Petición especial: “El caballero de la noche”

Feliz dia del amigo para todos los Sospechosos!

Ayer viajé en colectivo a Roca y tuve una revelación o algo por el estilo. Al ser muy fiel a la compañía Vía Bariloche nunca había pensado en viajar con otra empresa, pero por un tema de horarios saqué pasaje en Crucero del Norte y el resultado fue sumamente positivo. Basta con decir que fue la primera vez que me pasaron películas como la gente en un colectivo. Tres películas: 2 Europeas (“After the wedding” y la genial “Ricordati di me”-aquí mi crítica-) y 1 Americana (“Fracture”, que no es ‘como la gente’ pero tampoco es mala); que junto con un poco de whisky y buena compañía resultaron en un viaje muy ameno.

Puede que este post tenga algunos párrafos más antes de llegar a la crítica en cuestión que sí, adivinaron, es la del título. Pasa que quería hacer un pequeño comentario. Estuve leyendo en la revista El Amante (no en detalle), en su respectiva página de cine y en el blog de Diego Lerer. unos textos acerca de la aparente ‘extinción del espectador de cine’. El mismo es, sin duda alguna, un tema sumamente amplio, y aunque no es mi intención tomar una postura específica, quería dar una opinión al respecto partiendo de mi reciente experiencia personal en el cine con “El caballero de la noche”.

Entro a la Sala 1 del Belgrano Multiplex y el lugar está completamente repleto; escuché que tenía una capacidad de 700 personas. El ambiente se prestaba para cualquier cosa y eso era precisamente lo que se podía ver: pochoclos que sonaban por un lado y gente que-sí, yo lo escuché-se quejaba abiertamente de ello; personas silenciosas e impacientes por el comienzo del film; gritones que se reían en las propagandas y que hablaban muy fuerte; etc. Algo es seguro: una vez que la película comenzó, la sala fue invadida por un completo silencio.

Y allí empieza mi fascinación por lo que voy a explicar a continuación y que muchos deben sentir. Luego de ese silencio, la experiencia de la película fue acompañada por una respuesta del público al mejor estilo de lo que se presencia en el BAFICI. Por poco la aparición de Heath Ledger en pantalla fue aplaudida, si no fuera por que fue tan hilarante y emocionante que la gente sólo pudo reírse o quedarse callada; los múltiples comentarios sardónicos del film fueron aplaudidos y/o festejados de alguna manera por la audiencia entera; la mejor y más espectacular secuencia de acción que vi en todo el año y que termina con la explosión de un camión fue ovacionada por el público (sólo que fue una ovación sin que nadie se parara); terminó la proyección y sucedió algo que siempre ver en una sala de cine, pero no en una de un festival independiente: aplausos por parte de todos los presentes.

Quizá suene un poco repetitivo lo que digo, pero ojalá tengan la oportunidad de vivirlo, porque raramente se da este fenómeno. Sí, se sabe y el Matsan me lo aclaró: la gente va a ver películas “pochocleras” (o superproducciones hollywoodenses, o como sea que quieran llamarlas) todo el tiempo; sí, las salas suelen llenarse con este tipo de films. Pero no; lo que yo les cuento no pasa en la proyección de cada uno de éstos. El espectador cinematográfico está en extinción? Es relativo. Ya casi nadie va a ver las películas consideradas como ‘cine arte’, que tienen que luchar por conseguir espectadores; todo el mundo alquila “Antes de partir” en DVD y no las muy interesantes cosas que pueden conseguirse en ese formato; todo está al alcance de nuestra mano y, discutiblemente, no lo aprovechamos al máximo.

Pero después pasa esto que les cuento, y es contradictorio. Llega una película como “El caballero de la noche”, megaproducción si las hay, reparto lleno de estrellas si puede conseguirse alguno tan seguido, y la gente de todas las edades sale a verla; aunque seriamente dudo que los más chiquitos entiendan algo más que el hecho de que el Guasón es el ‘malo’ y Batman el ‘bueno’. Pero ese no es el punto; el punto es que la película se presta para llenar salas cuando es un film, y lo digo con toda la certeza del mundo, de verdadera calidad. Un film mayor, un film aparte que romperá records de taquilla en una actualidad con una entrada de cine carísima, y que lo hará con todo su derecho porque es un film que merece ser visto. Quizá la mitad de las personas que estaban en el Multiplex el otro día no hacen más que ver superproducciones, malas buenas o regulares y no ven nada más interesante; pero de repente caen a ver la última Batman y la aplauden a rabiar.

La aplauden por el tipo de película, muy buena, que es? La aplauden porque están divirtiéndose? No lo sé, pero la aplauden, y eso dice algo; porque había películas en el BAFICI que terminaban y la gente no aplaudía (acá pueden leer mi reseña del festival). Que la aplaudan con o sin pochoclos, o que se vayan luego a sus casas a ver “Mente Siniestra” (la pueden volver a leer acá, por si no he mencionado suficientes veces lo mucho que me repugna), es otro tema. Pero que nadie diga que el espectador no va al cine, y menos que no va a ver buenas películas.

Dicho esto, y siguiendo un poco la línea que establecí esta semana, y a pedido explícito del señor Agus Castelli (y quizá un poco más implícito del señor Facundo), les traigo la crítica de “El Caballero de la Noche”, recientemente estrenada y muy recomendada. Espero les guste.

La crítica de “Batman: El caballero de la noche”, a continuación.

