Thursday 15 May 2008

Lugares Comunes

Fue un buen día ayer miércoles. No voy a seguir el mismo patrón que en el posteo pasado (hasta iba a poner otra película), pero fue un buen día ayer miércoles porque creo que me fue bien en el parcial de Sociología y ya estaría quedando sólo un parcial por rendir y, como era de esperarse, el más difícil: Sociedad y Estado…al horno.

Pero hay algo que no es difícil y eso es sentarse a disfrutar de una buena película argentina. Eduardo Mignogna, fallecido recientemente y cuyo nombré mecioné en la última crítica, sabía crear buenas y emotivas películas: sabía llegarle al desolado espectador.

Nada tiene que ver el film que veremos hoy con la última película con la que se relaciona a Mignogna y que Ricardo Darín término de rodar, convirtiéndola en su ópera prima. “La señal”, vergonzosa película de sofisticada producción, alabada incomprensiblemente por muchos críticos respetados (quizá porque Darín-que me encanta, no lo duden-es un tipo que vive un eterno ‘momento’ como los que explicaba también en el post pasado), es algo que no llega al espectador; igualmente otro día hablaremos de eso.

Es, sin embargo, y en una opinión personal que no debería admitir muchas discusiones, “El viento” la últiima película que el director concibió conscientemente y que yo experimenté en el cine con mi madre allá por el 2005. Un film co-escrito por Mignogna, que entre otras cosas, lidia con esa otra relación que acostumbramos a ver como buena: la de los abuelos y sus nietos.

La crítica de “El viento”, a continuación.

“El viento”

La expresión del título, “Lugares Comunes”, se refiere a la última película importante que Federico Luppi hizo en Argentina antes del 2005. No necesito hablar de él; aunque se fue a España y se quedó allí un tiempo (hecho que decepciona a los amantes del cine argentino a veces), es, a sus setenta y tantos, uno de los mejores actores que nuestro cine ha visto jamás en pantalla. No puedo decir con exactitud donde lo vi primero, y sé que faltan muchas cosas suyas para ver, pero confesaré que cada actuación que ha dado para mis ojos ha sido inolvidable.

Lugares comunes, estaba diciendo; las cosas que siempre nos suceden. La historia típica, el cuento de volver a empezar. Seguimos viendo estas historias en nuestro cine. No en el mismo formato, pero con guiones que manipulan nuestras emociones. Esto no es tan malo, sin embargo, y nos hemos acostumbrado.

Comparemos esta característica con diferentes directores experimentados. Eduardo Mignogna, director de este film y otros clásicos como “El faro”, tiende a poner simbolismos en sus títulos (pueden considerar “La señal” si quieren, que debe haber sido su título) y muchas conversaciones con profundidad que viene del guión (también pueden considerar “La señal”, aunque no se da allí). Otro pro, Marcelo Piñeyro (director de “Cenizas del paraíso” y “Caballos salvajes”) está más interesado en la historia que en cualquier otra cosa, entonces podemos apreciar a los personajes luego de que apreciamos la historia que, nos damos cuenta, siempre está primero. Juan José Campanella (director de “El hijo de la novia” y “Luna de Avellaneda”) trabaja de manera contraria. Centra todo en los personajes y nos sentimos identificados con ellos, y luego con su historia. Es por eso que las actuaciones son tan excpecionales en los films de Campanella.

Ahora Mignogna trae otro de estos ejemplos con “El viento”. Siéndole fiel a su línea de trabajo, con tomas directas y simples que nos golpean, cuenta la historia de Frank Osorio (Federico Luppi), un hombre que en realidad se llama José: “Pero eso es algo que nunca nadie supo”, dice. Es un hombre del sur, que ha pasado toda su vida trabajando con ovejas. Ahora debe irse de ese sitio, porque su hija ha muerto y necesita contarle a su nieta algunos secretos escondidos detrás de las experiencias familiares. Vestido elegantemente y con un sombrero peculiar, el abuelo emprende su travesía. Ella es Alina (Antonella Costa), una morocha de 28 años con apariencia un poco triste.

La trama gira alrededor de ellos dos y de las personas en sus vidas, como el buenazo Diego (Esteban Meloni), el novio formal de Alina que no parece estar pasándola bien: “La última vez que tuvimos sexo eras rubia”, le dice. También conocemos Miguel (admirable Pablo Cedrón), el jefe doctor de Alina, hombre casado y el otro amor en su vida. El grupo se completa con Gaby (Mariana Briski), amiga más grande y confidente de Alina. Ahora la relación abuelo-nieta se desarrollará mientras que cada uno arregla sus ‘negocios’ (si entienden lo que quiero decir) en la ciudad. Esta relación supera lo interesante, con detalles como el hecho de que ella lo trata formalmente, llamándolo por su nombre; y él haciendo exactamente lo contrario, con un trato informal.

