Un ejercicio de perspectiva

La buena? Terminé el CBC. La mala? No tengo más ganas de estudiar y la escuela de música lamentablemente consumirá un mes más de mi vida de estudiante. Entre otras cosas, esta es una de las semanas que más escribí en el blog en meses, y recibí muy pocos comentarios; y los días de verano hermosos y calurosos que no llegué a disfrutar acaban de ser reemplazados por una lluvia ‘espantadora’ que hizo pedazos las cervezas del balcón y quien sabe que más.

Es trágica mi situación? Quizá no tanto, pero se me hace realmente intolerable. Por suerte tengo tiempo para ver más películas, y debería escaparme al cine ya que la abuela me recomendó “Aniceto” (que todavía está y aunque no vi nada de Favio, debería ir) y que “Red de mentiras” no debe ser un completo bodrio. Tal vez también ver en casa por tercera vez “Crónica de una fuga”, el mejor film que vi en el año y al que todavía no pude hacerle una crónica (valga la redundancia).

Pero esto era cine Español, y hoy nos toca un film que quizá fue bastante conocido por la tierra de donde vino: “La noche de los girasoles”. Yo lo vi en alguna sala de cine en Londres, y me gustó.

La crítica de “La noche de los girasoles”, a continuación.

“La noche de los girasoles”

Siempre me sorprende el número de directores españoles que hacen películas fuera del país y, también, tienen películas estrenadas en muchos países. Jaume Collet-Serra con “La casa de cera” (aquí mi crítica); Jaume Balagueró y “Darkness” (aquí mi crítica); Alejandro Amenábar con “Los otros” y “Mar Adentro”; un director hace poco con la secuela de “Exterminio” y, por supuesto, Almodóvar.

El hecho es que, si uno se pone a ver, son soprendemente buenos logrando terror (o al menos suspenso); si consideran los films mencionados arriba. Bueno, hay un hombre llamado Jorge Sánchez-Cabezudo, y su film “La noche de los girasoles” definitivamente tiene algo de suspenso, entre otras cosas.

Para comenzar, el guión (escrito por el director mismo) tiene una sinceridad increíble en su modo de describir personas que no tienen nada que ver las unas con las otras pero, por lo pequeño que es el mundo, terminan completamente conectados. Cómo no aburrirme de películas que conectan cosas diferentes que al final se vuelven una sola? Está comenzando a aparecer como una técnica utilizada en exceso con los guiones, pero el sentido de realidad de Sánchez-Cabezudo nos deja olvidarnos de este pequeño detalle.

Su ingenio viene del hecho de que presenta cada una de las situaciones, con una oración muy sarcástica escrita en la pantalla negra. Luego, posiciona a los personajes en un área completamente remota del país español donde nunca nada interesante ocurre…Hasta ahora, y es mejor si no revelo más de la trama, porque los eventos que acontecen representan la necesidad de excitación de esta gente.

Traten de pensar que la película es el típico ‘slasher’ americano en el que adolescentes en la ruta terminan en un pueblo desierto y alguien (o algo) trata de perseguirlos hasta la muerte. Ahora cambien a los adolescentes por adultos, y ese ‘algo’ por nada. No hay razón por la que algo debería estar esperando por uno en el lugar más aburrido; pero así piensan los ‘slashers’.

En esta atmósfera poco emocionante, cuando un personaje llega del trabajo su mujer le pregunta como estuvo todo y él no tiene mejor respuesta que: “Lo mismo de siempre”. En realidad, esta es una frase que el guión ni siquiera necesitaba incluir, porque el espectador entiende de inmediato la monotonía en la que viven los personajes.

Los actores retratan todos estos sentimientos con exactitud; especialmente Celso Bugallo como un policía viejo y cerca del retiro, y Vicente Romero como uno más joven que, en un punto, tiene que lidiar con un caso estando borracho. El resto del elenco no podría parecer más normal que ustedes y yo; la clase personas que podemos imaginar vivas, con la pequeña diferencia de la música tenebrosa que nunca sonaría en un auto de la otra gente ‘normal’.

“La noche de los girasoles” captura nuestra atención mientras el director captura la atención de sus personajes con un simple pero original estilo; porque la película es, si es que es algo, un ejercicio de perspectiva; y uno que no lamentarán haber visto.

---7/10