocas veces se dice que el guión es la estrella de un film, pero Aaron Sorkin logró un trabajo que lo marca para siempre en la historia (ahora) cinematográfica. “Red Social” avanza a base de conversaciones, siempre intensas, extensas, tramposas, llenas de profundas expectativas y de comentarios sobre las personas y el mundo que las (nos) rodea –no puedo dejar de hacer mención al acertado comentario de Xavier Vidal en su crítica, que resalta el hecho de que este es un film pensado y escrito más que nada para nuestra generación; mucha gente mayor en muchas partes sencillamente se pierde-. Es inevitable, con Soorkin siempre nos estamos perdiendo de algo, y si dan ganas de volver a ver la película no es para comprender detalles particulares de una trama que, a grandes rasgos, siempre se comprende (como sucedía en la inferior “Inception” –aquí mi análisis-); sino para deleitarse nuevamente ante los diálogos (repletos de líneas memorables que hacen a todo clásico de Hollywood –y que en películas verdaderamente buenas dan gusto-) y poder recuperar aquello que seguramente perdimos.

Volviendo al comienzo, creo que con un guión como este, a Fincher se le puede perdonar el poco atractivo visual. Se le puede reconocer y agradecer a la vez un respeto por ese guión, en un film que en ningún momento toma por estúpido al espectador, mareándolo con planos alternantes que ilustran las interminables conversaciones que, así de largas y todo, dan ganas de más. Fincher también nos ha malacostumbrado a películas muy largas. “Red Social”, corta y todo, nos hace transitar varios lugares junto a una extensa cantidad de personas. Es un viaje atrapante, en el que en un punto nos involucramos tanto que nos olvidamos que todo ya sucedió…que la historia la vive Mark, que es su punto de vista y que aunque como espectadores queramos saber bien en detalle qué pasó con todos, nos quedarán únicamente pedacitos.

En la red social que conocemos como Facebook podrán existir, para cada uno de nosotros, miles, millones de amigos. Pero en la red social de Mark Zuckerberg hay sólo un nombre. Los demás son perdedores, o directamente desaparecen del mapa.

---8/10

PD: Aquí un par de fotos de la comedia musical estrenada el fin de semana pasado. Salió todo muy lindo, por suerte.