Hablemos de cine, como para hacer mención al título del post en la primera oración del mismo. El cine es de por sí un lugar de debate. El cine como forma de arte principalmente y la película terminada como expresión de esa forma. De esas dos variantes se abren millones: hay gente mucho más interesada en los modos de hacer cine y en cómo se llega a terminar una película que en el producto final, es decir, el análisis de la película. Si bien yo me inclino más hacia esta última tendencia, creo que hay que estar lo suficientemente informado sobre los dos (en realidad sobre todos) aspectos.
El debate del propósito de una obra, de la necesidad de la misma o de su función por decirlo de otra manera, es eternamente eterno (y que valga la redundancia). Lo más gracioso de un debate como este- que también, hay que decir, puede dar lugar a millones de variantes- es que no suele tomar en cuenta todos los puntos de vista. Aunque algunos fanáticos enfermizos no lo registremos, las personas que ven cine y que van al cine son muchas, y de todo tipo. Ya el año pasado el gran Bigote había sido criticado por un artículo escrito en la revista El Amante contra unos denominados ‘bovoespectadores’ (Noriega dixit, si no me equivoco); para los que leen de afuera, algo así como vacas que van al cine a consumir aquello de lo que todo el mundo está hablando. Cuando digo mundo, digo medios, y si hablo de hoy en día supongo que serían las personas que corren a ver a Tom Hanks en “Ángeles y Demonios”.
En fin, yo creo que la crítica al Bigote, que fue por haber atacado a estos espectadores, estaba mal colocada. En todo caso, si se lo debiera atacar por algo, sería por asumir que conoce completamente a la persona a la que le habla. De este modo, sí lo puede criticar y hacer quedar mal, pero… ¿Realmente lo conoce? La gente se olvida (otra vez) que todavía son muchas las personas que van al cine, que aunque se anuncie la muerte de algún espectador en particular (inventado), la industria cinematográfica sigue siendo una de las más grandes del mundo. Y como tal, debe procurar sobrevivir. Este ya es un tema que se escapa de los espectadores y refiere directamente a las productoras de cine que llenan las pantallas con ruidos y efectos que, lo sé y lo sabemos todos, impresionan hasta al más indignado cinéfilo que podría criticar a esos films por (otra vez) millones de razones.
Como puede verse, hay muchos puntos de vista en el debate- que (también otra vez) es eterno y con este post seguramente no se aporta nada nuevo- y no hay que obviar ninguno. ¿Cómo puedo saber yo la razón por la que cada persona va al cine? Puedo especular, sin duda, pero las excepciones a la regla se encuentran en todos lados. Más ligado a la crítica que veremos hoy, también es necesario volver a la razón de ser de un film. El libro “El código Da Vinci” puede haberse metido con todo el mundo y hasta haber plagiado algo, pero entre sus páginas de delirio, contiene información real y hasta importante de ciertos lugares del mundo que uno llega a conocer en medio de una historia de suspenso. Si bien en el film que lo adaptó esto no es tan predominante (tampoco es que sea algo para destacar en el libro), también está la posibilidad de que se le de lugar a la historia de suspenso.
Hay intriga en el cine más ruidoso del mundo aunque no queramos aceptarlo. Detrás de la irreprochable factura técnica y las estrategias (cualesquiera sean) de algún estudio para llenarse de dinero, puede esconderse, por qué no, la voluntad de entretener. Ésta puede ser secundaria, pero está ahí, y se trata de incluir para que todos los espectadores mencionados en este post y todos los otros que ni conozco tengan algún punto en común: eso que suena tan vacío pero a la vez dice tanto cuando salimos de la sala de cine; esa cosa que a muchos les cuesta decir de la película y que está constituido nada más que por dos palabras: “Me entretuvo”.
La crítica de "El código Da Vinci", a continuación.