No creo que al film le falten elementos (y no lo quiero decir), parece tener todo lo que necesita. Prefiero explicar que hay algunas cosas que esperaba ver, simplemente para marcar una diferencia, y que no estaban ahí. Sin embargo, siempre tenemos el trabajo de los actores si falta algo. Temía que Federico Luppi entregara lo mismo que hizo la última vez, pero crea a su hombre del campo con un estilo muy diferente; y no sólo eso, con el respeto por la gente y demás, pero la compostura de un hombre mayor que repite las mismas cosas y parece haberse ido del mundo. “Quién dijo alguna vez que el cielo estaba ahí arriba?”, grita borracho.

Antonella Costa, una alabada actriz joven que tengo que ver más, se une a Luppi a la perfección. Podría estar lejos de su talento, pero aparece en su mismo nivel de complejidad. Esa mujer silenciosa, que carga con su pasado, que ni siquiera expresa una sonrisa cuando habla con el hombre que ama, y que mantiene un tono monótono de voz en todo momento…La interpretación de Costa es competente y naturalmente envolvente.

Miré a mi madre cuando todo terminó y estaba llorando; también lo hacían las otras cinco personas en la sala. Fue así como entendí que, con o sin cualquier cosa, Mignona consigue su objetivo: llegarle al espectador y conmoverlo. Porque cuando Alina dice: “Te extraño, extraño la casa, extraño al perro, las ovejas, y por sobre todas las cosas, no te rías; extraño el viento”, se hace imposible no llorar.

---7/10

9 comments:

Exagerador Nacional said...

Como fiel lector de los suspects me declaro totalmente en contra de esta afirmación: "Pero hay algo que no es difícil y eso es sentarse a disfrutar de una buena película argentina." y por lo tanto, de esta semana!! ...
Sin embargo, en algo coincidimos Chapa, el cine argentino hace llorar a cualquiera!! suerte en sociedad, nos vemos el finde cuando pase el temblor.

Anonymous said...

Coincido totalmente, me es imposible sentarme a disfrutar una peli argentina porque simplemente no las puedo bajar.

Suerte con el parcial, yo en estas semanas me estoy sintiendo como Marsellus Wallace en manos de Zed

Popurrí said...

Mi problema siempre fue (y sigue siendo) que todas las películas argentinas que vi (sin contar El hijo de la Novia), fueron cómicas, y por más que el humor argentino sea bueno, siempre terminan teniendo el mismo tema: un personaje como Francela con modelos de formas celestiales y la discusión con su mujer o algo parecido.
De lo que vi rescato poco, pero repito: no vi mucho tampoco

Anonymous said...

que buenas pelis se nombraban... personalmente, las que vi que se nombraron me gustaron todas: la señal, el hijo de la novia, luna de avellaneda y otra u otras más que ahora no me acuerdo bien... pero te queda para otro post "esperando la carroza" una peli que marcó su momento de Jacobo Langsner con gigantes como Antonio Gasalla, Luis Brandoni, China Zorrilla y Enrique Pinti... na!! no fue una gran película tampoco, pero vale la pena ser nombrada...

Anonymous said...

me olvidaba, soy fede

Exagerador Nacional said...

Sí, voté a Hugh Grant, y qué?? Ese acento derrocha clase!!

ElChapa said...

Muchachos:

No sabía que el cine argentino podía despertar algunos comentarios todavía...me alegra haberme equivocado!

A los dos primeros, simplemente espero que esa concepción cambié en algún momento, porque hay cosas interesantes para ver...y hay algunas que se bajan Ale (que voy a saber yo, jaja)

Para Grillito lo mismo...hay que saber en donde buscar, porque las dos pelis que puse esta semana no son tanto comedia y acá no hay ningún Francella que moleste. Esas son las desastrosas piezas de Rodolfo Ledo y nada más ;)

Fede: "La señal" te habrás dado que cuenta no me gustó, pero el resto de las pelis sí; y siempre hay mucho más para ver..dejame pensar en algo!

Saludos!

PD: Yo también lo votaría a Grant...que se le va a hacer

Anonymous said...

y bueno... no siempre una película nos recuerda o nos trae la misma sensación a todos...
fede.

pd: obviamente ya lo había votado a grant...

Anonymous said...

Estaba revoloteando por el blog y de repente ví 8 comentarios y automáticamente pensé : o es algo interesante, o el chapa esta jugando como de costrumbre a que comenta y desp se responde...

Con respecto a los comentarios, no me parece que el cine argentino sea malo, sin embargo si creo que es muy irregular. Quiero decir que es dificil que mantenga un nivel de películas relativamente bueno (aclaro: relativamente).
Para mi modo de ver las cosas a la industria cinematográfica nacional le falta crecer bastante, sobretodo en ideas innovadoras y en variedad: elencos, escenarios, historias, bla bla.
Buenas películas hechas acá demostraron que talento hay, solo falta entrenamiento jeje...

Un abrazo Schapira, espero verte pronto piyin