"The Dark Knight"

“El caballero de la noche” es una película que le hace honor a su título. Oscura, retorcida y compleja, la última maravilla de Christopher Nolan en lo que a Batman respecta es una película que marca un antes y un después en su género y se une a su perfecta compañera y predecesora; “Batman Inicia”. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto tanta adrenalina en una pantalla, pero no olvidemos que el Batman de Nolan es lo que es no simplemente por la adrenalina.

Todavía es de día en Ciudad Gótica cuando una genial primera secuencia (apoyada sobre la, nuevamente, mágica partitura de James Newton Howard y Hans Zimmer) da lugar a que se lleve a cabo un robo; organizado por un hombre que se hace llamar El Guasón (Heath Ledger), alguien a quien instantáneamente tomaríamos como un villano. Si normalmente los villanos no se refieren a ellos mismos como tales en las películas de superhéroes, éste dice muchas cosas de sí mismo. El Guasón ama hablar y compartir su filosofía de vida con quienquiera que conoce; le gusta hacer bromas, por supuesto; le gusta ver a la gente sufrir, viéndolo o no; detesta las reglas y le gusta Batman.

Esta última afirmación puede que sea más entendida una vez que hayan visto el film, pero hay una de las muchas y muy interesantes conversaciones de Bruce Wayne (sí, Christian Bale ES Batman) con Alfred (Michael Caine) en la que discuten la naturaleza del Guasón, y el viejo sabio señala que quizás Bruce no entiende a este villano en particular como entiende a todos los otros. Habrá un momento de confrontación luego en el que el villano le dirá al superhéroe: “Tú me completas”. Esa frase me recordó la gran película que es “El Protegido”.

Pero, en esencia, qué es un ‘héroe’ y que es un ‘villano’? En el brillante guión de Nolan (escrito junto a su hermano y usual colaborador Jonathan), lleno de enfoque psicológico, este es uno de los temas que flota sobre nuestra cabeza mientras que nos perdemos en las secuencias de acción más emocionantes, las peleas y las cosas que explotan en el espectacular diseño de producción de Nathan Crowley.

“No es lo que te motiva, sino lo que haces, lo que te define”, una Rachel Dawes ahora interpretada fielmente por Maggie Gyllenhaal le decía a Bruce en “Batman Inicia”. Sus palabras resuenan, mientras que Batman continúa luchando contra el mal junto a ella, Gordon (Gary Oldman) y un nuevo aliado, el procurador Harvey Dent (un impecable Aaron Eckhart).

No nos olvidemos que Batman es más humano que cualquier otro de los superhéroes de los comics. En este film, nunca puede autodenominarse un héroe y hasta piensa en renunciar; sin saber si es el guardián que la ciudad necesita o merece. Pero entre toda esta realidad, seguir viéndolo caer y levantarse cual persona común y corriente, verlo usar sus ‘aparatos’ y sus vehículos como un profesional, ver que la inteligencia puede superar un arma para ganar una pequeña pelea o para generar fuego sin la necesidad de ningún explosivo; es uno de los regalos de “El caballero de la noche” para el espectador.

Otro gran regalo para el espectador es la presencia de un villano (o criminal, si lo prefieren, como El Guasón se autodenomina cuando dice que la ciudad “se merece un criminal con más clase”-otra vez el tema de ‘merecer a alguien o no’; villano o héroe-) que iguala a Batman en cualidades humanas. No estoy queriendo decir que El Guasón tenga principios morales que podamos admirar (aunque muchos encontrarán elementos de inspiración en su singularidad y rareza), simplemente me refiero al hecho de que no vuela por los aires ni posee poderes mágicos y que sólo usa lo que tiene a mano para servir algún tipo de propósito en su cruzada criminal.

Heath Ledger se roba el film (y tendrá una nominación al Oscar, porque soñar no cuesta nada) y crea a un Guasón maravilloso, principalmente, porque abraza este aspecto humano del personaje que Christian Bale entendió tan bien en “Batman Inicia”. Sin sobreactuar, Ledger crea un individuo al que podemos llamar ‘freak’ porque es la primera cosa que se nos cruza por la mente apenas lo vemos. Tiene todo este maquillaje en su cara y dos cicatrices; tiene muchas historias que explican el origen de estas cicatrices. Ledger cuenta cada historia con la misma convicción y no le deja lugar al espectador para entenderlo por completo. Su personaje no tiene nombre ni posee el trasfondo histórico (o de origen, por llamarlo así) que solemos ver tantas veces cuando se trata de héroes y villanos; y sin embargo podemos percibir un dejo de frialdad (quizá tristeza y soledad) en su mirada y queremos saber exactamente de donde viene. El gran trabajo de Heath Ledger logra provocar todo esto.

El resto del elenco, al igual que en “Batman Inicia”, es de primera clase. Michael Caine obtiene más tiempo en pantalla y le saca el mejor provecho; lo mismo pasa con el gran Morgan Freeman y Gary Oldman. Seguramente hay muchas otras perspectivas en las que puede ser visto y discutido el film, hecho que refleja la muy buena pieza que Nolan ha creado; una película que es profunda en el mejor sentido de la palabra…Una palabra que no usamos mucho para las películas de comics.

De todos modos…Batman podrá o no saber si es el protector que Ciudad Gótica necesita o merece, pero “El caballero de la noche” es indudablemente la película de superhéroes que el espectador se merece y ha estado esperando desde su predecesora; un film que hasta alguien como yo, que no sabe nada de comics, celebra con una gran sonrisa… ¿Por qué tan serio? Diría el guasón.

---8/10