Sunday 12 August 2007

Rareza de la semana

El Goncha se fue de mi lado pero gracias a la magia de la cibernética estará la semana que viene con nosotros para continuar con sus “niños”. Ahora rescaté de la gaveta, para el fin de semana, una película que es como un sueño hecho realidad.

Para aquellos que estarán descansando y no tengan mucho que hacer, consíganla; les va a alegrar el día. Se llama “A Chorus Line”.

La crítica de “A Chorus Line”, a continuación.

“A Chorus Line”

Cuando realmente empecé a interesarme en las películas, a la edad de 11 años, tenía una gran lista de ‘películas que debo ver’ y solía ir a Blockbuster y alquilar dos o tres por fin de semana; algunas no eran para todas las edades y mi mamá se enojaba mucho. Recuerdo que una de las películas en la lista era “A Chorus Line” y nunca la conseguía…Hasta que lo hice.

Por supuesto que perdí la lista y haría lo que fuera por recuperarla porque creo que había algunas cosas muy interesantes para ver ahí. Quiero decir, fíjense en “A Chorus Line”, una obra teatral convertida en película. Sé que es algo que vemos mucho hoy en día, pero años atrás era un poco diferente; y este film tiene algo especial.

La mayoría de los musicales convertidos en películas hoy, toman la oportunidad que les da la cámara (de gratis) para crear diferentes scenarios y llevar a los personajes a diferentes lugares; “A Chorus Line” nació en un escenario teatral como obra y muere en el mismo lugar como película. Siguiendo una gran audición hecha por el reconocido coreógrafo Zach (Michael Douglas), Richard Atenborough dirige a un gran número de bailarines mientras tratan de conseguir el trabajo.

Todo ocurre en el mismo día: la tensión de no saber, el estrés de tener que aprender los números, la competencia silenciosa entre los bailarines…Y todo ocurre en el escenario, donde Douglas pone a cada bailarín en frente suyo y los hace hablar de su vida personal y de sus experiencias más horribles. Hay cientos de bailarines y son fantásticos, pero la lista se acorta con el pasar de las horas.

Como una película que vi recientemente, la representación de un show de radio (“A prairie home companion”), aquí Atenborough lidia con el problema de la continuidad. En o detrás del escenario, cosas ocurren, y el tiempo no parece detenerse. No sé si Atenborough cortó mucho para filmar esto, pero definitivamente no parece; de todos modos es un incredible trabajo de dirección y edición (John Bloom). Pero en ese pequeño escenario, lo que nos preguntamos es que hacer con la cámara. Con sólo un set, la cinematografía de Ronnie Taylor encuentra la manera, haciendo acercamientos a ciertos personajes, haciendo zoom para adentro y para afuera, mostrando el escenario desde diferentes perspectivas y también dándonos una hermosa vista de Nueva Cork.

En un momento crucial Douglas les dice a los que quedan: “Antes de que comencemos a eliminar: son todos buenísimos y me gustaría contratarlos a todos; pero no puede”. Esto me hizo pensar en los reality shows de hoy en día, donde lo único que cuenta es el talento para cantar y bailar y donde el jurado siempre dice esas mismas palabras a los concursantes cuando se van (incluso cuando no son buenos). Es duro; al menos aquí, donde todos son realmente buenísimos.

Para contar algunas de las historias, los personajes usan canciones y, en un segundo, el escenario cobra una nueva vida y es literalmente “un sueño hecho realidad”. La música de Marvin Hamlisch y las letras de Edward Kleban logran la transición del teatro al cine sin fallas, mostrando los sentimientos de estos bailarines y dejándolos hacer esas coreografías maravillosas de Michael Bennett. El libreto teatral también se convierte en un corto guión de Arnold Schulman; que es emotivo de a ratos. Si no es con una canción, será con una palabra; pero en “A Chorus Line”, es imposible no salir conmovido.

Durante uno de los recreos en la audición, Cassie, una bailarina especial interpretada por Alyson Reed, toma el escenario para convencer al personaje de Douglas que puede hacerlo. Las palabras “dejame bailar para ti” nunca sonaron más honestas y más hermosamente puestas en música y letra.

---8/10

1 comment:

KEN'AY said...

La película me gustó, me pareció una idea original y entretenida pero, a veces, se hace algo pesada y hay que reconocer que los números musicales son de otra época distinta a la que hoy vivimos. La fidelización teatral que se presenta es todo un acierto, conservando el origen que la vio nacer.

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