"El código Da Vinci"
Debería decirlo o no? Bueno, lo diré: "El código Da Vinci" es un film hecho para dos tipos de personas; los que han leído el libro y los que no. Siendo parte del primer grupo, podría ser un poquito más subjetivo, pero haré lo mejor posible y criticaré la película por lo que es: entretenimiento imparable de calidad (creo que dije eso acerca de "La casa de cera", sin la parte de 'calidad').
Por qué digo esto? Porque como lector del libro, me encuentro en una posición que muchos deben haber enfrentado...La película y el libro no son la misma cosa: el libro es una pieza de entretenimiento literario, con descripciones muy acertadas de lugares importantes del mundo y una técnica y un vocabulario no muy complejos, pero una visión muy detallada de los hechos; la película es un regalo al espectador interesado y una versión claramente modificada de la novela de Dan Brown, hecha sin embargo con el ojo para el entretenimiento, lo que se vuelve la única cosa en común entre ambos elementos.
Verán, Ron Howard es un director verdaderamente dotado y Akiva Goldsman es un guionista dotado, pero "El código Da Vinci" como film fue, por sobre todas las cosas, un proyecto de marketing para ellos, y para Dreamworks por supuesto. Si Dan Brown hubiese adaptado el guión probablemente hubiera sido el más largo de su año; el escritor no hubiera podido dejar nada afuera, entonces eso es lo que Goldsman hizo.
Y también es por eso que la película se mueve tan rápido. El espectador siente esto también pero no le importa porque, así como en la novela, cuando "El código Da Vinci" comienza, no se puede parar hasta llegar al final. Dicho esto, Howard también le es muy leal al espectador, dándole lo que quiere recibir; mostrándole lo que quiere ver, de la manera en que lo quiere ver. Así que básicamente, si el espectador no ha leído el libro, quedará sorprendido con los logrados planos y las tomas de lugares de toda Europa, como expone el libro.
Debido a las mismas razones que he estado explicando, el elenco no tiene oportunidad para brillar... Y es un elenco de estrellas! Tom Hanks en el papel principal de Robert Langdon está extremadamente medido y calmado, pero claramente se puede ver que no es su culpa y que disfrutó interpretar el papel. Audrey Tatou retrata un personaje calmado en algún modo, por lo que su actuación simplemente encaja.
Jean Reno también está dentro del paseo, hablando su mejor francés y robándose cada escena en la que aparece. Alfred Molina participa un poquito como el miembro del Opus Dei español Manuel Aringarosa, quien construyó su primera iglesia con el albino Silas, interpretado ferozmente por el inigualable Paul Bettany. Y tengo que mencionar la agraciada presencia de Sir Ian McKellen como 'Sir' Leigh Teabing? Sí, un 'Sir' haciendo de un 'Sir', y divirtiéndose muchísimo.
Eso es lo que todos tuvieron en el set de "El código Da Vinci": diversión. Eso es lo que la película es y ese es el sentimiento que se obtiene al ver a la audiencia tratando de descubrir si se están creyendo o no la historia; especialmente si han leído la novela. Por cierto, la partitura de Hans Zimmer es remarcable: el hombre es un genio.
---7/10
Thursday, 28 May 2009
Un eterno debate
Posted by ElChapa at 28.5.09
Labels: Aventura/Fantasía
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4 comments:
Válgame Dios, un 7?.... con esto ratifico: El Código De Brown dividió la crítica. A mi me pareció una película un tanto aburrida y ni hablar de Ángeles y Demonios, ni los libros son emocionantes. Pero para gustos colores…… un placer pasarme por tu blog Un saludo
Código Da Vinci es puro entretenimiento, nada más. Usando un poco del vocabulario expuesto en el blog: un crowdpleaser (creo que lo escribí mal, al carajo el CAE jajaja).
Coincido Chapa y por eso no tengo nada más para agregar.
Abrazo!
A mi no me gustó "El código", y Angeles y Demonios no tengo ganas de verla. Y Audrey Tatout tiene menos sex appeal que una ameba...
Ya está la crítica de "Drag me to hell" en mi blog. Te invito a verla saludos!
http://marianotodooscars.blogspot.com
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